Capítulo 35.

872 48 4
                                    

|Narra _____|

Llegamos a casa. Justin deposita las llaves sobre la mesita del recibidor tras abrir la puerta. Ahora la cierro yo y doy unos pocos pasos acercándome a él que me mira sin descaro alguno. Su mirada realiza un escáner por mis piernas desnudas, llega a mi falda de cuadros del uniforme y se detiene en mis labios.

-¿Qué?

-Nada.

Y esas son las únicas palabras que nos dirigimos antes de llegar a la cocina. Yo comienzo a prepararme un vaso de leche para beberlo antes de irme a dormir y cuando me percato Justin ya no está. Resoplo y saco el vaso del microondas para segundos después beber un sorbo y quemarme toda la lengua. Argggg. ¡Quema! Agito mis manos en acto reflejo y escucho de repente una risa débil y frágil detrás de mí.

-Ves con cuidado, nena.

Justin carcajea y yo le miro elevando una ceja. Él da un paso hacia delante recortando la distancia que nos separa y los nervios empiezan a fluir en mí.

-Y no montes escándalo que están durmiendo. –dice acoplando sus manos en sus bolsillos.

-¿Tan pronto?

-No es pronto...

-Ah.

Me giro y acabo de beberme la leche ahora ya un poco más fría. Menos mal. Deposito el vaso en la pila y lo friego. Después me seco las manos y mientras lo hago noto unas manos envolver mi cintura y una cabeza asoma de repente justo al lado de la mía.

-¿Sigues molesta?

-N...sí. –dudo yo misma. Escucho su risa de inmediato cerca de mi oído.

-Ibas a decir que no. –susurra rozando con su nariz la piel que va hacia mi cuello. –Pero te quieres hacer la dura.

-No soy tan débil como crees. –murmuro mientras mis pulsaciones aumentan notablemente.

-Yo no creo eso... -dice en voz baja y ronca. Suena irresistible y...

-Entonces no digas lo que no crees. –musito. Él me rodea más fuerte por detrás y yo consigo alcanzar la decimocuarta estrella.

-No puedo estar enfadado contigo y tú no puedes estar enfadada conmigo, así que... -con una mano ondula mi pelo y con la otra me gira por la cintura haciendo que nos quedemos cara a cara. –es hora de reconciliarse como es debido.

No me preguntéis cómo pero noto una explosión en mi entrepierna. Su voz es sexy y su mirada pícara me tienta demasiado. Joder, es mi perdición. Antes sentía debilidad por el chocolate caliente, por el olor de las páginas de un nuevo libro o por las risas con papá a la madrugada, ¿y ahora? Ahora mi debilidad lleva tu nombre escrito en mayúscula y en cursiva a tamaño gigante.

-Pero antes quiero que me cuentes qué hacías con ese imbécil. –dice serio aclarando su garganta.

-Ya te lo dije antes... además, no quiero recordarlo, ¿vale? –digo fingiendo una sonrisa amarga.

Él no contesta y se muerde el labio inferior con firmeza. Se aproxima más a mí haciendo que de unos pasitos hacia atrás chocando con la encimera donde él coloca sus manos a ambos lados de mi cadera invadiendo mi espacio.

-¿Estás celoso? –disparo produciendo una risa por su parte.

-No.

-Sí. –río volviendo a mi estado cuando me encuentro cerca de él. –Pero me gusta que lo estés.

-Entonces a mí me gusta que te guste. –dice aproximándose a mi boca y mirándola como si fuera el caramelo más dulce. –Pero no estoy celoso.

Improbable Dirección | Justin Bieber.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora