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Es por la mañana. La claridad de la luz del día ilumina la habitación. Seguiremos la recomendación del señor Taylor y nos tomaremos el día libre. Tom aún duerme. Parece estar tan relajado mientras descansa que me da pena despertarle. Como yo ya me he desvelado me levanto con sumo cuidado para no molestarle. Cojo mi teléfono móvil y los auriculares que guardo en mí bolso y bajo a la planta principal. Me apetece escuchar música. Se me antoja una buena dosis de canciones románticas.

Bajo las escaleras escuchando "Bésame" de Ed Sheeran. ¡Tom... bésame cómo si me amaras!...canturreo. Después suena "Todo ha cambiado" de Taylor Swift. Y la verdad es qué todo a cambiado desde que conozco a Tom. Danzo sobre la alfombra dando vueltas cómo si fuese una bailarina. ¡Mi corazón baila también!

Ahora el ritmo invade mí cuerpo con "¿Cuán profundo es tu amor?" de Calvin Harris. Me subo de pie en el sofá bailando sensualmente y cierro los ojos. ¿Cuán profundo es tu amor por mí, Tom?

Me dejo llevar por la melodía y, aunque estoy absorta en mis pensamientos, tengo la sensación de que alguien me observa. Cuando me giro las manos de Tom se posan sobre mí piel. Le pongo uno de los auriculares en la oreja. Él me coge por los muslos y yo rodeo su cintura con mis piernas. Hago mía la letra de la canción. Sus versos salen de mí boca para Tom. Los escuchamos juntos.

-¿Cuan profundo es tú amor?- recito- ¿Es cómo el océano?

-¡Más!- contesta Tom sorprendiéndome.

-¿Es cómo el nirvana?

-¡Más!- responde él.

-¿Cuan profundo es tú amor?

-Lo eres todo para mí, Liz- confiesa. Y yo muero de amor.

¡Ay! ¡Es que me lo comía!

Acto seguido nos besamos y puedo asegurar que nunca había sentido algo cómo esto. Creo que no hay sentimiento más poderoso que el amor. Por nada ríes y lloras cómo por amor. Por amor vives, viajas, lo dejas todo y mueves montañas. ¡Sólo por amor!

Tom me mantiene entre sus brazos cubriéndome de besos. Parece que hay una atmósfera mágica a nuestro alrededor.

En el instante previo a llegar a mayores observamos cómo se abre la puerta de la vivienda. ¡Hoy es jueves y la señora Reed acude a su puesto de trabajo! Se queda paralizada al vernos medio desnudos. Únicamente conservamos la ropa interior.

-¡Le doy el día libre!- grita Tom antes de salir corriendo hacia la escalera. Yo le sigo entre risas. ¡Parecemos dos niños que han hecho una travesura! En estos momentos no hay lugar en el mundo donde preferiría estar más que aquí junto a él.

Tom me espera en la puerta de la habitación y me coge para dejarme sobre la cama. Le brillan los ojos tanto cómo a mí. Sus manos son caricias sobre mí piel. Sus besos me dan la vida.

-Soy adicto a ti- me susurra al oído.

-Me moriría sin tú piel- le confieso.

Y acto seguido sus labios invaden mi anatomía. En breve se hace difícil distinguir donde empieza su cuerpo y acaba el mío. Nos dejamos llevar por la pasión. Tom me libera poseyéndome, toma mi interior, le pertenezco. Ya no tengo hambre ni sueño, no siento frío, ¡él es mi única prioridad!

Pasamos el resto del día amándonos, besándonos, tocándonos y bebiendo él uno del otro. 


¡Ya es viernes!

Suena el despertador. Es hora de levantarse. Tom se hace el remolón así que aprovecho para ser la primera en ducharme. Primero me lavo el pelo y después me enjabono el cuerpo. Cuando ya estoy aclarándome Tom aparece por la puerta totalmente desnudo. Sin mediar palabra, desliza una de sus manos entre mis piernas y acaricia mi sexo. Acto seguido su erección se abre paso entre mis nalgas. Me invade con rudeza. Yo apoyo mis manos en la pared.

CITY OF LONDONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora