Los Caballeros de Walpurgis y el asuntillo ese de la sangre

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Abrió los ojos lentamente. Le dolía la cabeza, no recordaba donde estaba ni cómo había llegado a dónde fuese que se encontraba.

Miró a su alrededor.

Madame Pomfrey entraba a su cubículo en ese momento y se le acercó sonriente.

-Buenos días Lily- comenzó a explicarle, con una voz suave de bienvenida- Estás en la enfermería del colegio, porque recibiste algunos Cruiciatus durante el incidente en Hogsmeade. Es normal que te sientas un poco mareada y con algo de dolor de cabeza, por las pociones que te dí, pero son efectos que pronto pasarán. Resististe muy bien para ser tan joven. Eres muy fuerte, querida.

Lily sonrió débilmente, y con ayuda de la enfermera, logró incorporarse en la cama.

-El profesor Dumbledore estaba muy orgulloso- continuó la bruja- Y tus amigos también, aunque muy preocupados.

Pomfrey hablaba con calma, como si estuviera enseñando a controlar su magia a un niño pequeño.

Lily se sentía algo confusa, pero comprendía la información recibida. ¿El profesor Dumbledore había estado allí? Lo preguntó a la enfermera con una voz débil

-Asi es.- asintió ésta, sonriente. Se puso las manos en las caderas y añadió- Y la profesora Macgonagall, y el profesor Slugorhn, y el profesor Flitwitch...Y Rubeos...

Lily rió con suavidad, de lo que se arrepintió enseguida, porque su cabeza le taladró.

-Algunos amigos están aquí también- agregó Pomfrey, arropándola.- Te traeré algo de comer y podrás recibirlos un momento, si quieres.

Lily aceptó gustosa. Bebió obedientemente una poción que la enfermera le ofreció y mastico con calma, pero con firmeza las tostadas que ésta le dio.

Madame Pomfrey, satisfecha, corrió el panel que le quitaba la visión del resto de la habitación, dejando entrar la brillante luz del sol de la tarde. No dejó de notar que había otra cama cubierta con un panel, al final del pasillo. De pronto, el temor la asaltó.

-¿Qué hora es?

-Son las 4, querida. Día domingo.

Lily asintió, nerviosa. Había estado inconsciente mucho tiempo, pero se tranquilizó al notar que su cuerpo se sentía fuerte.

-Haré pasar a tus visitas- le indicó la enfermera, antes de abrir la puerta de la enfermería y repartir instrucciones a los visitantes, para luego dejarlos pasar.

Entró primero Alice, que corrió hacia su amiga y la abrazó con cariño; seguida por Frank, que también, sonriente, se acercó a la pelirroja y le besó la frente.

-Nos tenías inmensamente preocupados, Lils- indicó el chico, soltando un suspiro.

Lily los revisó rápidamente. Parecían completamente intactos, aunque Frank tenía un par de rasguños en el rostro y las manos.

-¿Cómo te sientes?- preguntó Alice, sentándose a los pies de la cama.

- Bien... algo confusa, nada más.- señaló la pelirroja, sonriendo. No alcanzaron a hablar más, porque la puerta volvió a abrirse para dejar entrar a Black y Lupin. El primero tenía un pequeño corte sobre la ceja izquierda, y el otro, uno sobre el labio superior.

-¿Cómo estás?- preguntó Remus, preocupado, acercándose.- ¿Cómo te sientes?

Lily volvió a explicar que se sentía bien, aunque algo confusa. No lograba recordar...

-¿Recuerdas que ocurrió ayer?- preguntó Remus, suavemente. Lily dudó. Miró fijamente a Alice para concentrarse, aunque el esfuerzo le significaba dolor de cabeza. Recordaba haber gateado entre túnicas negras, haber dejado a Hestia en el piso y haber intentado correr hacia ella. Luego, mucho dolor...

MaraudersTimes: Desde el fin del principioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora