El Diario De Una Chica Gorda

Abby tú no estás bien

Cuando Harry me dijo eso, realmente me sentía sumamente mal, varias escenas pasaron por mi cabeza, imaginando lo que pudo haberle ocurrido a Diego, pero la realidad es que era una sola cosa la que mi mente procesaba, zayn se había enterado del romance de Diego e Indiana y le había hecho daño a Diego, salí de mis pensamientos y dije

- Que le ha pasado a Diego, por favor Harry dime

- Abby te juro que yo no le dije nada a Zayn, no sé como pudo enterarse, solo que cuando salía de la universidad encontré a Diego en el estacionamiento todo golpeado, lo único que pasó por mi mente fue llamarte pero nunca atendiste mis llamadas y la otra opción fue llevarlo a un hospital donde lo atendieran, después llamé a Indiana y estuvimos esparando hasta que el doctor nos dijo que Diego estaba estable, sé que Diego no es santo de mi devoción pero no podía permitir que el muriera, después me dirigí a la casa de Zayn, discutimos y me llamó traidor, porque según yo sabía que Indiana le estaba poniendo el cuerno y jamás se lo dije, he tratado de hablar con él pero no quiere saber nada de mi, pero te juro Abby que yo no tuve nada que ver, debes creerme.

Todo lo que me estaba diciendo Harry daba vueltas en mi cabeza, lo único que quería en estos momentos era ver a mi querido Diego, fui tan egoísta, solo quería estar bien, pero mientras estaba lejos mi mejor amigo pudo haber muerto,
- Harry después hablamos, lo que me importa en este momento es ver a Diego, puedes llevarme a verlo o al menos me darías la dirección del hospital en donde está, pregunté algo molesta.

Harry accedió a llevarme, durante el trayecto ninguno de los dos habló, para mi era mejor así, mis sentimientos estaban a flor de piel, sentía que en cualquier momento iba estallar, a veces me preguntaba porque la vida era así, por un momento estabas en las nubes y al segundo estabas en el suelo, mi madre decía que el sufrimiento era parte de la vida pero no me imaginé que de la mía iba hacer una eternidad.

Me bajé del auto ni siquiera le agradecí a Harry por haberme traído, caminé unos pasos y Harry venía detrás de mi,  en la recepción pregunté por la habitación de Diego Boneta y la recepcionista me dijo que era la número 17, sabía que Harry me seguía pero no le di importancia, caminé varios pasillos, hasta que llegué a la habitación número 17, me sentía realmente tímida, nerviosa y avergonzada, no me sentía capaz de ver a Diego a la cara, sentía de alguna forma que como amiga le había fallado, el estaba pasando por un momento tan mal y yo estaba dándome la vida de de diva en los Ángeles junto a Emma y Aarón, mientras que el me necesitaba aquí a su lado, tomé valor y entré a la habitación, Diego se encontraba dormido y pude notar varios golpes en su cara, pero lo que más llamó mi atención fue ver a Indiana justo ahí, que diablos hacía ella aquí, por su culpa Diego se encontraba ahí, me llenó de rabia y coraje y no pude evitarlo me abalance contra ella, y las palabras salieron de mi boca

- Como te atreves a estar aquí, por tu culpa pasó todo esto, me dijiste que Zayn no tomaría represalias con Diego y mira todo lo que ha sucedido, realmente no mereces estar aquí, deberías irte.

Sentí que unos brazos me sostenían y se perfectamente que Harry era quien lo hacía, traté de safarme pero era fuerte y no logré hacerlo. Pero podía escuchar lo que Indiana me decía

- La que debería irse de aquí eres tu Abby, donde estabas cuando Diego te necesitaba, dime ¿Donde? No sabes lo preocupado que estaba por ti, no sabes cuantas veces te estuvo marcando y tu ni siquiera te dignaste a contestarle una llamada y sabes porque?, porque eres una egoísta que solo piensa en si misma, y si de verdad te importa la salud de Diego, te pido que te retires, en dos días será dado de alta y podrás ir a verlo a su casa, el acaba de dormirse por unos analgésicos que la enfermera le ha puesto en el suero y lo único que ha hecho es preguntar por ti.

No tardaron en llegar las enfermeras a la habitación para saber lo que sucedía, solo escuché decir a Harry

-Abby tenemos que irnos, tu no estás bien.