Capítulo 15.

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Miércoles por la mañana. _____ se estremece bajo las sábanas mientras siente su tacto y aspira el limpio olor que desprenden. Varios mechones de pelo se cuelan juguetonamente en su cara y los aparta cuidadosamente. Balbucea cosas sin sentido que no se pueden entender y el despertador sigue aporreando en sus oídos de forma violenta y molesta.

Lo mismo le sucede a Justin. De una manotada y con los ojos entrecerrados se deshace de la alarma. Pasa una mano por su cara con una expresión cansada y al instante revuelve su pelo dejándolo en punta. Si _____ le viera observaría sus carnosos labios inflados y un poco más rosados de lo normal. Los moja pasando la lengua por los extremos y por fin se levanta. Planta el primer pie en el suelo y luego tras una pausa mientras se le escapa un largo bostezo coloca el otro. Camina descalzo y en bóxers hacia su armario tocando su ombligo traviesamente con su dedo índice. Se viste rápido con su uniforme y deja su camisa de botones entreabierta permitiendo estar al descubierto el principio de sus pectorales. También deja caídos sus pantalones dándole un aire chulesco que no haría falta añadir a su expediente.

Al percatarse de la hora ambos salen a toda prisa coincidiendo en el pasillo que comparten sus habitaciones.

Parece que a _____ se le corta la respiración y en cuestión de un segundo aparece una sonrisa simpática dibujada en su cara.

-Buenos días, bicho. –susurra Justin con una voz áspera y dura pero que pondría a mil por hora a cualquier chica.

Recuperándose del sobresalto que le ha causado ver la imagen del chico con el que esa misma noche ha soñado, contesta con el corazón en un puño.

-Buenos días, Justin.

-¿Te llevo o prefieres...

-Llévame en la moto. –no le deja acabar de formular la pregunta. –Llévame si no causo molestia, claro. –dice una _____ avergonzada ante su propia actitud tan repentina.

-Se nota que me echabas de menos. –ríe él acoplando las manos en los respectivos bolsillos de su pantalón. –Deberías disimular un poco más.

-No tengo que disimular nada. –ella eleva una ceja divertida.

-Las ganas de estar conmigo sí. –carcajea Justin de nuevo.

-Eso solo sucede en tus sueños, Bieber. Un honor que sueñes conmigo. –agita su mano con desdén.

-Te veías preciosa gritando mi nombre. –guiña un ojo seductor.

-¡Eres un estúpido idiota! –bromea _____ golpeando su pecho un tanto descubierto.

-Eh, eh, eh, bicho. –Justin coge esas mismas manos que le estorban y las coloca tras la espalda de ella dejándola inmóvil. -¿Qué crees que haces? –susurra aproximando sus labios a sus oídos.

_____ perpleja y con la sangre corriendo a velocidad de campeonato regula su agitada respiración. Su pecho sube y baja a un ritmo de infarto y sus mejillas comienzan a tintarse del color de las amapolas. No está acostumbrada a estas cosas, ella era más de imaginar a los personajes de las novelas, pero llegó inesperadamente alguien que sin saberlo, cambiaría todos sus planes y le haría sentir la electricidad del primer rayo que ilumina su habitación en las noches de tormenta.

-Nena, dime que te dejo sin aliento como tú me dejas a mí. –vuelve a susurrar contra su oreja haciendo que las piernas de _____ se debiliten.

Ella se limita a morder su labio inferior con la impotencia de no poder hacer otra cosa. Traslada sus pensamientos oscuros a un cajón y lo cierra con llave, tirándola después al mar que su propia imaginación ha creado.

-Nena... -Justin muerde el lóbulo de su oreja y lo estira con cuidado. –Dime algo... o directamente te devuelvo lo que hiciste ayer... -lame con su lengua justo ahí y luego la desliza hacia abajo.

Improbable Dirección | Justin Bieber.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora