Amnesia olvídame

Capítulo 4

Nos ha abierto el zorrito de dos colas que salía en algunas de las fotografías de mi casa.

Tails. Así ha dicho Cream que se llamaba. Parece sorprendido.

Ahora sé lo que sienten los famosos. Todo el mundo sabe quien eres, pero tú no conoces a nadie.

¡Qué incómoda me siento! Todos han parado sus actividades para mirarme.

Tails aún me mira con cara de incredulidad.

–Amy –dice sorprendido.

–Hola, ¿Tails verdad? –Extiendo mi mano, pero en vez de aceptar mi gesto, me abraza.

–Pensé que te había pasado algo malo. Hacía muchos días que no te veía –me envuelve con más fuerza.

–Bueno, algo sí que ha ocurrido, pero ahora no tiene importancia saberlo –le digo para corresponder su abrazo.

Parece un buen chico en el que se puede confiar, pero de momento no quiero atosigarlo con mi suceso.

Separo el abrazo y observo la sala. Hay bastante gente y todos salían en al menos una fotografía.

Ahora que miro con detenimiento me doy cuenta de que está Shadow. Es cierto, ya me dijo que estaría aquí.

Quedo un poco parada. No sé que hacer ahora, todos siguen mirándome fijamente.

–¿No saluda a los demás? –Cream me hace salir de mi pequeño trance.

–Lo siento mucho, pero no tengo ni la menor idea de quien son. ¿Me los podrías presentar? –susurro al oído de Cream algo avergonzada. Siento como sus miradas me taladran la nuca.

Vuelvo a mirar al frente.

La mayoría me observa con cierta curiosidad.

Shadow parece contento de verme, o no sé, lo noto menos serio antes.

Sin embargo hay un erizo azul que me mira con cierta seriedad. ¿Le habré hecho algo?

–¿Mmm... Está bien? Si es lo que quiere –dice Cream un poco extrañada.

Pobre, debería explicarle mi situación en algún momento. La confundo tanto cada vez que hablo.

–Gracias –me limito a decir.

–Acérquese –me dice.

La obedezco sin rechistar.

–Se acerca a la mesa donde estaban sentados todos. Parece que estaban jugando a cartas– esta es la señorita Rouge The Bat –señala a una murciélago albina de ojos aguamarina. Me mira confundida–. La señorita Sally Acorn –una ardilla marrón con unos ojos azules muy atrayentes–. Y ella es la señorita Blaze The Cat –una gata morada de ojos almíbar.

Cream se mueve en círculo por la mesa, presentándome a más gente.

–Él es el señor Knuckles The Echidna –señala a un equidna rojo de ojos violetas–. El señor Silver The Hedgehog –un erizo de pelaje plateado y ojos dorados–. El señor Shadow The Hedgehog –paré las presentaciones para hablarle.

–Hola Shadow, me alegro verte de nuevo –sonrío.

–Igualmente –esperaba que imitase mi sonrisa, pero no lo hizo.

–Y él es el señor Sonic The Hedgehog –señala al erizo azul de ojos esmeraldas.

–Hola Amy. Imagino porque estás aquí. Lo que no entiendo porque pides presentaciones –dice el erizo azul eléctrico, Sonic.

–Es lo que se suele hacer cuando no conoces a alguien –sonrío.

Él me mira extrañado, como si hubiese dicho la cosa más rara del mundo.