CAPITULO 35 El principio del fin. Parte I.

194 22 7
                                    


---Ryu---

Abrí lentamente los ojos pero todo era oscuridad, me moví un poco para poder quitarme lo que tenía puesto en mis ojos que tal parecía que era una venda, pero mis manos y pies estaban inmóviles, no podía moverme ni un centímetro, sentí mucho miedo de lo que estaba sucediendo, no entiendo nada...

Yo estaba con Hayato en el parque de diversiones, hasta que me encontré con ese hombre, y después no recuerdo más, mi cabeza me duele, no me gusta estar así, quiero gritar pero tengo una mordaza, tengo mucho miedo a lo que pueda pasarme.

Escuche el rechinido de una puerta y me pegue más a un mueble que se encontraba atrás de mí.

-Parece que despertaste mi amor. –comento y escuche sus pisadas aproximarse.
-Te quitare la venda porque quiero ver esos hermosos ojos tuyos. –susurro.

Sentí como sus manos acariciaban mi cara y la moví, el jalo la venda y parpadee un par de veces hasta encontrarme con ese par de ojos color café.

-En verdad eres hermoso, no puedo entender como andas con ese imbécil. –gruño.

Tenía tantas ganas de golpearlo y decirle algunas cuantas verdades pero la mordaza me lo impedía.

-No importa, a partir de ahora tú y yo seremos felices en este lugar.

Trate de soltarme de mis manos pero era bastante imposible.

-Te dejaré hablar, pero si gritas no seré muy bueno contigo, te conviene mantenerme contento, además estamos lejos donde nadie puede escucharte.

Se acercó a mí y me quito la mordaza, me tomo del mentón y me obligo a mirarlo.

-Por fin eres mío.
-Yo jamás seré tuyo, eres de lo peor. –gruñí.
-Ryu por favor no digas esas palabras con esa linda boquita.

Me beso y yo como pude le mordí el labio haciendo que le sangrara y nos separamos.

-Muy mal Ryu. –me miro- Lámeme, limpia la herida.
-EN TUS SUEÑOS.

Me tomo del cabello y me acerco a su cara.

-¿Qué no oíste?

Me sorprendí tanto ante sus acciones y tragándome el orgullo que me quedaba comencé a lamer su labio, él aprovecho el descuido y me beso metiendo su lengua en mi boca donde saboreaba todo a su paso.

-Delicioso.
-Te odio.
-Pronto me amaras. –sonrió.
-Dimitri por favor déjame ir. –suplique.
-Lo siento pero, no lo hare.

Salió dejándome solo en la habitación, intente de todo para soltarme pero no podía, nada servía, grite y pedí ayuda pero él tiene razón nadie me escuchara, maldición, es un maldito loco.



---Hayato---

Me empecé a preocupar porque no encontraba a mi amado, camine por todo el parque de diversiones, le marque a su celular pero me mandaba a buzón.

Me siento desesperado, mi amado no aparece, esto ya no es gracioso.

Camine por la zona donde se encuentran varios árboles y mire en el piso lo que parecía un celular. Me acerque al lugar y levante el objeto.

Esto es no posible, debe ser una mentira, el celular es de Ryu, ¿Dónde estará?

Sin pensarlo empecé a preguntar a todas las personas que pasaban si lo habían visto pero nada.

"Ryu mi amor, ¿dónde estás?"



---Akihiko---

Me levante tarde ya que hoy vería a la persona que me representa para ver en donde tendré la siguiente exposición de pinturas, en verdad odio estar sin mi Hiroki, es tan aburrido despertar y no tenerlo entre mis brazos, me he acostumbrado tanto a él, solo espero el momento en que tengamos una gran familia.

Me gustaría tener un hijo con él, se vería tan lindo con su pancita y más aun con sus enormes sonrojos que me enamoran cada día más.

Deje que el tiempo ose pasará en lo que revisaba algunas recetas para sorprender a mi amado, cuando me percate faltaban 10 minutos para que nos encontráramos, tome mis llaves y me dirigí hasta la oficina.

Al llegar el Señor Takahashi me hizo pasar a su oficina, entre y me acomode en el sofá, saque mi teléfono y le envié un mensaje a mi esposo, deje mi celular en la mesa y me quede recargado en el sofá.

-Señor Usami, disculpe si lo deje solo. –comento.
-No se preocupe.
-Bueno, le quiero presentar a mi hijo Misaki. –lo señalo.

"Mierda, no puedo creer que lo vuelva a ver..."

-Usami Akihiko mucho gusto. –sonrió.
-El gusto es mío. –trate de mantener la postura.
-Señor Takahashi un empresario lo necesita. –comento una secretario.
-Está bien, si me disculpa un momento. –hizo una reverencia.

Mi representante salió de la oficina dejándome con ese castaño que me miraba con una gran sonrisa.

-Así que te casaste Usagi-san. –comento.
-No me llames así. –lo mire.
-¿Tan rápido se te olvido que tuvimos algo que ver? –pregunto.
-Nosotros nunca...
-Y la vez que hicimos el amor.
-Eso no debió haber pasado.
-Aha, eso dices, pero estoy seguro que sentiste algo.
-No.
-Cuando fue eso, así hace 2 años ¿no?
-Fue un error.
-Pero lo hicimos, y eso no cambia el hecho que engañaste a tu "novio".
-Misaki basta. –gruñí.
-No quiero, además tú me gustas mucho.
-Yo estoy felizmente casado y amo a Hiroki, lo nuestro fue un desliz, una borrachera, un error.
-ESO NO ES VERDAD.

Nos miramos con rencor hasta que mi representante entro y me pidió que lo acompañara un momento, me levante y camine a su lado.

Nunca pensé que dejar mi celular sería la pauta para un gran problema...



---Hiroki---

Le pedí a Nowaki que fuera por los documentos ya que yo estaba un poco cansado. Luego de dormir un rato me llego un mensaje de Akihiko donde me decía lo mucho que me amaba y me extrañaba, le respondí que también yo lo amo y que espero regresar pronto.

Unos minutos después me llego un mensaje con una imagen adjunta, de un número desconocido, el mensaje solo decía.


No todo es lo que parece Señor de Usami...




Mis lágrimas empezaron a brotar al mirar la imagen, mi corazón se estrujo de solo verla, me siento un estúpido, me senté en el piso mientras todo empezaba a dolerme, sin importarme nada solo lloré.

Akihiko me engaño, él, él se acostó con otro...

La puerta se abrió y escuche a Nowaki acercarse.

-¿Hiro-san?
-¿Por qué? –solloce.
-¿Qué sucede? –pregunto.
-No es justo. –susurre.
-¿Por favor dime que te pasa? –me abrazo.
-Nowaki, -suplique- hazme olvidarlo.
-¿Qué?
-Por favor, te lo ruego, hazme olvidarlo. –llore.

Sentí como sus labios tomaban los míos en un tierno beso que se hacía más demandante, sus manos comenzaban a recorrer mi espalda, sentí como si sus labios ya los hubiera probado antes, se me hicieron tan conocidos y reconfortantes en ese momento. Nowaki me cargo y me llevo a la cama donde me recostó.

-¿En verdad eso quieres Hiro-san?
-Por favor Nowaki.
-Hiro-san, -susurro en mi oído- te amo...  

Hielo y Fuego (Nowaki x Hiroki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora