El baile de navidad

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James a veces se pasaba. Y esta vez lo había hecho con creces.

No podía verse tan ridículamente guapo solo por llevar una túnica de gala. Era de un tono azul marino muy obscuro, que sutilmente combinaba con el vestido azul noche de Lily.

¡Parecían oficialmente una pareja.

Ella llevaba un vestido largo, con un delicado corte princesa, sin hombros y que traía una delicada cinta perlada blanca bajo los senos y caía holgadamente por sus piernas.

Las mangas, que habían sido las favoritas de Lily, eran largas y acampanadas, muy al estilo muggle de la época.

El cabello lo llevaba en una coleta larga, amarrado sólo con un cinto tejido de la misma tela del vestido, muy delgado y que caía por su espalda.

James dejó escapar un suave suspiro al verla bajar las escaleras, seguida de Alice, vestida en un vestido corto con escote reina ana de color verde musgo.

Los tres merodeadores las estaban esperando pasa acompañarlas.

Alice parecía molesta y Lily no lograba comprender por qué Sirius la había invitado a ella y no a Mary, con lo evidente que era que estaban algo así como juntos.

James le tendió la mano y salieron de la sala común entre cumplidos y bromas.

El saloncito del profesor Slughorn estaba decorado sutil y elegantemente.

Gotas alargadas de cristal brillaban colgaban desde el techo, y el salón completo estaba iluminado por velas flotantes.

Una dulce música inundaba la estancia, y camareros- todos compañeros que no lograron entrar al club del profesor por alguna razón- vestidos de blanco y negro ofrecían cocteles y bocadillos.

En un primer momento, los cinco juntos, reían y comían en un rincón, pero con la llegada al lugar de Bellatriz Black acompañada de Rodolphus Lestrange el grupo se dispersó.

Black decidió alejarse un tanto a fin de no toparse con su prima, pero Remus, por el contrario, deseaba no perderla de vista.

Lily sintió un golpe en el estómago al verlos, pero James le guiñó un ojo.

-No harán nada, y no haremos nada, Lils- sonrió, coqueto.- Tal vez deberíamos bailar.

Lily aceptó, sonriente.
Después de todo, habían venido a una fiesta.

No vieron rastros de Snape, así como tampoco ocurrió nada fuera de lo común.

Muy por el contrario.
Disfrutaron de una dulce y muy romántica velada.

Bailaron juntos, charlaron con amigos y no tan amigos, miembros del club, y por supuesto Lily fue acaparada un buen tiempo por el Profesor Slughorn, robándosela a James para llevarla a charlas con los nuevos miembros.

Era el orgullo del profesor, y James había aceptado, divertido.

Cerca de la medianoche Alice ya apremiaba a Sirius para retirarse, pero éste, que bromeaba con James en un rincón, no parecía dispuesto.

La chica terminó marchándose junto a Remus, sin antes lanzarle una breve advertencia a Sirius:

-No hagas nada de lo que te arrepentirás mañana- le espetó, despidiéndose.

MaraudersTimes: Desde el fin del principioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora