Época de los merodeadores.
James lleva años intentando conseguir la atención de Lily, pero cuando ya pierde las esperanzas, las circunstancias del mundo mágico terminarán por unirlos de una forma en que ninguno de los dos se lo esperaba.
Si...
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Al día siguiente, un sábado soleado y radiante los invitaba a su último paseo por Hogsmeade de ese año.
Los alumnos de todas las casas desde tercer año en adelante se preparaban y bajaban en grupos o parejas, del Castillo para encaminarse al pueblo.
-¡Vamos Lily! ¡Sal del baño!.- gritaba Alice aún en pijama, golpeando con frenesí la puerta del baño.
No había nadie más en la habitación, ya que todas sus compañeras se habían apresurado a salir para aprovechar la jornada.
-¡Ya salgooo..!- gritó tranquilamente Lily desde el otro lado de la puerta
-¡Por favor, Lils! ¡Frank se irá sin mí!.- insistió la castaña.
Se oyó una carcajada en el interior del baño, por toda respuesta.
-¡Debiste levantarte más temprano, Al!- se burló la pelirroja abriendo la puerta entre risas. Se apareció frente a Alice sonriente y vestida, peinada y arreglada.- O, podemos buscarte otro novio...
-¡JA!- bufó Alice, rodando los ojos.- Muy graciosa.
Lily le cerró un ojo mientras la castaña entraba velozmente al baño.
-¡Nos vemos en Hogsmeade!- anunció Lily con un grito contra la puerta.
-¡A las tres, en las tres escobas!- respondió ahogadamente Alice, ya bajo la ducha.
Bajó las escaleras hacia la sala común, deleitándose de la idea del día que tenía por delante. Daría un paseo, vería a unas amigas para hacer algunas compras y luego almorzaría con Alice y Frank en las tres escobas. Parecía que se abría ante ella la perspectiva de un día agradable.
Al llegar a la sala común saludó a Frank y Remus que jugaban ajedrez mágico en un rincón, mientras Sirius y James los observaban y alentaban de vez en cuando.
-¿No se han ido aún?- preguntó, saludándolos a los cuatro con un gesto.
-Acompañábamos a Frank - explicó Remus, sin dejar de mirar sus fichas.
Frank asintió serio, alzando el pulgar de una mano en dirección al rostro de Lily.
-¿Alice?- preguntó éste escuetamente.
-En la ducha- explicó Lily.
Frank simplemente asintió y ordenó un nuevo movimiento que le permitió masacrar un alfil de Remus.
Los tres Merodeadores se lamentaron al unísono.
Lily estaba rió, divertida, hasta que notó la mirada de James sobre ella. Por alguna razón, no pudo seguir riendo. Se sintió levemente turbada. "El efecto merodeador", se dijo, obligándose a sonreír para ocultar su nerviosismo. "Después de todo, es innegable el efecto de esa estúpida sonrisa..."
