CITY OF LONDON

25

Necesito tiempo para reflexionar, para recomponerme. Quiero asegurarme de qué Tom no vendrá tras de mí por eso no puedo ir a mí apartamento. Tampoco a casa de mis padres... ¡Son los lugares donde me buscará primero!

Cojo mi teléfono móvil y busco entre mis contactos. ¿A quién podría acudir? Preferiría que nadie de mí entorno se entrometiera, necesito espacio. De entre todos los nombres de mi agenda mi dedo se detiene sobre el de Jason. Él no es un familiar, ni siquiera un amigo. Jason es un conocido en el que siento que puedo confiar. Tal vez podría preguntarle si puedo pasar la noche en su casa. ¡Nadie sabría dónde localizarme!

Sin más demora selecciono el contacto e inicio la llamada. Al momento suenan los primeros tonos.

-Jason Hamilton, ¿dígame?

-¿Jason? Soy Elisabeth Evans...

-¡¿Elisabeth?! ¡Hola! Estoy sorprendido a la par que alagado por tú llamada. ¿Qué puedo hacer por ti?

-Pues verás... sé qué apenas nos conocemos... yo... ¿Puedo pedirte un favor?

-¡Por supuesto! Te dije que estaría a tú disposición para lo que me necesitases y lo decía en serio- me asegura.

-¿Podría pasar la noche en tú casa?- le pregunto sin rodeos.

Jason, sorprendido por mí propuesta, se toma unos segundos antes de contestar.

-...¡Claro!...una noche o el tiempo que haga falta- añade.

-¿Podrías indicarme tú dirección?- le pregunto con timidez.

-Mejor dime donde estás y pasaré a recogerte- me sugiere.

-En estos momentos estoy entrando en el metro... ¿En qué estación debo bajarme?

-Te esperaré en la estación de Covent Garden- me indica.

-¡Jason!- exclamo.

-¿Sí?- me cuestiona él.

-¡Muchas gracias!- le digo antes de colgar.

Cuando llego a la estación de Covent Garden y cruzo la puerta hacia el exterior un coche toca el claxon llamando mí atención. Se trata de Jason, que sale de su BMW serie 3 de color azul oscuro en cuanto me ve.

-¡Elisabeth! Debes estar muerta de frío...- dice quitándose su chaqueta para ponerla sobre mis hombros. He salido tan precipitadamente de casa de Tom que he olvidado coger un abrigo.

-¡Gracias!- añado de nuevo.

-¿Va todo bien?- me pregunta al observar el semblante triste de mi rostro.

-Si, no... no estoy segura...- balbuceo.

Jason me abre la puerta de su coche y yo me acomodo en el asiento del copiloto. A continuación eleva la temperatura de la calefacción del vehículo para que entre en calor. Mientras me abrocho el cinturón de seguridad Jason me mira de reojo. No pasa por alto el detalle de qué ya no luzco mi anillo de compromiso.

Nos dirigimos a Arlequín Court, que es dónde se encuentra el apartamento de Jason. Después de estacionar el coche en el parking del edificio subimos en el ascensor hasta la cuarta planta.

Aunque ya ha anochecido las paredes blancas de su vivienda le aportan algo de luminosidad. La cocina está integrada en la sala de estar. Cuenta con una isleta de acero inoxidable. Un gran sofá gris oscuro preside la estancia principal. Las cortinas y los cojines están estampados en tonos verdes. Una mesa de cristal rodeada por seis sillas completa el conjunto. El televisor,  sujeto por un pie metálico, está situado frente al sillón.