Amnesia olvídame

Capítulo 13

–Deja los postres en la mesa– buen provecho –se va.

–Pues al final no ha estado tan mal –dice Sonic mientras come un trozo de pastel de fresa y nata.

–No hables mientras comes, maleducado –se queja Sally.

–¿Acaso te incomoda? –Dice abriendo la boca.

–A mí sí –dice Blaze mirando hacia otro lado.

–Te veo hasta la campanilla Sonic –Tails se tapa la cara para no verlo.

–Delicados –traga el trozo.

–Cerdo –se queja Sally por última vez.

Pasan unos pocos minutos hasta que alguien decide romper el cómodo silencio que había en la mesa. Esa fue Rouge.

–Bien, es hora de hablar sobre algo importante. ¿Qué vamos a hacer ahora? Porque yo no pienso irme a casa todavía.

–Yo tengo que estar en casa a las once –dice Cream sin ánimo de molestar.

–¿Tan pronto cariño?

–Tiene doce años Rouge –responde Blaze.

–Yo con su edad-

–Mejor no continúes –dice Shadow.

–Pues ya son las diez y media.

–Debería irme ya –se levanta y deja su parte de la cuenta en la mesa.

–No puedes irte sola. A estas horas es peligroso estar en la calle.

–Yo la acompañaré. Paso de involucrarme en vuestros líos –Tails deja el dinero en la mesa–. ¿Nos vamos Cream?

–Sí. Nos vemos pronto.

Cream y Tails salen del restaurante.
Rouge aprovechó para continuar con su idea.

–Bien, ahora que los niños se han ido, vamos a hablar de lo que verdaderamente importa.

–Yo estoy de acuerdo contigo Rouge. Hace mucho que no salimos, deberíamos irnos por ahí –dice Sonic.

–Creo que hace mucho que no salimos porque siempre se acaba liando –recuerda Blaze.

–Yo ahí no puedo opinar –se excusa Amy.

–Venga, por una vez haced caso a Big Blue. Vámonos de fiesta.

–Miedo me da lo que pueda pasar hoy –dice Sally imaginándose lo peor.

–No seáis así –responde Rouge– conozco una discoteca que está genial, además tienen una carta de bebidas muy extensa y barata. Será divertido.

–Eso suena bien –dice Knuckles.

–Claro que sí. Vamos, no seáis aburridos –añade Sonic.

–Venga va, por un día –dice Silver.

–Esto no va a salir bien –se queja Blaze.

–Vamos Blaze, seguro que no estará mal –la consuela Amy.

–¿Y a qué estamos esperando? Vámonos de aquí –dice Rouge mientras levanta la mano–. Camarero, la cuenta.

Después de haber pagado, Rouge les guía hasta el lugar que les ha recomendado.

El portero al reconocerla la saluda alegremente y la invita a pasar con sus amigos.

El ambiente estaba muy animado.

–Bienvenidos al paraíso –dice Rouge.

Era un lugar con muchas luces de colores y música que incitaba al baile.