Albus Dumbledore era un hombre tranquilo.
O al menos eso esperaba aparentar.Las vicisitudes que había debido sortear desde su más temprana juventud lo habían llevado a ver las cosas en perspectiva antes de apresurarse a actuar, pero los acontecimientos que se desarrollaban en el mundo mágico lo mantenían alerta.
Y no era para menos.
Sentía estar reviviendo otra época. Era como si un deja vu se desarrolara ante sus ojos.
Grindelwald ya no estaba. O al menos, ya no era un problema.
El mismo se había asegurado de ello.
Pero, con caída de Grindelwald, no había sido suficiente para proteger el mundo mágico.
Un nuevo mago tenebroso se había alzado.
Muchas veces se culpaba a sí mismo: el lo había visto crecer, desarrollarse como mago, bajo su mismo techo y cuidados. Y no lo había visto venir entonces.
Pero hace unos años ya alertaba al ministerio. Los ataques y desapariciones no eran algo del último año y Dumbledore había encendido las alarmas desde un comienzo, pero no había sido escuchado.
Y ahora las cosas se ponían graves: Se alzaban creencias antiquísimas entre familias de magos poderosos hace tiempo.
Pero el ministerio no pareció preocuparse si no hasta hace poco, lamentablemente.
Albus dejó escapar un suspiro antes de meter un caramelo de limón a su boca.
Se levantó de su escritorio y recorrió su despacho, con aire reflexivo, y parándose luego frente a las ventanas que daban a los jardines.
Se acercaban tiempos oscuros, lo sabía.Había presenciado el auge y apogeo de un mago oscuro una vez.
Sabía muy bien que se venían tiempos obscuros.
Aunque, pensándolo bien, si bien Grindelwald había sido un mago tenebroso muy poderoso, Albus no podía si no reconocer que al menos sus intenciones iniciales miraban a un ideal menos... menos tétrico que este nuevo mago.
Grindelwald había buscado alzar al mundo mágico, sacando a los magos de su escondite para gobernar el mundo por sobre los muggles.
Lamentablemente una idea, que en sus inicios no parecía tan mala- el mismo reconocía haberla abrazado- se había distorsionado profundamente.A diferencia de este nuevo mago obscuro, Grindelwald al menos había sido alguna vez un joven con ideales, que muy en el fondo de su corazón en realidad quería cambiar el mundo.
Creía fervorosamente que era una injusticia que los magos vivieran ocultos de los muggles....lamentablemente el odio, el resentimiento y el poder lo habían consumido.
Por otra parte este nuevo mago, "Lord Voldemort"- Albus dejó escapar una mueca de burla al pensar en el ridículo nombre que había escogido- no quería más que causar daño, lo que claramente era aún más peligroso.
Un hombre sin escrúpulos, sin corazón, hambriento de poder.Verdaderamente el panorama era desolador.
Albus sólo esperaba encontrar una forma de detenerlo antes de que los daños fueran irreparables. Y sabía que, así como había derrocado a su viejo amigo, él sería nuevamente el llamado a acabar con este nuevo mago.
Dejó escapar un suave suspiro y perdió su vista en la obscuridad que ya se cernía sobre los terrenos.
Una figura caminando entre la nieve llamó su atención. Caminaba a paso lento, como si esperara por alguien, y alzaba una lamparilla de gas para iluminar su camino.
"¿Que querría el bueno de Hagrid en el castillo a esas horas?"- Pensó el director.
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MaraudersTimes: Desde el fin del principio
FanfictionÉpoca de los merodeadores. James lleva años intentando conseguir la atención de Lily, pero cuando ya pierde las esperanzas, las circunstancias del mundo mágico terminarán por unirlos de una forma en que ninguno de los dos se lo esperaba. Si...