Capítulo 2.

1.8K 86 0
                                    

Comienza un nuevo día. _____ ha pasado la primera noche en su nuevo hogar. Se levanta sobresaltada de la cama, pues acaba de tener una pesadilla. Además, de las peores. No empieza con buen pie, pero se le escapa una sonrisa traviesa al pensar en las cosas que tiene que hacer hoy. 

Por la noche escribió una lista de planes que realizar. Es una persona indecisa pero cuando quiere tiene las cosas claras. Baja de la litera por la escalerita que le parece tan graciosa. Cree que todo está diseñado a su gusto, como si fuera la protagonista de algún cuento de princesas de esos que le contaba su madre para dormir. 

Camina descalza hacia el cuarto de baño, se desnuda, y se adentra en la ducha. Se deja empapar por el agua caliente mientras se enjabona y realiza algunos pasos de baile. También canta, a pesar de que no se logra escuchar ni ella misma ya que tiene puesta la radio a todo volumen. Es su momento de liberarse y desconectar. Pensamientos un tanto rebeldes andan perdidos por su mente. Sale y se seca con la toalla rosa que tanto le gusta. La otra, de un color más oscuro, la enrolla en su pelo. Una canción más lenta y triste. Se mira al espejo. Odia lo que ve reflejado ahí. No quiere hacerlo. Siente impotencia una vez más. Rompe a llorar. Quiere sentirse segura con ella misma, quiere quererse, pero lo ve tan imposible como tocar la Luna con la punta de los dedos. 

El cristal está empañado de vaho y dibuja un corazón en él. Amor. Todo lo que necesita. Pero ella no lo quiere saber. Está acostumbrada al fracaso y teme entrar en ese juego. Se seca las lágrimas con el puño de sus manos y sale corriendo hacia el pasillo directa a su habitación. No se hace todavía la idea de que vivirá ahí. Abre el armario y coge la primera camiseta que pilla. Pantalones de chándal anchos y deportivas. Cómoda, pero no lo suficiente. Carga con su réflex colgando del cuello decidida a perderse entre los alrededores de la inmensa urbanización.

|Narra Justin|

No hay nadie en casa. ¿Dónde se han metido? Me doy una ducha rápida y bajo corriendo a desayunar. Abro la nevera y cojo un zumo que voy bebiendo sujetándolo con una mano mientras con la otra me peino. Abro el grifo y mojo un poco más mi pelo. Listo. Irresistible. Saco el móvil de mi bolsillo y reviso mi agenda. Me detengo en la letra V. Vanessa. Linda. Muy linda.

''Preciosa, ¿mañana nos pelamos química? Creo que lo haremos mejor tú y yo. Solos.''

Me muerdo los labios y los mojo con mi lengua. Me pongo el casco, subo a mi moto y tomo dirección al parque de los pinos. Allí nos solemos reunir todos. En unos pocos minutos me encuentro allí. Aparco y voy hacia ellos.

-¿Qué pasa, bro? –digo saludando a Ryan con un choque de manos, y luego un golpecito en la espalda.

-Te estábamos esperando.

Da una calada a su cigarro y me lo pasa. Saludo a los demás. Me siento a su lado y tiro el humo de mi boca mientras todos me miran.

-¿Ya has conocido a tu nueva hermana? –me pregunta Chaz desde una esquina del banco donde estamos sentados.

-Sí, tío. No me lo recuerdes.

-¿Por qué? ¿No está buena?

Me entra algo parecido a un ataque de risa. Ryan incluso se preocupa y me da toques en la espalda para que pare.

-Ya, ya. -toso un poco. –No, no está buena, y parece ser muy rarita.

-¿Rarita?

-Sí, no habla normal. Dice palabras extrañas.

-Pues yo quiero verla.

-Y yo.

-¡Yo también! –se suman todos a la idea espontanea.

Improbable Dirección | Justin Bieber.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora