Hielo y Fuego (Nowaki x Hiroki)

CAPITULO 39 Enfrentamiento.

---Ryu---

Cuando arreglo todas sus cosas, salimos de esa casa y me llevo hasta la que tenía cerca del hospital. Entramos y era un poco más chica que en la que me tenía retenido, empecé a caminar por todas las habitaciones tratando de averiguar cómo llegar hasta Hayato.

-¿En qué piensas mi vida? –me abrazo.
-Nada, solo quiero ir a dar una vuelta.
-Claro mi vida, -me beso- te dejaré ir para que veas lo bueno que soy.
-Gracias.
-Por favor no tardes en llegar.

Él me da esa confianza porque le coloco a mi celular un rastreador, en verdad está loco y tengo que alejarme en cuanto tenga la oportunidad. Camine por un parque y me di cuenta que a lo lejos se encontraba un chico al cual yo le di asesorías hace algunos años y entable una gran amistad con él.

Me acerque a él y me percate que estaba con otro chico.

-Wa, Ryu ¿Cómo has estado? –me abrazo.
-Muy bien Misaki, -sonreí- has crecido mucho.
-Je je, lo sé, incluso, -comento cargando a un niño- tengo un hijo.

El niño tiene el pelo color plata y sus ojos son verdes, por un momento ese color de cabello me recordó mucho a mi cuñado.

-Es muy lindo. –acaricie su cabello- ¿Dónde está su papa?
-Él no quiere hacerse responsable. –bajo la mirada.
-¿Qué? Ese imbécil que cree que está haciendo. –gruñí.
-Lo entiendo Ryu, yo no me porte muy bien que digamos. –susurro.
-¿Por qué lo dices Misaki?
-Digamos que me enamoré de él aun sabiendo que tenía novio.
-Misaki... -susurre.
-Lo amo Ryu, en verdad lo hago, sé que hice las cosas mal y que merezco su despreció pero mi hijo lo necesita. –sollozo.
-¿Y él te ama? –pregunte.
-No... -susurro- él ama a otro.
-¿No crees que es lo mejor que no estén juntos? Creo que tú hijo merece un ambiente donde pueda ser feliz.
-Ryu lo amo, no puedo dejarlo ir, no puedo, tal vez él me llegue a amar.
-¿Quieres luchar por él? –lo mire.
-Sí, eso quiero, sé que el siente algo por mí, solo que no se ha dado cuenta.
-Te apoyaré amigo, así que tranquilo. –lo abrace.
-Gracias. –susurro.

Mi celular empezó a sonar y era Dimitri diciendo que tenía que volver ya, suspire varias veces y me despedí de mi amigo, cuando estaba a punto de llegar a la casa sentí como me abrazaban por la espalda.

-Ryu, no sabes lo mucho que te extrañe.
-¿Hayato? –me sorprendí.
-Dime la verdad Ryu, cuéntame todo sin omitir nada...

---Akihiko---

Sentí tanta rabia de que este estúpido inversionista me hablara como si fuera la peor persona del mundo, sé que cometí un error, y justificarlo con una borrachera no hará que Hiroki confié de nuevo en mí, pero sé que me ama lo suficiente y podremos salir delante de esto junto.

Me siento tan devastado, tengo que recuperar a mi esposo, lo que hizo Misaki no tiene nombre, él no debía haber enviado una foto así, no puedo entender porque, maldición, maldita sea la hora en que tuve que emborracharme, en que tuve que irme con él...

-Hiro-san no quiere verte, no le hagas más daño. –me reclamo ese peliazul.
-Eres tú el que no debe meterse en nuestra relación, es mi esposo.
-Pues bonita relación tenías puesto que no desaprovechaste el tiempo para engañarlo.
-Eso no es tu asunto, además no tengo porque darte explicaciones, tú solo eres un empleado más.
-Soy inversionista.
-Y eso que, tú solo sales sobrando en esto. –gruñí y me dirigí a la entrada.
-Eso sí que no, aléjate. –me detuvo.
-QUE ME SULTES. –lo aparte- Ya ríndete Kusama, Hiroki solo me ama a mí y ni tu ni nadie podrá cambiar esos sentimientos.
-Serás...

Camine hacia el elevador y presione el botón hasta el piso donde quedaba la habitación de mi amado, ese Nowaki afortunadamente no logro entrar a tiempo al elevador, tardo un par de minutos en llegar. Me dirigí hasta la habitación y toque la puerta.
Me percaté que se escucharon algunos pasos y abrieron la puerta.

-¿Kaito? –me sorprendí de ver a mi hermano.
-ERES UN... -gruñó y me golpeó fuertemente en el estómago haciéndome caer al piso.

Salió del cuarto y cerró la puerta, me levanto tomándome del saco y me empujo.

-¿Qué te pasa? –pregunte al recuperar el aliento.
-¿Qué me pasa? ¿Quieres saber lo que me pasa? –gruñó- eres un infeliz Akihiko, te dije que hicieras feliz a Hiroki, ¿y lo engañas?
-Espera Kaito déjame explicarte cómo sucedieron las cosas.
-NO QUIERO TUS MALDITAS EXPLICACIONES, QUIERO QUE TE VAYAS Y NO BUSQUES A HIROKI, ÉL NO QUIERE VERTE, NO QUIERE SABER NADA DE TI. –grito.
-Eso no es verdad, por favor Kaito déjame aclararle este asunto.
-¿TE ACOSTASTE CON EL CHICO? ¿SI O NO?

Mi hermano me miraba con bastante odio, no tenía como defenderme o decirle que todo esto era una mentira.

-Sí pero fue hace dos años. –comente.
-¿Hace dos años? –se sorprendió- ¿Por qué rayos no se lo dijiste?
-No quería perderlo.
-LO HERISTE...
-Kaito, por favor.
-Por favor nada...
-Estaba borracho y yo pensé que él era mi amado.
-No es una justificación Akihiko, largo. –grito.
-Él es mi esposo, no puedo.
-No te voy a apoyar.
-Kaito, -susurre- yo tengo un hijo.
-¿QUÉ?
-Ese chico era un doncel.
-SERÁS ESTÚPIDO. –dijo y me dio otro golpe.

---Hiroki---

Me desperté ya que escuche mucho escandalo afuera del cuarto, me levante y me dirigí hacia la puerta principal, cuando estaba a punto de abrirla reconocí una voz que me hizo estremecer.

-Kaito, -susurre- yo tengo un hijo.

Sentí mi corazón pararse por un momento al escuchar aquella frase, mis lágrimas comenzaron a descender, no podía pararlas.

-¿QUÉ? –grito Kaito.
-Ese chico era un doncel. –"seguro el de la foto".
-SERÁS ESTÚPIDO. –escuche como lo golpeaba.

Abrí la puerta con todo mi pesar y los mire.

-Hiroki. –susurro Kaito.
-HIROKI. –grito Akihiko acercándose- mi amor debemos...
-Vete, te odio. –grite.
-Mi amor yo...
-¿T-tú tienes un hijo? –pregunte temeroso.
-Hablemos por favor. –suplico.
-Responde...
-Sí, pero...
-Maldición, lárgate, vete, déjenme en paz...
-HIROKI...

Kaito me abrazo y me acurruco en su pecho.

-Vete Akihiko, no lo molestes más.

Me duele el pecho, me duele tanto, una sensación que ya he sentido antes, no recuerdo como pero es la misma sensación...