—¿Estamos bien? O ¿Estamos mal?—Quiso saber la chica antes de que el príncipe le diera la espalda, amble y bondadoso así era Fukaboshi, pero era demasiado indeciso eso lo llevo a la situación que tenían ahora, quería arreglar las cosas con su hermosa prometida, Banelope, pero no sabia como podía hacerlo.—Siempre hacer las cosas de repente y luego se te da por pensarlo.
—Es difícil de explicar—Susurro el girándose a su prometida, el cabello verde de ella se extendía por el agua y sus ojos grises exigían una clara explicación, Fukaboshi nado hacia ella y agarro sus manos dulcemente.—Aveces nuestros corazones nos pesan y queremos ver cuan profundo es nuestro país.
Ella no lo comprendía pero sabia que el quería llegar a un punto, un punto seguramente importante para el.
—¿Tenemos que seguir nadando o dejarnos hundir?—Susurro el acariciando el anillo de compromiso que tenia Benelope—No tenemos que apresurar nada aun nos queda un largo camino para nadar.
El tiro de ella para que se apegue a su cuerpo, ambos se sonrieron dulcemente, aun su amor sobrepasaba los limites de su cabeza haciéndolos temblar y aunque aguanten la respiración del amor que sentían alguna vez tenían que volver a ser como eran.
¿Llegaran al otro lado antes de que todo se acabe? Antes de que su amor se esfume y se conviertan en espuma de mar para ser uno con su naturaleza y aunque sus cuerpos estén débiles aun asi quieren llegar al final de aquella hermosa armonía que tenían.
—Estoy cansada—Susurro la chica mirando a Fukaboshi que terminaba de arreglar unas cosas que tenia que presentarle a su padre, se giro a verla y suspiro pesadamente la atrajo con lentitud a el y la dejo flotando sobre su aleta, para besarla delicadamente —¿Llegaremos a casarnos?
—Llegaremos a eso y seremos reyes—Susurro el acariciando la escamosa aleta de sirena que tenia su Benelope.—Y si no es así moriremos intentándolo.
Ella río por lo exajerado que el era, aveces decía ese tipo de cosas que la hacían estremecerse sobre si misma, al ver lo apañado que estaba con el futuro, sin poder decir si o poder decir no, aunque las cosas estén fuera de su control el sonríe y evita los problemas.
—Eres un exajerado—Susurro ella para después besar sus labios y acariciar el cabello azul de su amado.
Y en lo profundo del agua Fukaboshi es feliz con Benelope a su lado, teniendo a su familia y intentando ser el mejor príncipe de todos.
Gracias a los mugiwaras tienen mucha mas libertad y Benelope se emociona con el simple hecho de poder subir a la superficie.
debió ser aquello que hizo que su camino se acabara, cuando la atraparon su corazón pesaba y estaba seguro que sintió como si sus manos se emcadenaran a un barco en proceso de hundirse.
Peleo pero al final se la llevaron, los humanos son malignos y el tuvo la mala suerte de saberlo, tan poco ahí buenos como muchísimos que darían lo que fuera por atrapar una sirena.
Benelope fue la prueba de que todo lo bueno que tenia estaba crucificado a terminar.
Y jamas volvió a verla, murió intentando por ella.
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