Y A N D E R E
Por cierto, antes de empezar, me di cuenta que al mundo le encantan los yandere's porque debe ser la primera vez que escribo de tantos personajes la misma temática.
Bonney iba a la pizzería todos los días cada noche por dos razones, la pizza, que aunque era cara valía la pena comprarla cada noche para una glotona como ella, y por la camarera, Molly, genial el cabello corto rojo y una esbelta figura que Bonney amaba ver cada noche, lo mejor eran los uniformes, una falda y una apretada camisa, le quedaba tan bien a Molly.
Aquella noche en particular Bonney la vio salir a saludar a un chico y algo nuevo en ella se encendió, ira, enojo, celos, la pizza le sabio áspera cuando vio como ella lo besaba.
—Que mierda—Susurro cuando Molly entro pero Bonney salio después de pagar y sin que se den cuenta robando un tenedor que le dieron para las papas.
El chico caminaba de espaldas tecleando algo en su celular y seguramente no se esperaba el golpe en la nuca, Bonney no se detuvo ahí, le saco los ojos y se los guardo en el bolsillo, lo metió en su auto y se llevo el cadáver a su casa, preguntando que hacer con el, no lo tiraría al lago, era muy pesado, pero sabia lo que haría, su padre trabajaba en una carnicería así que lo moleria con la maquina para moler carne, después de hacer aquello quemo la ropa del chico y dejo aquella carne molida entre la carne que vendía su padre.
Nadie tenia el derecho de ser algo de Molly, su chica.