Capítulo 6.

1.6K 88 4
                                    

Tiro la colilla al húmedo suelo de la carretera donde el agua comienza a mojar la grava lentamente. La chafo seguidamente con una de mis zapatillas rojas y me coloco el casco en la cabeza antes de que miles de gotas inunden mi perfecto cabello. Arremango un poco la chaqueta de cuero negra y miro la hora. Se supone que tendría que salir ya, aunque seguro que se ha perdido o se ha quedado encerrada en el cuarto de baño. No me extrañaría. La normalidad no es lo suyo.

Sin querer se me escapa una traviesa risa y al instante me pregunto qué hago aquí esperándola si todavía llevo la marca de la palma de su mano en mi mejilla. Lo pienso y siento que aún puede dolerme. Maldita sea.

-¡Eh! –noto tras mi espalda su voz. Me giro.–¡Idiota!

-Está lloviendo. Sube. –tiro hacia adelante mi cuerpo dejándole un hueco.

-¿Por qué? Me odias, no me soportas, me llamas bicho raro... pero quieres llevarme a casa. –dice.

''No es que quiera, es que debo hacerlo'' pienso y dudo al mismo tiempo. Y me quedo observando cómo una gota de agua realiza un recorrido bajando por su labio inferior. Parece sexy. Parece, dije. No. Retiro lo dicho... pero ¿por qué? Sigue siendo un bicho. Es rara.

Caliento el motor.

-O te subes ahora mismo o te quedas aquí. –advierto. Ella elige. Aunque creo que sería incapaz de abandonarla.

-No me has contestado. –dice apoyándose en la parte trasera de la moto.

Se escucha un fuerte trueno y alza la vista contemplando el cielo. Ni un rasgo de preocupación en su rostro.

-_____, que subas. Va a haber tormenta.

La lluvia empieza a caer con más intensidad en una milésima de segundo. Su pelo comienza a empaparse y... quiero dejar mis pensamientos en blanco. Esto no puede ser cierto. Definitivamente, está sexy de esa manera. Creo que necesito un buen polvo, estas cosas no me pasan a mí.

Niega con su cabeza mientras la miro atentamente. Me veo obligado a forzarle para que suba como si fuera una niña pequeña que quiere ser traviesa y desafiar al mundo. La cojo de la muñeca y la tiro hacia mí. Se queja. Ahora la cojo de la otra. Reniega de nuevo. La acerco más y casi chocan nuestras frentes. Se queda quieta. Nunca hemos estado tan cerca.

-¿Me vas a obedecer? –le pregunto en un tono que parece amenazador.

-Sí. –nuestras miradas conectan al instante. Creo que un par de hormigas se han colado por mi barriga y me hacen cosquillas.

-¿Vas a seguir mirándome, bicho? Intimidas un poco. –sonrío con dulzura. Esa sonrisa que pocas veces muestro.

-Me gustan tus ojos. –se decide a decir sin romper la única distancia que comparten nuestras respiraciones. –Color miel.

-Puedes acercarte un poco más si no los ves bien. –digo.

¿Pero qué hago? Mi corazón bombea fuerte. Sonríe y me quedo contemplándola como un auténtico subnormal enganchado a ella. Sus dientes son blancos y perfectos. No imaginaba que escondiera dentro una cosa así. Sus labios cobran un color más intenso y mis mejillas creo que también. Echa su pelo hacia un lado y trago saliva. Eso sí, casi me atraganto.

El claxon de un coche nos interrumpe y ella sube rápidamente a la moto aferrándose a mi cuerpo. Me abraza por detrás y otra vez esa sensación. ''Justin, debes estar enfermo, con fiebre, ¿verdad?'' me pregunto a mí mismo. Coloca su cabeza justo por la zona de mi clavícula y la observo por el retrovisor de la moto tras limpiarlo con mis manos a pesar de que el agua cada vez cae con más intensidad.

Improbable Dirección | Justin Bieber.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora