Habían decidido reunirse en casa de Petunia.
Parecía lo más sensato, ya que por un lado Lily debía hablarles de un tema que no podrían tratar en público, y mucho menos si se trataba de un restaurante muggle; y por otro lado sabía de sobra que Petunia no quería que los vieran, a ella y su gordísimo marido, en compañía de seres "de su clase".
Lily rodó sus verdes ojos antes de lanzar una mirada hacia su esposo, que salía del baño secándose el cabello y envuelto en su bata.
Ella, de estómago en la cama, había estado ojeando un grueso libro, que dejó a un lado.
-Se nos hace tarde, cariño- sonrió la pelirroja al verlo posar frente al espejo- Mi hermana nos matará si llegamos tarde.
-Creo que nos odiará más si llegamos.- le guiñó él un ojo en el reflejo del espejo.- ¿Qué debo usar? Me imagino que no puedo llevar una de mis túnicas...
Lily soltó una carcajada. Imaginarse la cara de su hermana y su cuñado ante la imagen de James vestido con túnica y sombrero puntiagudo en la puerta de su casa la desternilló.
-Sólo intenta pasar... desapercibido- dijo, aún risueña.
James le lanzó una mirada de asombro, volteándose hacia ella.
-¿Desapercibido?- exigió, mirándola con reproche- ¿Recuerdas con quién te casaste, Evans?
Lily no pudo ni corregirle por cómo la había llamado, ni escapar antes de que su esposo se abalanzara sobre ella, atacándola con cosquillas.
-¿No lo has olvidado?- siguió él, sin soltarla, y riendo con ella.- ¿Necesitas que te lo recuerde?
-Mi... libro...- balbuceó ella, entre risas.- ¡Cuidado!
James la atrapó por las muñecas antes de que ella alcanzara el viejo tomo que se balanceaba peligrosamente hacia el borde de la cama.
-¿Crees que permitiré que distraigas tu atención por un viejo libro?- le susurró al oído, haciendo que Lily se sonrojase.
La chica negó con la cabeza, risueña.
-No, no lo creo.-
-Correcto- aceptó él, acomodándose sobre ella- Creo que tendré que hacer algo para que... dejes de distraerte.
Lily soltó una risita nerviosa cuando sintió el cálido aliento de su esposo sobre la fría piel de su cuello.
Un golpe seco les anunció la caída del tomo.
-Estamos retrasados- le recordó Lily, sin una pizca de convicción.
James soltó una carcajada antes de besarla.
. . .
Cuando al fin lograron alistarse se aparecieron en una plazoleta de Magnolia Crescent, a petición de Petunia que no quería por ningún motivo que hicieran magia en "a lo menos un kilómetro a la redonda de nuestra casa", según había puesto en la respuesta que había enviado a Lily.
Siguiendo las indicaciones de su hermana habían decidido aparecerse en aquella plaza, a esa hora ya desierta, y caminar hasta la dirección que les había dejado.
James parecía entre divertido y curioso mientras caminaban por las calles de aquél barrio muggle.
-¿Viven así?- murmuró, divertido al llegar a la calle que había indicado Petunia.
Lily también se sorprendió ante la imagen de aquél barrio suburbano y perfecto.
- No pueden tener todos el mismo jardinero, ¿no?- murmuró James observando a lado y lado de la calle.- Tal vez todos son magos...
ESTÁS LEYENDO
MaraudersTimes: Desde el fin del principio
FanfictionÉpoca de los merodeadores. James lleva años intentando conseguir la atención de Lily, pero cuando ya pierde las esperanzas, las circunstancias del mundo mágico terminarán por unirlos de una forma en que ninguno de los dos se lo esperaba. Si...