Piero miraba a través de la venta, las nubes impedían ver a la ciudad que estaba abajo, por un momento se quedó perdido en sus propios pensamientos, estaba lejos de casa, pero estaba cantado, estaba viviendo su sueño, cantar era lo que le daba vida, lo que lo complementaba. Su estancia en Uruguay fue muy productiva, eso los llenaba de satisfacción. Gianluca estaba dormido, un sueño profundo, de esos que te devuelven a la vida cuando estás muy cansado, al parecer ir en un avión no era algo que le preocupara. Ignazio tenía los audífonos puestos, escuchaba a Eroz Ramazzoti. Aún faltaban un par de horas de vuelo para llegar a la ciudad de México.
Anna por su parte, ya tenía un plan elaborado. Era domingo por la noche y, como no podía ir al aeropuerto a recibir a los chicos, estaba conectada en Twitter. El lunes estaría afuera del hotel de los chicos, junto con otras decenas de fans que querían poder entablar conversación con ellos, o por lo menos verlos. Para su fortuna ya solo le faltaba un examen, el semestre estaba terminando bastante bien, sus materias estaban quedando excelentemente. Su compañera de departamento Mónica era la más ansiosa por terminar ya, quería regresar a casa por algún tiempo y de paso librarse de Anna quien había estado toda la semana anterior hablando sobre el mismo tema: Il Volo. A la pobre chica le gustaban las canciones del trío pero no tanto como a Anna.
El lunes se levantó muy temprano, se dio una rápida ducha de agua fría, hacía calor, cosa que no era muy común en la ciudad de México, ni siquiera durante el verano, estaban a 36° centígrados, era el día más caluroso que ella había tenido que experimentar en la ciudad, pero solo tenía dos años viviendo allí así que seguramente habían existido días aún más calientes. Miro la ropa sobre su cama, deseaba con todas sus fuerzas ponerse un simple short e irse así a la universidad, pero sabía que no era buena idea, eligió en su lugar unos jeans azules y una blusa sin mangas, no se maquillo, sentía que el maquillaje haría que le sudara más el rostro, insisto, para Anna un clima así no era cosa normal; solo se puso color en los labios, se sujetó el pelo en una cola de caballo y se fue.
La mañana en la universidad fue bastante tranquila, hizo su examen y cuando le entregarán el resultado al día siguiente estaría oficialmente liberada del semestre. Sergio la miraba desde el otro lado del pasillo, hacia una semana que no cruzaban palabra, Anna hablaba con un par de compañeras, pero aun así podía sentir la pesadez de su mirada, la incomodaba, e incluso la asustaba y se preguntaba a sí misma como era posible que alguna vez hubiera podido confiar tanto en él. Sergio era un hombre guapo, de esos que deslumbraba a primera vista a cualquier chica con una sonrisa pero que a la larga, el físico era lo único que podía ofrecer, estaba entre los 22 o 23 años, tez blanca, cabello castaño y ojos color miel, y aunque no era muy alto su presencia era bastante imponente. Ella en cambio, tenía 19 años, era bajita de estatura, delgada, tez blanca y cabello negro, solía acomplejarse por el tamaño de sus orejas y por eso que casi siempre usaba el cabello suelto pero aquel día hacía mucho calor, no era muy bonita, pero solía ser muy agradable y eso era lo que atraía a los hombres.
Se despidió de sus compañeras y se fue a tomar un autobús que la dejara cerca del hotel donde estaban hospedados los chicos, no era muy difícil de identificar pues había una multitud de chicas con pancartas y fotografías que gritaban por verlos, y un gran número de policías que les impedían el paso hacia el hotel.
Anna también sabía que los chicos no estarían allí esa mañana, según ella los chicos estarían en un programa matutino promocionando su disco, pero ese programa lo podría ver después en internet, lo que ahora quería era estar afuera del hotel, tenía la esperanza –al igual que muchas chicas– de verlos cuando llegarán de regreso.
Para los chicos el clima de ese día era absolutamente insoportable, y más tomando en cuenta que venían directo del inverno en Sudamérica, era un cambio un tanto radical, tanto que la garganta de Ignazio estaba comenzando a resentirlo.
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Il Love
Fanfiction¿Quién no ha tenido un crush en algún cantante alguna vez? Les invito a leer Il Love, una historia de amor que narra la vida de Anna, quien desde que se enteró que su banda favorita llega a su país hace hasta lo imposible por ir conocerlos, pues es...