Capítulo 42.

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|Narra _____|

Las paredes de la sala son blancas y pálidas, mientras los muebles son de colores oscuros con adornos en un tono gris. Me gusta la combinación. Es un lugar donde perfectamente podría acomodarme a leer un libro y evadirme del mundo. Sí, porque aparte ese ventanal tiene unas vistas geniales y en compañía de un café caliente...

-¿_____ Blair?

Una señora con unos tacones que aumentan notablemente su estatura se sienta en el sofá rojo ovalado situado justo delante de mí.

-Sí, soy yo. –afirmo tras mojar rápido mis labios.

-Bien. –dice con claridez colocándose las gafas de pasta negra un poco más arriba de su diminuta nariz. –¿Es necesario que le hable de usted?

-No. –sonrío. ¿A qué viene eso?

-Perfecto, así me sentiré más cómoda. –me devuelve la sonrisa. Hace una pausa y carraspea. -¿Puedes hablarme sobre tu vestuario? Quiero decir, sobre cómo vistes en tu día a día. Quizás no lo creas, pero es importante.

Y es ahí cuando me planteo seriamente qué estoy haciendo sentada frente a una mujer que acabo de conocer y está empezando su particular interrogatorio conmigo.

-Pues... me gusta vestir discreta. –añado sincera.

-¿Discreta? Hmm... -se lleva el dedo a la barbilla y me inspecciona con su vista. -¿Y eso a qué se debe, _____?

-No soy como el resto de chicas, soy diferente y esa es mi manera particular para distinguirme de las demás. –digo, encogiéndome de hombros.

-Una buena respuesta, pero la vestimenta tampoco puede estar reñida con tu carácter, cariño. Creo que tienes un buen cuerpo para lucir.

-¿A qué viene todo esto?

Me desespero. No entiendo estas preguntas sobre mi forma de vestir. ¿A ella qué le importa? ¿Le molesta? ¿Por qué esto tan de repente?

-Verás, queremos que causes una buena impresión. Y para ello deberás cambiar tu vestuario, por eso te hemos traído aquí.

Elevo una ceja confundida. ¿Esto es real? ¿Me han traído aquí para... cambiarme?

-No voy a cambiar. –digo decida, cruzando mis piernas.

-Tan sólo es cambiar esos jerséis anchos por otros más bonitos y estéticos. Ven conmigo. –se levanta y tras su gesto la sigo.

Llegamos a un salón lleno de prendas de vestir colgadas en amplios percheros. Vaya, creo que aquí están escondidos todos los colores del mundo. Realmente me impresiona ver todo esto.

-Este azul eléctrico sentará muy bien con tu color de piel. –dice tendiéndome un vestido. Lo cojo. –Ahí puedes probártelo. –señala hacia una puerta entreabierta.

Afirmo con mi cabeza y me dirijo allí. Entro y me observo detenidamente en el espejo. ¿De verdad necesito un cambio? Cierro mis ojos y exhalo un suspiro. Sí, en el fondo sé que sí. En parte ya no soy la misma. Ahora soy un poco más valiente y no necesito esconderme del mundo. Puedo mostrar mis piernas sin miedo a nada, puedo enseñar mis muñecas y mis brazos. Porque no hay nada que temer. El mundo que antes estaba ahí tan arriba, ahora está a mis pies. Y lo sé porque he aprendido a volar. Vuelo alto, no tengo vértigo.

Somos lo que pensamos, lo que vivimos. Mi vida antes era... una mierda. Por eso me ocultaba, vestía oscuro, ocultando bajo la tela de mis jerséis cada milímetro de mi piel. ¿Y por qué hablo en pasado? Quizás porque sí tengan razón. Quizás debo dejar atrás esa etapa oscura de mi vida.

Improbable Dirección | Justin Bieber.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora