La chaqueta cayo aun lado de su cuerpo, en el sillón, se acurrucó avergonzada mirando a un costado.
Había sido el peor día de su vida, sin duda alguna. Había amanecido bien, desayunado y ido al trabajo felizmente, la mala suerte empezó cuando el amigo de su jefe llego al edificio.
—Venga no te pongas asi—Dijo su Shanks, su jefe, mirando a su secretaria que evitaba su mirada.—No hiciste nada malo, Mika—Susurro el acariciando las manos de la chica que se alejaba de su jefe.
—Arruine su junta, tendría que despedirme—Dijo la chica, aceptando la dura realidad. Shanks sonrió y suspiro sentándose al lado de su secretaria.
—No fue nada...
—¡¿Que no fue nada?!—Grito la chica mirando al pelirrojo con lágrimas en sus ojos —¡Por mi culpa perdió el mejor contrato para la compañía! ¡¿Como puede decir que no es nada?!
El hombre miro a su acompañante y amiga que berrinchaba sobre si misma con las lágrimas resbalandole por las mejillas, le dolía verla de esa manera.
El estiro su mano hacia la cara de su amiga deteniendola.
—Tendre mas oportunidades como esa mi querida.
Ella negó y el la abrazo fuertemente, acurrucandola en contra de su voluntad, la chica lloriqueaba sobre su pecho y al final se termino por aferro a su pecho.
—Y-Yo lo siento muchísimo Shanks.
El levanto su cabeza, mirando sus lindos ojos llenos de lágrimas, el negó rápidamente y beso sus labios, dejando a la chica fuertemente sorprendida.
—Ya te dije que no importa, de todas maneras perder a mi secretaria me doloria mas que perder un estupido contrato.