Capítulo 45.

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|Narra _____|

-¿Tienes frío? –me pregunta Justin antes de subir al coche. Reviso mi cuerpo empapado desde mis pies hasta mi cabeza.

-¿Tú qué crees?

-Yo creo que te estás congelando. –Justin abre el maletero y me lanza una toalla. –Sécate bien.

-Gracias. –digo en un susurro.

-De nada. –responde con una sonrisa, cerrando el maletero.

El garaje es un lugar oscuro, apenas hay luz. Mis pies se quedan clavados en el sucio suelo mientras envuelvo la toalla alrededor de mi cuerpo tiritando. Juraría que mis labios se están tiñendo de un color morado debido a la humedad del ambiente. La verdad es que tampoco mi cuerpo es mucha cosa para combatir el frío.

Justin se aproxima a mí con un andar bastante decidido. Él también se detiene a escasos metros de mí y revisa mi cuerpo de arriba abajo. Después me mira a los ojos y sostiene una sonrisa en sus labios.

-Mejor con la toalla, así también prevenimos eso de tener un accidente. –murmura acercándose más a mí y fijando su vista en mis labios.

-¿Por?

-Por despiste del conductor.

-Eso es absurdo.

-No es absurdo, nena. ¿No pretenderás que con ese vestido tan transparente mi mirada se clave en el asfalto? No, eso es casi imposible.

-Entonces no me desprendo de la toalla.

-No, no lo hagas.

Ahora una sonrisa se desliza en mis labios. Justin se aproxima aún más a mí y me refugia en sus brazos. Me abraza dejando el frío en un segundo plano. O en un tercero. O en un cuarto, quizás. Ahora lo que siento es un escalofrío que deja tiesa mi columna vertebral. Sus brazos cálidos me arropan y se mueven transfiriéndome calor.

-¿Así mejor?

-Mucho mejor. –aclaro.

Beso sus labios sin poderme resistir y ríe sobre mi boca.

-Joder, sí que estás fría.

-Te lo dije.

Avanzamos hacia el coche y mientras él se sitúa en el asiento de conductor yo me acomodo en el de copiloto, con la toalla incluida, no vaya a ser que tengamos un accidente como dice el chico que me quiere llevar a casa y me roba algunos besos traviesos cuando le apetece, sin pedir permiso.

Justin introduce las llaves en la ranura y a los pocos segundos se enciende la radio. Una voz aguda acompaña la canción que suena en este momento. Todavía no arranca.

-Justin, ¿desde cuándo conduces? Quiero decir, siempre vas con la moto, no sabía que también podías manejar un coche.

-Claro que puedo. –suena brusco.

-¿Sucede algo? –me detengo a mirarle. Sus nudillos empiezan a ponerse blancos apretando al volante.

-No.

-Me estás mintiendo.

Ahora Justin me mira. Sus ojos están un poco más oscuros de lo habitual. Me sorprende y a la vez me asusta. No entiendo como una simple pregunta le puede haber molestado tanto.

-¿Confías en mí?

-Claro que confío en ti. –digo acariciando su muslo delicadamente, inclinándome para besar sus labios. Los beso y cuando me separo un poco él engancha sus dientes en mi labio inferior. Tira de él y lo besuquea. Frunzo mi ceño y vuelvo a colocar mi espalda en el respaldo de mi asiento.

Improbable Dirección | Justin Bieber.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora