Capítulo 46.

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|Narra _____|

El camino hacia casa marcha rápido. El tiempo a su lado se esfuma a la máxima velocidad, incluso diría que algún tipo de fenómeno sobrenatural me lo roba.

Dejo caer el peso de todo mi cuerpo en la cama mientras mi pelo todavía continúa mojado después de una refrescante ducha. Sí, una vez en el coche no volví a pasar frío y juraría que mi piel ardía, todo es culpa de Justin por alborotar mis pensamientos y dejar que diéramos un paso más en nuestro camino lleno de piedras. Afortunadamente, no hemos tropezado. Continuamos avanzando mirando al frente y eso me gusta. Me gusta porque confío en nosotros. Y yo no suelo confiar en las personas. Creo que las excepciones están llegando a mi vida.

Me pongo el pijama y le dedico varios minutos a mi diario, como siempre. Y como últimamente sucede, su nombre ahora ocupa cada página escrita. Inconscientemente mi mano viaja sola por el blanco papel, creando un nuevo mundo con mis palabras escondidas quizás tras el humo de su cigarro. Huelo a tabaco, aunque sea una impresión mía. Pero sigo escribiendo y continúo reflejándome en el espejismo de mi realidad, en lo que no digo pero es, en lo que silencio y mi mirada dice a gritos sin querer. Mamá siempre me decía que con mirarme a los ojos sabía lo que estaba pensando, que cuando quisiera saber la verdad siempre mirara a los ojos de la otra persona, eso siempre la delataría.

-Bonito diario. –susurra una voz a mi espalda que me sobresalta. Casi suelto un chillido pero logro contenerlo.

Aparto rápidamente el diario a un extremo del escritorio, rezando a todos los posibles Dioses que existan por que Justin no haya sido capaz de leer nada de lo que había escrito.

-Idiota, casi me matas del susto. –digo poniéndome en pie y deslizando mi brazo por mi frente recuperándome.

-¿Qué escribías?

-Mi día de hoy, creo que es obvio.

-Entonces habrá aparecido mi nombre por ahí.

-Tal vez. –suelto una risa tímida. -¿Qué haces aquí?

-¿Quieres que me vaya? –pregunta enarcando una ceja. –No, no quieres que me vaya. –sonríe burlón.

-No preguntes si te vas a contestar tú solito. –continúo bromeando dándole una pequeña palmada en la mejilla. Intenta atrapar mi mano, pero todo se queda en el intento. Corro hacia mi cama y antes de lanzar todo mi peso contra el colchón sus brazos envuelven mi cintura.

-¿Sabes, Blair? Por mucho que huyas nunca vas a poder escapar de mí. –susurra cerca de mi cuello, electrocutando mi piel, si eso es posible.

Entonces vuelve a suceder. Me quedo muda, con los labios sellados y una sensación en mi pecho que no me permite respirar. Se llama de alguna manera, le puse un nombre, justo hace un rato lo escribí en mi diario. Es precisamente Roma escrita al revés, es magia, es la sensación de alcanzar la decimocuarta estrella. Juraría que es eso, pero tal vez no puedo encontrar una palabra que defina lo que siento. Es complicado. Soy complicada. En realidad, soy todo un caos. Aquí estoy, con cara de tonta mientras Justin me mira con esa cara tan tierna de querer llenarme de besos.

-Esta es la parte que estaba esperando. –dice sonriendo, con cierto brillo destacado en sus ojos. Pienso en lo que me decía mamá. ''Los ojos delatan a las personas'' y Justin me está mirando de esa manera. Trago saliva. Presiento que es una buena señal.

-¿Qué parte? –pregunto casi tartamudeando. Me siento estúpida porque él produce ese efecto en mí y me flaquea hasta la voz.

-Esta. –susurra ahora un poco más cerca de mi oído para después besar el lóbulo de mi oreja despacio. Esto hace que todo mi cuerpo vuelva a experimentar algo extraño, pero que estoy empezando a conocer. –Esta es mi parte favorita. –suspira aplicando besos delicados en mi cuello mientras yo contengo la respiración y trato de equilibrar el pulso. Con mis manos acaricio su pelo mientras se empeña en besar ahora mi nuca, erizándome el vello. –Hueles muy bien. Demasiado bien, Blair. –añade con la respiración entrecortada, echando mi pelo hacia a un lado fuera de cualquier molestia que pueda suponer. –Es una de las cosas que me enganchan de ti.

Improbable Dirección | Justin Bieber.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora