No caminaron muchas cuadras, pero para James el viaje se hizo eterno. El dolor aún menguaba por su cuerpo y Lily temblaba cada tanto a su lado, como si espasmos de dolor aún le recorrieran.
Sirius rengueaba, apoyado en el hombro de James, y hacía muecas de dolor en cada paso.
Lily, junto a ellos, volvió a temblar.
James sabía que debía tener el cuerpo adolorido y no quería siquiera imaginar cuánto más fuerte sería un crucio lanzado por el mismísimo Voldemort, de los que había recibido él mismo.Pronto se vieron ante el portal de un antiguo edificio de ladrillos rojos y unos tres pisos.
Unas grandes puertas de madera y vidrio enmarcan la entrada, y se hallaban abiertas , dejando ver un pequeño, oscuro y frío hall de mármol y unas escaleras que torcían sobre si mismas hacia un segundo piso.Moody, que encabezaba la comitiva, sin decir nada subió por ellas.
Los chicos se apresuraron a seguirle.
En el rellano del segundo piso se encontraron ante tres opciones:
A la izquierda, una vieja y desmantelada puerta barnizada en un tono muy obscuro y con varias capas dispares de pintura.A la derecha, en cambio, una blanquísima puerta, evidentemente remodelada y cuidada, señalaba en un gran cartel impreso a color : "Stanley & Stanley, dentistas".
Y, en el centro, se encontraban las escaleras para subir al tercer piso.Para lamento de Lily, el auror se decidió por la puerta de la izquierda, haciéndola dudar de su buen juicio.
En una chapa de bronze apenas legible podía leerse grabado "Bunsky & Buster, contadores".
El auror tiró del pomo y la puerta se abrió, dándoles paso a una minúscula sala.En ella, la iluminación era pobre y un olor a abandono la inundaba.
Dos sillóncitos desvencijados y una mesa con un par de revistas eran todo el mobiliario dentro. La pared del fondo había sido reemplazada por ventanales y una puerta de vidrio, pero impenetrables a la vista debido a unas obscuras persianas que lo cubrían.
-Esperen aquí- señaló Moody, antes de pasar por la puerta.
Sirius se acomodó en uno de los silloncitos, y Lily revisó su tobillo.
-¿Qué hacemos aquí?- preguntó Alice, observando la estancia con recelo.
-Tranquila, cariño- indicó él, tomándole una mano para tranquilizarla- Confío completamente en Moody. Es el mejor Auror que he conocido.
La castaña asintió, aun algo insegura y se dejó caer en el otro silloncito.
-No sé el hechizo... no ahora- susurró Lily, aun temblorosa.- No puedo repararte el tobillo, Sirius.
-Tranquila- indicó el moreno, con una mueca de dolor al retirar el pie de entre las manos de Lily- Seguro que Moody hará que nos lleven a San Mungo... en algún momento...
-¿Cómo te sientes?- preguntó James, que no dejaba de observar a su novia, ansioso.
Lily asintió, pero su novio pudo adivinar que el cuerpo aun le dolía por el temblor que la recorrió.
James estaba por decir algo pero un ruidito metálico los distrajo.La puerta de vidrio se abrió y una joven de crespa cabellera rubia, vestida en traje de dos piezas en color marrón y con grandes gafas redondas, les sonrió.
-¿Sus nombres,por favor?- preguntó, alzando una pluma sobre una pizarra que traía entre las manos.
-Sirius Black, James Potter, Lily Evans, y Alice y Frank Longbottom- señaló Frank, poniéndose al mando- Soy Auror y venimos con Alastor Moody.
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MaraudersTimes: Desde el fin del principio
FanfictionÉpoca de los merodeadores. James lleva años intentando conseguir la atención de Lily, pero cuando ya pierde las esperanzas, las circunstancias del mundo mágico terminarán por unirlos de una forma en que ninguno de los dos se lo esperaba. Si...