Veintitrés

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Por la tarde el señor Duarte y María estaban en la estancia hablando sobre el paseo que tenían planeado para el domingo cuando Anna llego a interrumpirlos, llevaba su laptop en la mano.

- Tenemos que hablar, papá, María, si quieres puedes estar presente. -  dijo Anna sentándose frente a ellos, su semblante lucía más repuesto que en la mañana.

Ambos la miraron. -  Claro que tenemos que hablar, Anna, ¿Cómo crees qué me sentí cuando esos hombres vinieron a mi casa a decirme que necesitaban tener constancia bajo escrito de que ese tipo y tu no habían tenido nada que ver más allá de los besos? ¿Qué te está pasando, Anna? Tú no eras así - cuestionó su padre.

- Sí, papá, me imagino que te sentiste tan avergonzado que ni siquiera pudiste disimularlo frente a extraños, si me hubieras mostrado un poco de confianza no me sentiría tan mal... pero no es por eso que estoy aquí, vine a que vieran un video, por como van las cosas sé que se van a enterar, así que es mejor que lo vean de una vez por todas. -

Su padre intentó contestar, pero María lo interrumpió: - ¿Ahora que hiciste, Anita? -

Ella puso play aun video que ahora tenía más de 5,000 reproducciones, y bastantes comentarios ofensivos. Su padre lo miraba horrorizado, pero María realmente estaba disfrutándolo. Cuando terminó, su padre estaba colérico, comenzó a gritarle y a reprocharle, pero ella no escuchó nada, estaba absorta en otras cosas, incluso la amenazó con no dejarla volver a la universidad, pero no le dio importancia, estaba decidida a que con o sin la ayuda económica de su padre regresaría a la ciudad para intentar recuperar su vida. Cuando los reproches terminaron, y sin reñirle absolutamente nada a su padre, Anna se levantó, cerró su laptop y entró a la cocina, el hambre estaba matándola, calentó comida y la llevó a su recamara, ya estaba determinada a no llorar más y dejar que todo lo que tuviera que pasar, pasara. Cerró su cuenta en Facebook y Twitter, y desinstaló Whatsapp, ya no iba a torturarse más viendo cosas que no valían la pena, tampoco quería saber nada del Club de Fans de Il Volo, así que lo bloqueó. Sufría mucho más al pensar en Piero, que al pensar en su humillación viral, los problemas que tenía en su casa o el imbécil de Sergio. Esa noche durmió tranquila, ya estaba resignada, y esa resignación le traía paz.

Piero seguía sin poder dormir, le era imposible quitarse a Anna de la mente: sus ojos, su boca, el olor de su cabello... y de repente su imagen en aquel video; para él era un tumulto de emociones, era una moneda al aire, y cada una de las caras luchaba por ser la que quedara de frente.

Algunos días pasaron y llegó el domingo, Anna había estado hablando por teléfono con Andrea, era la única con la que conversaba casi todos los días, gracias a ella se enteró de que el video había sido borrado de YouTube hacia un par de días, y también se había enterado de que la universidad no tomaría ningún tipo de medida contra ella por el video, pues Andrea se había tomado la molestia de leer completo el reglamento de la universidad y en él no se especificaba nada respecto a videos virales... hablar con su amiga la tranquilizaba, y el hecho de tener conocimiento sobre el reglamento de la universidad le quitaba un peso de encima... Andrea también le había dicho que si su padre le quitaba el apoyo económico ella le daría acogida en su casa. Incluso los problemas con su padre se habían suavizado, si bien el hombre aun no la perdonaba, por lo menos había respeto y se respiraba un ambiente menos tenso, inclusive con María.

¿Lo ves? - le dijo Andrea ese día por la mañana - todo tiene solución, poco a poco todo volverá a ser como antes... y en cuanto terminen las vacaciones y volvamos a la escuela verás como todo queda en el olvido, ni siquiera de ese tonto italiano te acordarás.

Anna sintió una leve punzada al escuchar nombrar al italiano. Trataba de no pensar en él, después de todo él solo la había visto como un desliz sin importancia.

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