Último pt 1

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Italia, febrero de 2019.

La madrugada era hermosa, el viento invernal le obligaba a usar abrigo. Caminaba tranquilo, sin rumbo, el silencio de la noche hacía que retumbaran los pensamientos a los que hacía algún tiempo se había acostumbrado. La nieve aún no comenzaba a derretirse, podía ver su respiración frente a él ante cada exhalación. En ese momento en específico estaba pensándola, la había soñado, pero esa no era novedad, la novedad era que el sueño no había sido una pesadilla como las que acostumbraba a tener desde que había decidido dejarla, en aquel sueño ellos hacían el amor y él había experimentado la felicidad y la paz que hacía muchos meses no sentía. Los "días negros" que pasó en México, como los bautizó él, lo perseguían todo el tiempo, cada palabra, cada movimiento, todo estaba grabado en su mente y se repetía con muchísima más regularidad de la que podía soportar.

Cuando despertó aquella noche, después de que Francis le obligara a dormir, miró a su hermano recostado en el sofá; la cabeza le daba vueltas y unas ganas de vomitar tremendas lo invadían.
¿Qué tal la resaca? - preguntó Francis - ah, ya sé, no lo volverás a hacer.

Dijo éste en tono de broma, Piero lo fulminó con la mirada mientras se levantaba al baño.

- ¿Dónde esta Anna? - preguntó cuando salió.

- No lo sé, en el lobbie la vieron salir desde la mañana, quizá no tarda en llegar.

- O quizá no vuelva... Anoche... - guardó silencio en medio de un suspiro.

- Sea lo que sea que haya ocurrido debió ser muy fuerte, en Italia jamás te habías embriagado de esta manera, ¿o sí? ¿quieres contarme? -

Piero negó con la cabeza.

Yo sé que esto es muy difícil - continúo Francis - pero estoy aquí para que juntos encontremos una solución, a Bárbara solo debemos presentarle un plan, algo que mejore las cosas, el público por lo general es bueno, ¿sabes? Solo hay que buscar algo que capte su atención de manera positiva, quizá podemos crear una fundación en pro de los animales callejeros, todo el mundo ama a los gatos y los perros, y hacemos a Anna la portavoz de esa campaña, también podemos crear una fundación para proteger al medio ambiente... Piero, créeme podemos hacerlo. Solo tenemos que organizarnos y le mostraremos nuestro plan a Bárbara, estoy seguro de que funcionará, lo vine meditando todo el camino hasta acá y...

- ¿Por qué estas aquí?

- ¿Eh?

- Que si por qué estas aquí, Francis, ¿a qué has venido?

- No entiendo, Piero, soy tu hermano y era obvio que estabas mal, además papá y mamá se sentirán más tranquilos si yo estoy aquí contigo. Además, ya te estoy contando lo que podemos hacer...

Es que no necesito que nadie este conmigo - dijo Piero un tanto exaltado - no necesito que nadie me haga dudar de la decisión que ya tomé.

- ¿Y qué decisión tomaste? ¿Eh?

- Que lo que tuve con Anna estuvo mal desde el principio, que no debió ocurrir y que tengo que limpiar su nombre, mi nombre y recuperar el status de Il Volo.

Dijo aquello con tal serenidad que a su hermano no le quedó duda de que había sido meditado con detenimiento, aún así, se sentía con la obligación de insistir un poco más, sea como sea Anna le agradaba y su hermano parecía estar enamorado.

- ¿Estas seguro de que no quieres pensarlo un poco más? -

- ¡Estoy seguro! - dijo Piero con firmeza, aunque en el fondo trataba de convencerse así mismo.

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