Capítulo 20

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Crearon un grupo de WhatsApp para que Sonic no tuviese que hacer de mensajero, y también poder hablarlo todos juntos.

Amy sugirió que después de cenar se quedasen todos a dormir, así podrían hablar tanto como quisiesen.

Todos estaban muy contentos. Los chicos por el hecho de poder pasar un día como en los viejos tiempos. Mientras que Amy lo estaba por tener compañía aquel día.

Podría dormir sin quedarse horas pensando, o llorando, por todo lo que la perturbaba últimamente.

Estuvieron hablando durante horas de todo lo que podían hacer.

Ver películas, jugar juegos y videojuegos, ver fotos, contar historias de ellos y muchas cosas más fueron diciendo.

Las horas fueron pasando. Hablaron toda la tarde, aunque Amy de vez en cuando se sentía un poco fuera de lugar, más que nada porque hablaban de cosas que ella no recordaba. Se quedaba callada leyendo la conversación hasta que cambiaban de tema.

Mientras tanto ellos tenían una idea de como animar a Amy. Cada uno iba traer algo que significase un recuerdo para ella. Quizás le podía ayudar a recordar.

[…]

El timbre de su casa suena, ya había llegado el primer invitado.

–Ya voy.

Amy abrió la puerta.

El primero en llegar fue Tails. No le sorprendió, desde que lo conoce sabe que es un chico muy puntual.

–¡Hola Amy! –Saluda Tails de manera animada.

–Hola. –Amy lo mira detenidamente– ¿Qué llevas ahí? –Señala al brazo que tiene oculto tras la espalda.

–Tails saca su brazo de detrás de la espalda y muestra una bolsa– oh, ¿esto? Es para tí, un regalo –le da la bolsa.

–Sonríe– gracias Tails, eres muy dulce –abre la bolsa.

La bolsa era muy ligera. Dentro llevaba, ¿un dibujo plastificado?

Ambos se sentaron en el sofá, Amy dejó la bolsa en el suelo.

–Es un dibujo que hice de pequeño de el día que nos conocimos. Como aún no sabía escribir hacia un diario de dibujos, esta era una de las páginas.

Amy lo mira detenidamente, para ser de cuando era pequeño era bastante entendedor.

En el dibujo aparecía ella colocándole lo que parecía ser una corona de flores a Tails, quien se mostraba muy feliz.

Estaban en una colina llena de flores cerca de un árbol muy alto. Debajo se veía la ciudad y una raya curva de color azul. Era evidente que era la estela que deja Sonic cuando corre.

Tuvo un ligero flashback de ello; cerró los ojos. Era justo como Tails lo había dibujado. Podía escuchar la risa de felicidad del pequeño. Unas pequeñas lágrimas se asomaron de sus ojos.

–Muchas gracias Tails. –Se limpia las lágrimas– es justo como lo dibujaste.

–¿Lo recuerdas?

–Ahora sí –sonríe y lo abraza.

Tails estaba muy feliz. Había conseguido lo que quería, desbloquear el día en el que se conocieron.

–Lo voy a colgar en mi habitación.

–Ay, que vergüenza.

–No te quejes, debería colgarlo en el salón. Así todos verían lo gran artista que eres –ríe y le remueve el cabello de manera cariñosa.

Amnesia olvídameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora