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—Kokoro-san—Grito la adolescente felizmente, saludando a la mujer rubia que se giro a ver a la pelirroja que corría hacia ella con una olla entre las manos.—Traje lo que me pidió Kokoro-san.
La chica dejo de olla en la mesa y miro a un costado cuando Kokoro acaricio su cabeza y le agradeció felizmente. Kiara era la tercera aprendiz del gran carpintero Tom, la que se encargaba de los planos y ayudaba a los chicos cuando tenían que levantar cosas. Era muy creativa al respecto de eso y ella adoraba hacer juguetes.
—Kokoro-san, ¿Donde se encuentra Iceberg?—Susurro la chica apretando entre sus dedos una pequeña bolsa, la mujer se río y le señalo a donde los chicos discutían entre ellos.
Kiara corrió hacia ellos y se tiro sobre la espalda de Franky, el chico dio unas vueltas mientras insultaba a su amiga, una hermana para el chico de cabellos azules.
—¡Bakara! Quitate—Grito el chico y ella cayo contra el pecho de Iceberg, que la atrapo rápidamente apretándola contra su pecho mientras insultaba a su nakama con la tanga, este dijo dos cosas mas y se fue a trabajar con Tom que lo llamo para que ayudara con el Umi Resha.
—Buen día Kiara—Susurro Iceberg cuando Franky se retiró gritándole a Tom que se reía fuertemente de lo que decía su aprendiz. Kiara puso sus manos contra el pecho de su novio el cual acariciaba su espalda suavemente. La chica beso su nariz cuando el la apego mas a su cuerpo.—¿Y que es esto?
Kiara se alejo cuando el intento agarrar la bolsa de papel, termino por salir corriendo con Iceberg detrás de ella.
La chica dio vueltas alrededor de Tom, saludándolo alegremente entonces Iceberg se colgó de ella y Franky agarro la bolsa.
—Oigan, es un regalo—Grito ella cuando su novio y su mejor amigo sacaban un par de muñecos, cuatro para ser exactos.
Kokoro, Tom, Franky y Iceberg miraron sus propios muñecos, los examinaron y le agradecieron a la chica que estaba sonrojada mirando a los costados jugando con sus dedos.
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—Fue una excelente idea la de los muñecos amor—Susurro Iceberg cuando estaba anochesiendo y estaban sentados en uno de los pequeños barcos que había hecho Kiara hace mucho tiempo.—Es un buen recuerdo.
—Lo mismo pensaba, porque si alguna vez ocurre algo... Seria un buen recuerdo—Susurro ella apretándose contra los brazos de su pareja, el cual la acurrucó contra el.
—Jamas ocurrirá algo querida—Susurro el mirando al cielo oscuro.—Me asegurare que nada nos ocurra.