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A la mañana siguiente un radiante domingo decidió sorprender al invierno. Tan sólo hacía unos minutos que me había despertado y no encontraba un motivo para salir de debajo de las sábanas. Me quedé mirando al techo sin más hasta que el sonido del timbre me hizo saltar de la cama. Inmediatamente corrí descalza hasta la puerta principal. Jason y una bosa de cupcakes recién hechos me esperaban tras la misma.

-¡Buenos días, Liz!- exclamó Jason nada más verme.

-Buenos días- respondí sin demasiado entusiasmo.

Acto seguido Jason se adentró en la vivienda dirigiéndose directamente hacia la cocina. Allí preparó café y me propuso un plan que no pude rechazar.

Después de desayunar fuimos al Windsor Great Park. Nada más llegar al parque Jason me invitó a dar un paseo en un precioso carruaje tirado por dos caballos de pelo castaño y brillante. Tras acomodarnos en el asiento pudimos disfrutar de un recorrido por el Long Walk contemplando, de fondo, el espectacular castillo de Windsor.

Más tarde caminamos entre los impresionantes robles que custodiaban el sendero principal del parque. Jason me explicó que algunos de ellos tenían más de 500 años de antigüedad.

Gracias al bellísimo paisaje de la campiña de Berkshire y a que mi calzado era algo más cómodo que el habitual, disfruté muchísimo del paseo. Jason y yo nos detuvimos a descansar a los pies de un enorme árbol. Él llevaba un pequeño picnic en su mochila. Unos sencillos sánwiches y un par de refrescos que nos resultaros exquisitos manjares después de una mañana tan ajetreada.

Mientras reponíamos fuerzas tuvimos la suerte de poder admirar un par de ciervos.

Confieso que Jason me trasmite tranquilidad. Con él estoy relajada. Sé que todo fluirá cómo el agua de un rio por su cauce, sin sobresaltos.

A primera hora de la tarde, agotados pero satisfechos, nos dirigimos de nuevo a la que era la casa de la abuela de Jason. Él insiste en instalar las contraventanas antes de qué oscurezca. Yo aprovecharé para darme un relajante baño de espuma. Aunque estoy cansada siento que tengo energías y fuerzas renovadas. Estoy dispuesta a asumir nuevos retos.

Cuando Jason se marchó a su casa traté de decidir cual sería mi vestuario para la mañana siguiente. Quería dar una buena impresión en mí primer día en el nuevo trabajo, aunque tenía claro que se trataba de un empleo con fecha de inicio y final. Me gusta cumplir con mí cometido realizando un buen servicio. Así siempre te dejas las puertas abiertas. La vida da muchas vueltas y nunca se sabe cuando puedas necesitar dar un paso hacia atrás.


CITY OF LONDONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora