-Te lo devolveré-Le dijo el chico de cabello verde a Nami, que lo miraba sentada en su escritorio, su trabajo como contadora debía ser una de las cosas que más le gustaba a la chica pero en ese momento jamas pensó que Zoro le pediría un préstamo, se esperaba a Luffy, Usopp o hasta Franky, pero el marimo estaba frente de ella.
-¿Para que lo quieres? estamos en época de navidad y tu la pasaras con nosotros-Zoro Suspiro suavemente.
-Quiero sacar dos boletos de avión a Alaska y alquilar una cabaña, me alcanza para lo primero...
-Espera un minuto Zoro-Dijo Nami levantando una de sus manos-¿De qué demonios hablas?
-Sora jamás vio la nieve y ahora que esta mejor de su enfermedad quiero llevarla a Alaska -Se explico Zoro-Pero... Con el sueldo que gano no puedo llevarla y se me es muy difícil pedirle a él resto dinero por eso acudí a ti Nami
Nami miro la cara de su amigo y compañero recordándo a la tierna Sora, con su sonrisa dulce y su cabello claro bien corto que siempre estaba sobre sus hombros, que hace unos meses había sufrido una recaída de depresión por la muerte de su hermano menor y tuvieron que meter la a un internado para tratar la y como era navidad la habían dejado salir. Nami sabía que se quedaba en la casa de Zoro porque ella quería aquello.
-Luffy lo hubiera entendido.
-Pero el hubiera querido ir y si el iba tendrían que venir todos... Yo quiero pasar la navidad con Sora a solas.
Nami Suspiro y golpeó su frente suavemente.
-Bien, te daré el dinero más que necesario y si es por Sora... No tienes porque devolverme lo.
Sora, como siempre, estaba en casa esperando a Zoro mirando por la ventana del departamento que daba justo al estacionamiento en donde su pareja siempre estaciona.
Ella lo amaba y se sentía inútil no poder ayudarle en lo que sea, el era el único que quería estar con ella y sus cambios de humor.
Entonces vio el auto negro de su pareja estacionarse en un costado y lo vio bajar, tan guapo y llamativo como siempre, entonces levanto la vista a la ventana y le sonrió a sora, sacudiendo su mano, Sora no dudo en responder con una débil sonrisa, una que solo podía ver Zoro.
Zoro subió las escaleras rápidamente, ya que el elevador no servía hace dos semanas, sacó las llaves de sus pantalones y abrió la puerta rápidamente, estaba feliz había hecho todo el papeleo para viajar antes de navidad y pasar las fiestas junto a Sora en Alaska.
Abrió la puerta rápidamente y la vio a ella, con su cabello en una tonta coleta y con una manta sobre sus hombros, el corrió hacia ella, asustando a la muchacha un poco Zoro la levanto por el aire y la beso suavemente al bajarla.
—Vamos a hacer las maletas amor, nos vamos—Sora estaba acostumbrada a un Zoro cariñoso pero aquella vez tenía una gran sonrisa en el rostro y besaba toda su cara felizmente.
—¿Porque? ¿A donde vamos? —Pregunto suavemente Sora mirando como Zoro dejaba una bolsa en la mesa, con comida de seguro ya que había llegado más tarde de lo normal, el se giro a ver la la chica y camino hacia ella estiro sus manos a su cara y la beso fuertemente.
—Pasaremos una blanca navidad en Alaska bebe—A Sora se le paro el corazón, ya que pensaba que pasarían la navidad con sus amigos pero aquello que salía de la boca de Zoro le humedecido los ojos. —Oí, Oí bebé no llores
El besos sus mejillas mientras ella lo abrazaba fuertemente, el respiro en el cuello de ella mientras disfrutaba del contacto.
Tener que decirle a Luffy que no podías pasar navidad con el y el resto era algo que Zoro quería hacer aquella vez aunque le fue difícil ya que primeramente Luffy se negó pero después de la larga explicación terminó por entender el quería ir, como pensó Zoro a un principio pero el moreno se rio y le dijo.
—Lo siento pero sora y yo ya estamos en el avion—Sora lo miraba de mala manera por recién avisarle a sus amigos sobre su viaje y antes de que ellos empiezan a chillar corto la llamada y Suspiro suavemente. —Por lo menos no molestaron hasta que lleguemos.
Sora Suspiro y beso sonoramente su mejilla.
Después de un tiempo de viaje llegaron a el lugar con más nieve que Sora había visto en su vida, Zoro le puso el gorro mientras salían del aeropuerto.
El estaba feliz de ver esa chispa de felicidad en los ojos de Sora que no veía desde hace mucho tiempo desde hace tanto que no la veía como la niña que era, con esa personalidad alocada y divertida que lo había enamorado.
Ella tiro de el y tomaron un taxi a la casa, muy pequeña, que había alquilado Zoro para todo un mes para ellos y pasarían tanto navidad como año nuevo juntos.
Estaban el lo que sería un barrio tranquilo, lleno de casas familiares y sumamente adorables, con pinos en todos lados y nieve por el lugar, Sora bajo arrancando las llaves de la casa a Zoro mientras el pagaba, agradeció al taxista y bajo mirando como sora había dejado la puerta abierta para el, ella seguramente estaría dando vueltas por el lugar.
El chico agarro los dos bolsos y entro a la casa lentamente, cerró la puerta al entrar y tiro a un lado los bolsos y la mochila amarilla que tenia en la espalda.
Era un lugar perfecto para ambos, con un baño y una habitación, la cocina pequeña, sin televisión y una sala para tres personas.
Entonces la vio salir de la habitación, toda agitada y con una hermosa so risa en su rostro, ella corrió hacia el y salto, tuvo que atraparla al vuelo mientras ella reía.
—Esto es genial—Susurro ella felizmente—Gracias Zoro.
Navidad llegó rápido y ambos estaban en medio del parque en un festival navideño, ella comía una manzana acaramelada agarrando fuertemente el brazo de Zoro que estaba tomando una botella de cerveza suavemente.
Los fuegos artificiales pintaron el cielo y Zoro se giro a besarla ella respondió rápidamente mientras se reían.
—Es la mejor navidad del mundo bebe.