Capítulo 21.

874 54 1
                                    

|Narra _____ |

-Despierta, dormilona. –susurra una voz grave en mi oído.

Abro los ojos en cuestión de una milésima de segundo y me giro encontrándome con su cara. Justin ríe dulcemente a mi lado. Mi cabeza estaba apoyada en la ventana y mis manos pegadas a mis mejillas. Inmediatamente las despego de ahí. Frunzo mi ceño y muerdo el interior de mi mejilla a la vez.

-¿Qué... qué pasa? –tartamudeo.

-No pasa nada.

-¿Qué haces aquí? –le miro confusa.

-¿Molesto?

-No, para nada. Pero no te había visto antes...

-Ya. Había cambiado mi sitio a Vanessa. Ya sabes que me encanta observarte.

-No digas eso. –me sonrojo. –Todavía tengo sueño, ¿por qué me has despertado?

-Porque estamos llegando.

-¿Queda mucho?

-Si estamos llegando es que queda poco, nena.

-¿Pero cuánto?

-Basta ya de tantas preguntas que ahora mismo no puedo callarte.

-Oh, juego con ventaja.

-Sólo por ahora. Cuando estemos solos te ganaré yo, bicho.

-¿Por qué?

-Porque te voy a besar hasta quedarme sin aliento. –susurra bajito cerca de mi oído.

Todo mi cuerpo se congela en una milésima de segundo. Muerdo más fuerte el interior de mi mejilla aguantándome las ganas de besar sus labios y unirme por siempre a ellos. Me pregunto si realmente me ha despertado o sigo perdida en mis profundos sueños. Pero descarto la segunda opción cuando noto su aliento cerca de mis mejillas. Es real, aunque cuesta aceptarlo. Nunca he sido capaz de admitir algo así pero... es perfecto para mí.

Los escalofríos no cesan y mi mente deja de trabajar por completo. De nuevo se para el tiempo, el mundo y todo lo que nos rodea. Es extraño porque sólo existimos Justin y yo. El pasota y la bicho. El chico popular y la chica rara de la universidad. Dos personas completamente diferentes pero que sienten algo conjunto. Nos deseamos. Nos buscamos. Y además, ninguno de los dos nos hemos enamorado nunca. Pocas cosas tenemos en común. Quizás esta sea la oportunidad que nos ha querido dar el destino. Pero ya sabes, no podemos ver el futuro, aunque sí lo podemos predecir y si ahora mismo me preguntan que qué es lo que veo en él aparecen sus ojos color miel mirándome impacientes mientras sus carnosos labios me piden otro beso más. De esos largos, jugosos y que saben a gloria. De esos que acaban con un mordisco en el labio inferior. De esos que te dejan con ganas de tirarte toda la noche enganchada a él.

Muy gracioso el destino, nunca sabemos lo que nos tiene preparado...

Miro el reloj de mi mano izquierda y ya ha pasado la hora de comer. Mi estómago precisamente en este momento ruge recordándomelo. Pensando y pensando han pasado los minutos y me quedo mirando por el cristal como una niña pequeña viendo nevar por primera vez a través de la ventana de la habitación. Pero aquí no hay tráfico, ni contaminación, ni gente paseando por las aceras. Ni nieva ni hace tanto frío. El paisaje no es blanco, es verde. Tan sólo unas pocas luces iluminan el asfalto de la carretera. Y tampoco hay mucho jaleo. El autobús está en silencio salvo algunas palabras que se escapan en voz baja de vez en cuando.

-Acabamos de llegar, espero que hayan tenido un buen viaje. Ahora cogerán vuestras pertenencias y se les asignará una tienda de campaña que tendrán que compartir por parejas de dos. Allí dormirán y el resto de actividades se realizarán al aire libre en pleno contacto con la naturaleza. Todas ellas serán impartidas por vuestros monitores: Sarah Polimon, Vanessa Braun, _____ Blair y Justin Bieber. Ellos os indicarán qué hacer y debéis hacerles caso, ¿de acuerdo? Os quiero ver organizando vuestras cosas en las tiendas ahora mismo. ¡Vamos chicos!

Improbable Dirección | Justin Bieber.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora