Amnesia olvídame

Capítulo 14

–Que bien se está –dice Blaze medio dormida abrazando a algo caliente.

Hubo unos instantes de silencio hasta que esta se percató de un dato importante, ¿qué estaba abrazando?

Abrió los ojos y soltó a quien abrazaba: Silver.

–¡Ah! –Emitió un fuerte grito que expresaba incertidumbre y preocupación. ¿Qué había pasado anoche?

–Silver se levanta alterado por el grito– ¿Qué pasa, qué pasa? –Dice cogiéndose la cabeza con una mano por la resaca que tenía. Ese grito lo había sentido como si le hubiesen taladrado el cerebro.

–¿Cómo que qué pasa? Silver, ¡¿qué haces en mi cama?! –Blaze levanta la sábana.

–Pues, –ve como Blaze levanta la sábana y suelta un suspiro de tranquilidad– no lo sé –dice un poco avergonzado por la acción de ella. ¿Acaso pensaba que ella y él habían...?

–¿Tanto bebimos anoche? –Dice incrédula.

–Por mi dolor de cabeza y el hecho de que estamos los dos en la misma cama, diría que sí. Pero al menos no hicimos nada malo –levanta la sábana para comprobar él mismo que ambos estaban vestidos.

–Es verdad... –No le habría gustado estar con Silver en el estado en el que estaban. No sin ser conscientes ambos de ello.

–Por cierto, ¿qué hora es? Tengo unas ganas de comer increíbles.

–Mira la hora– ¡Chaos del cielo, las once menos diez!

–Ah, bueno, tampoco es tan tarde –se relaja.

–¡Jamás me había levantado tan tarde!

–Es lo que tiene el alcohol. Nos hace hacer cosas que jamás habíamos hecho –la mira.

–Ya veo... –Aparta la mirada un poco avergonzada.

–Se incorpora– tengo una idea, vayamos a casa de Amy. Seguro que tiene el desayuno hecho y algo para la resaca –se pone los zapatos.

–No deberíamos molestar a Amy.

–Es que hoy no tengo ganas de cocinar. Así que si quieres desayunar algo decente tendrás que venir.

–Suspira pesadamente– está bien.

[...]

–Ugh, mi cabeza. ¿Dónde estoy? –Dice Rouge incorporándose.

–Buenos días alcohólica durmiente.

–Knuckles, no me llames así estúpido. –Cae en cuenta de donde está– ¿Cómo he llegado a Angel Island?

–Coge una silla y se sienta al lado de la cama– te traje yo, boba. ¿Cómo ibas a llegar si no? Te habrías quedado durmiendo en un arbusto o algo por el estilo –coge una taza de la cómoda y da un sorbo a su café.

–Gracias por traerme, supongo.

–Era mi deber, como es el tuyo de pedir disculpas a Amy por la nochecita que le hiciste pasar.

–Pero si lo pasamos bien.

–Estando borracho todo se distorsiona. Ahora más te vale ir a pedirle disculpas. –Le acerca sus zapatos– andando.

–Espero que tenga algo para la resaca.

[...]

–Sally va hacía la sala de estar donde se encuentra Amy– buenos días –se sienta en el sofá un poco aturdida por la luz.

–¿Cómo te encuentras?

–Bueno, podría estar mejor.

–No me imagino como estarán los demás –dice con una cámara en las manos.