Era de día y ahí se encontraba ella, tumbada en la cama mirando a Sonic dormir. Buscaba la manera de decirle que tenía que ir a ver a una pitonisa para que le echase las cartas, realmente absurdo incluso dicho en pensamientos.
Sería muy descarado irse sin avisar, además, no era su estilo.
Se levantó, quizás con el estómago lleno pensaría con claridad.
Se preparó su típico café de por las mañanas para mantenerse despierta y un par de tostadas con mermelada. Tampoco es que tuviese mucha hambre.
Se sentó en el sofá para comer.
Su hipótesis falló ya que ni con el estómago lleno se le ocurrió nada.
Escuchó el ruido de la puerta de su habitación, Sonic se había despertado.
–Buenos días –decía él mientras se estiraba para desacartonar los músculos.
¿Cómo es que siempre le transmitía tanta paz?
–Hola –se limitó a decir.
–¿Estás bien? Tienes cara de estar preocupada.
–Solo estoy un poco nerviosa. Esta tarde tengo que ir a un sitio.
–Oh, bueno. ¿A qué hora vamos?
–Ese es el asunto, tú no puedes venir. Es algo... Privado –y era cierto, nunca le había contado a nadie sobre Balbina, ni siquiera antes de perder la memoria, o bueno, eso tenía entendido.
–No quiero invadir tu privacidad, pero tampoco dejarte sola. El tipo que te persigue sigue por ahí suelto, y sabe muchas cosas de tí.
–Esto no lo sabe nadie. Es imposible que lo sepa.
–Mira, vamos a hacer una cosa. Yo te acompaño hasta donde tengas que ir y me quedo por la zona pero sin ir exactamente donde vayas tú. Así puedo acompañarte sin invadir tu privacidad.
–Suspira– está bien, de todas formas no habría podido convencerte de lo contrario.
–Soy un erizo persistente –sonríe victorioso.
[…]
Dejó a Sonic en el principio de la calle y se despidió con la mano mientras se alejaba de él.
Vigilando que nadie la estuviese viendo entró con rapidez en la portería del gabinete.
Picó a la puerta recibiendo un "adelante" de parte de Balbina.
–Hola querida. No tenía muy claro si hoy vendrías o no. Siéntate, estás en tu casa –le señala la silla que está en frente de la suya.
–Gracias –se sienta.
–¿Qué te trae hoy por aquí? ¿Más respuestas? –Dice mientras baraja el mazo de cartas.
–Algo así, quiero que me digas que me depara el futuro, a corto plazo.
–Bien, algo relativamente sencillo –empieza a poner cartas boca abajo en la mesa.
Una vez las tuvo todas colocadas dejó lo que restaba de mazo en la parte izquierda de la mesa.
–Veamos que te depara el dinero. –Levanta la primera carta–, la rueda de la fortuna –levanta la segunda–, cuatro de oros –levanta la última–, templanza.
Bien, recibirás una pequeña cantidad que es tuya desde hace muchos años, lo que derivará en un equilibrio monetario. Emplea el dinero con sabiduría.–No es el tema principal que busco, pero me parece bien.
–Vamos a ver el amor. –Levanta las tres siguientes cartas– la luna, la sacerdotisa y dos de copas. Curioso sin duda.
Vas a descubrir algo que no te gusta y seguramente vas a sentirte traicionada. Pero no te dejes llevar por tus pensamientos, pues tu corazón sabe algo que tu cerebro trata de ignorar. Habrá una revelación emotiva.
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Amnesia olvídame
FanfictionAmy, a causa de un intento de asesinato, pierde la memoria. Por el camino a su recuperación descubrirá como son las personas que la rodean y en las actividades en las que está involucrada. No todo es lo que parece, y ella es el vivo ejemplo de ello...