Capítulo 4.

1.5K 76 0
                                    

|Narra _____|

''Querido diario. Gracias por ser mi mejor amigo, por aceptarme, por permitir que me exprese lo mejor que puedo sin tener que dar explicaciones a nadie. Tú me entiendes. ¿Sabes? Hay veces en las que quisiera desaparecer de este mundo, pero luego me paro a pensar en las cosas que me quedan por hacer y retiro mis pensamientos a un lugar oscuro de mi mente. Quiero subir a lo alto de la Torre Eiffel y notar la ciudad bajo mis pies, quiero emborracharme en la playa, despertar con la persona que quiera estar a mi lado y ver amaneceres juntos, bailar un vals empapada mientras llueve, sentir mariposas revoloteando por mi estómago al tenerle cerca, fotografiar cada rincón del mundo. Necesito que alguien me haga creer en los sueños. ¿Dónde estás? ¿Dónde te escondes? Una vez alguien me dijo que hay ocasiones en las que tienes tan cerca algo que te cuesta verlo. Nunca le di importancia a mis complejos, lo sabes, pero por eso me pregunto día a día ''¿Por qué nadie me acepta tal y como soy?''. Hoy especialmente te escribo porque me ha sorprendido algo, mi profesor me ha escogido para ser la protagonista del musical de la universidad. ¡Es la primera vez que alguien hace una cosa así por mí! Si dijera que no estoy emocionada me crecería la nariz al mentir como a ese tal Pinocho. Solo que existe una gran diferencia, él está hecho de madera y yo soy puro sentimiento en cada centímetro de mi piel. Me tengo que despedir, papá me llama desde abajo para que vaya a cenar. Te quiero, pues, si tú no me escucharas, ¿quién lo haría? ¡Hasta mañana!''

Clic. Cierro el bolígrafo y lo guardo en mi estuche que está a punto de estallar. Me gusta tenerlo lleno de rotuladores de diferentes colores y formas. Aspiro. El olor a pizza llega hasta los orificios de mi nariz provocándome aún más hambre. 

Agacho mi cabeza y me doy cuenta de que todavía voy en ropa interior. Acabo de salir de la ducha y mi cabello permanece un poco mojado. Aplico crema corporal por cada poro de mi piel y a continuación me hecho colonia. Es una de las pocas maneras de sentirme libre. Fresca. Sana. Recojo la ropa que hay tirada por mi habitación y la clasifico donde corresponde. Ante todo soy ordenada. Odio ver las cosas donde no toca, por eso, mamá debería estar aquí con nosotros. Siento una punzada en mi interior y retomo lo que estaba haciendo. Será mejor. Rebusco bajo la almohada para ponerme el pijama. Sí, ahí lo guardo. Manías, supongo. Me coloco frente al espejo del baño, lavo mi cara despejando mis pensamientos y después la seco con la toalla.

-¡_____, te estamos esperando! –otro aviso desde lo más profundo de la garganta de papá.

Bajo las escaleras al compás y lo más rápido que puedo. Incluso se me cae una de las zapatillas por el camino. Los veo ahí, a los tres sentados esperándome. La primera cena ''familiar''.

-Por fin. –murmura Justin que me mira detenidamente.

-Lo siento. –toso con fuerza adrede. –No puedo hacer mil cosas a la vez.

-No lo jures. –ríe él.

También lleva puesto un pijama gracioso. Nunca pensé que al chico malo le gustaran los pantalones de Super Mario Bros. Lo conjunta con una camiseta básica blanca. Vaya. Sé que en realidad esconde algo. Tiene una parte misteriosa que me inquieta. Me siento frente a él. 

Pattie me sirve un vaso de agua y se lo agradezco con un tímido ''gracias''. Bebo despacio. En realidad estaba sedienta. No me gusta el gas y además no bebo alcohol. Ni tan siquiera lo he probado. Como dije, una adolescente de 17 años que no se emborracha no se ve todos los días. Soy una especie en extinción.

Están callados y me incomoda ese silencio. Apenas tres palabras se cruzan en la mesa desde que me he sentado. Limpio mi boca con la servilleta que tengo a la izquierda de mi plato. Ese que no he usado, por cierto. ¿Desde cuándo la pizza lo necesita? Dos bocados y acabo. Recojo lo que puedo con ayuda de Pattie.

Improbable Dirección | Justin Bieber.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora