Niñera De Mi Crush

Capítulo 28: Reto

-¿Segura?

Lo miré directamente a los ojos. Esto iba contra todos mis principios, pero...¿lo haría por él? Esto es algo que nunca había hecho, pero de todas formas, él lo tendría que hacer también.

-¿Tengo opción? -digo.

Él ríe.

-Claro que no tienes opción -dice besándome-. Ahora hazlo.

Tomé aire.

-Iuuff, deséame suerte.

Y me fui.

Sentí como dejaba las risas de Travis atrás. Él muy cobarde de mi novio se escondió detrás de un árbol para verme hacer el ridículo.

Ya verás, Johnson, que te haré correr desnudo.

Espera, espera. Ahí lo verán todas las chicas...

Oh, no, perras, él es sólo mío.

Entré a la famosa tienda de las donas con nutella. Ahora sé que su nombre es Dultella. Es algo como: Dulce + Nutella = Dultella.

Vamos, toma aire, Madison.

Abrí la puerta con ruido, que casi todo la gente se dio vuelta a mirarme.

Ouh, mierda.

Vale. Ahora hay que actuar.

-¡¿Pero que mierda te pasa?! -digo, mirando, a nadie en concreto. Luego veo a un chico rubio en la mesa junto con una chica, también rubia, y me dirijo a él-. Estúpido, me estuviste engañando todo este tiempo con ella, ¿verdad? -la chica casi estalla en carcajadas... esto si es hacer el ridículo-. ¡Maldito degenerado! Desglaciado sin azúcar.

Él chico río. Obviamente no entendía que mierda estaba pasando

Por la fruta madre, que humillación.

-¿De qué te ríes? Me engañaste...y yo que pensé que la tercera era la vencida. ¿Sabes qué? Ya no me importas. Haz lo que quieras con tu vida, pero de esto no te olvidarás.

Llegó la hora.

Tomé el vaso y voltee todo el jugo en su polera. Su cara estaba llena de sorpresa y furia. No sé como mierda estaba haciendo eso. Él no tiene la culpa de que Travis fuera hací de malo. O que yo sea hací de manipulable. Luego de hacer eso, salí corriendo hacia dónde estaba Travis. Abrí la puerta del local, entre aplausos y gritos y fui hacia un árbol cercano, dónde se encontraba Travis.

-Hijo de puta -digo.

Él levanta los brazos.

-¿Qué? Recuerda que igual me toca hacer el reto.

Pongo los ojos en blanco. Travis empieza a correr hacia su auto y yo lo sigo.

-Recuerda que yo gané la apuesta, imbécil.

-No, no, no -dice abriendo la puerta del auto-. Entra rápido.

Entré en el auto y me abroche en el cinturón. Travis entró por el otro lado, puso en marcha el auto y nos dirigimos hacia no sé dónde.

-Fue tan humillante -mascullo-. Pero si vas a cagarla, mejor hazlo a lo grande.

Travis eleva las cejas.

-Bien dicho -dice-. ¿Y haz pensado en mi castigo?

-Claro que sí -respondo-. Estaba pensando en retarte a correr desnudo -Travis se ríe-, pero luego pensé en las miradas de las chicas y se me pasó, créeme.