Capítulo 5.

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Llegan a un tiempo récord. Justin reduce la velocidad y apoya la punta de los pies en el suelo para estabilizarse. Frena e inclina la moto hacia un lado para que _____ pueda bajar. Ella piensa que es un gesto bastante caballeroso como para que lo realice esa misma persona que le falta el respeto diciéndole cosas feas. 

Baja y lo espera apoyada en una pared inundada de recuerdos de adolescentes que marcaban sus nombres en grafitis. Cada uno de un color. Se le viene a la cabeza ese deseo suyo de salir de clase con alguien tirando de su mano para a continuación plantarle un beso en los labios. Quiere que los protagonistas de las historias de amor de los libros cobren vida. Sabe que eso no existe, lo que no sabe son las cosas que le quedan por sentir.

Mientras su mente crea enlaces imaginarios observa cada movimiento que realiza Justin.

-¿Qué toca ahora? –pregunta él guardando los cascos en un pequeño soporte incorporado en la parte trasera de la moto.

-Filosofía. –responde ella con cierto asco en la palabra. Y es que es una de las asignaturas que peor se le dan.

Él refunfuña bajito y se deciden a entrar por la inmensa puerta grisácea de la universidad. El vigilante que allí se encuentra les saluda simpáticamente y les muestra esa sonrisa que esconde bajo la negra barba.

-¡Esperad! –los llama justo en el instante en el que van a subir por las escaleras.

Les extraña su voz. Retroceden unos pasos y se giran prácticamente a la vez.

–Ha sido gracioso eso, -dice haciendo referencia a el gesto que acaban de cometer. –haríais una buena pareja para el musical.

-¿Qué? –carcajea Justin. -¿Pareja? –lo hace de nuevo con más intensidad y en el rostro de ella se dibuja una expresión de rabia. Odia que hagan eso.

-Yo apostaría por vosotros. –añade rascándose la barbilla el señor vigilante. _____ sonríe involuntariamente y éste se percata. -¿Cómo os llamáis?

-Chaz. Chaz Somers. –miente él.

-_____. _____ Bieber. –le sigue ella.

-No mientas. –arquea las cejas como él sabe. Pasa la lengua por los extremos de sus labios y _____ le mira atentamente. Pensamientos en lo más oscuro y escondido de su mente le intentan decir algo.

-Bueno, creo que vais a llegar un poco tarde. –interrumpe rascando de nuevo su barba. –Hasta luego, chicos.

Se despiden y vuelven a su camino.

-¿Carrera? –pregunta Justin desafiante.

-Uno... -_____ se prepara para impulsarse con la barandilla. –dos... ¡tres!

Y salen disparados mientras una sonrisa se cuela en sus rostros de manera inmediata. Parecen dos niños pequeños sin preocupaciones y por un momento a ella se le olvidan todas las malas sensaciones. Nadie sabe el significado. Quizás sea porque cuando está con él algo la desconecta del mundo.

Casi se estampa contra la puerta, pero llega. Se apoya en ella mientras su pecho golpea con fuerza debido a la risa. No aparece el ''perdedor''. Desata el coletero de su cabello y lo revuelve moviendo la cabeza de un lado a otro. Después lo peina lo mínimo con sus dedos. Realmente ese toque le queda demasiado bien. Su pelo es ondulado y largo, no debería esconderlo. El color castaño con mechas más claras tiene un brillo especial, al igual que sus verdosos ojos. Ahora tendría que plantarse frente al espejo y observarse bien. Esa sonrisa con esos dientes tan perfectamente colocados debe ser la dueña de su felicidad. Sus labios medianamente gruesos hacen que resalte todavía más. Y tienen un color rojizo divertido. Entonces pone la mano sobre ellos intentando ocultar su risueña expresión. Se acerca a la barandilla que da a un patio interior y asoma mitad de su cuerpo por ella.

Improbable Dirección | Justin Bieber.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora