Capítulo 9.

1.6K 70 2
                                    

|Narra _____ |

-¿Dónde vamos? –pregunto curiosa mientras el viento golpea en mi cara.

-Por algo llevas una venda en los ojos. –contesta con cierto humor.

Me gustan las sorpresas, aunque no sé si esto se trata de una de ellas. No tengo ni la más mínima idea de lo que quiere este chico de mí en este momento, sólo espero ir vestida adecuadamente para la situación. Me ha costado más tiempo del que requiere. Y es que quiero abrirme más al mundo, sentirme ''libre'' en cierto modo.

Llevo una camiseta con un bonito estampado que deja descubierto mi hombro derecho, unos pantalones pitillo ajustados y mis converse negras. Me siento menos bicho raro, aunque no dejo de serlo. No soy de esas que cambian para agradar a los demás. Así que si me quieres, quiéreme tal y como soy.

Trato de tranquilizarme lo mejor que puedo pero no dejo de pensar en lo que viene a continuación. Estoy nerviosa y mi estómago se contrae. Llevaría la mano a mi boca para devorar mis uñas pero están en un mejor lugar, su abdomen. Está fuerte, lo puedo notar. Además se encuentra totalmente rígido.

Apoyo la parte derecha de mi cara en su espalda y se me escapa una sonrisa. Aspiro fuerte y puedo oler su perfume, el cual me deja completamente tensa y atontada a la vez. Me quedaría aquí quieta durante mucho tiempo.

-Ya casi estamos. –escucho su voz tranquilizadora.

En poco más de cinco minutos parece que llegamos. Frena despacio y no quiero apartarme de él. Puedo notar un ambiente húmedo que me agrada. También se escucha el piar de unos cuantos pájaros.

-¿Ya puedo mirar? –la intriga corre por mis venas y no lo puedo evitar.

-No, todavía no. –se mueve y abandono las manos de su abdomen. Escucho su risa.

-Justin, ¿dónde me has traído?

-Seguro que te gusta este lugar. Es muy... muy a lo tuyo.

-¿Qué? –carcajeo.

-Bicho. –se queda unos segundos en silencio. –Y baja ya de la moto, que se nos va a hacer de noche.

-Estúpido. –murmuro bajito. –¿Cómo pretendes que baje si no veo? Quieres que me meta una buena ostia, ¿verdad?

-Si te caes, te levantas. Es fácil. –escucho su risa de nuevo.

Qué poco caballeroso. ¿Por qué me habré tenido lo que sea que signifique este sentimiento de este chico? Me decido a colocar mis dos piernas a un lado y gracias a mi sentido del tacto consigo tocar tierra. Me siento orgullosa de mí.

-No me caí, listo. –digo en un plan burlesco.

Nadie contesta.

-¿Justin?

¿Habrá sido capaz de dejarme sola?

-¿Justin?

Repito su nombre esta vez más alto.

-A veces eres un gilipollas, ¿lo sabías?

Comienzo a caminar moviendo las manos a mí alrededor intentando asegurar que no me choco con nada. Soy como las aspas de un molino luchando contra el viento. Con cuidado doy un paso más hasta que me detengo.

-Justin, voy a quitarme la maldita venda de los ojos. Cuento hasta tres. Uno... dos...

-¡Espera! –siento sus manos en mi cintura.

-Ya es tarde.

Me desprendo de la venda tirándola al suelo y camino en dirección hacia... no sé dónde. Estamos en un bosque y no me detengo ni a mirar el precioso paisaje. Todo es verde. Vaya, llevaba razón, me encanta este lugar. Seguro que aquí se podrían tomar las mejores fotografías. Mi cámara, necesitaría ahora mi cámara. Pero no estoy para bromas.

Improbable Dirección | Justin Bieber.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora