Dulce, así era como ella veía a Luffy, el chico mas dulce que conocía y no tenia dudas al respecto.
Era el novio mas especial que Lumia podría tener, no era el chico mas atento de todos y tampoco romántico pero sin dudas el mas divertido.
No había momento del día que el no la haga reír y, aunque ella no lo sabia Luffy la miraba reír felizmente, alegre de causarle alegría a su novia.
Aquella tarde en especial Luffy había podido conseguir que sus hermanos se larguen de la casa, Ace fue el mas difícil de conseguir ya que el hermano mayor decía que quería una foto de ellos dos, Lumia y Luffy, en un momento de intimidad.
Sabo consiguió sacar a Ace de la casa después de un rato y Luffy pudo traer a Lumia, que no era la primera vez que iba a la casa, a su casa.
Estuvieron un rato viendo películas de piratas, las favoritas de Luffy, hasta que el, cansado de ver películas se tiro sobre Lumia buscando atención.
—Lumia—Canturreo sobre su cuello el chico—Estoy aburrido.
—Luffy, estoy viendo la película—Soltó dulcemente la chica sin separar a su travieso novio, Luffy era sin duda un chico travieso, adoraba tocar a Lumia y morderla, era un mal hábito que dejaba varias marcas.
—La película se repite—Susurro y, buscando atención como un animal, hizo que ella lo viera acurrucandose sobre su vientre, rodeándola con sus brazos.
Lumia no soporto cuando el subió su remera besando su estomago, avergonzada intento bajar su remera pero el chico, rápido, atrapo sus manos y la acorralo en el sillón.
—Ya me estoy divirtiendo.
