CAPITULO 42 Un cruel encuentro.

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---Kaito---

Me apresure a empacar nuestra ropa, me siento mal por mi hermano pero él se lo busco, no entiendo porque se acostó con otro chico teniendo a Hiroki con él, no puedo procesar toda esta información, Hiroki es un hombre maravilloso, lindo y tierno, siempre ayuda a los demás....

Entonces ¿Por qué rayos lo engaño?

¿No lo satisfacía?

¿No era lo que esperaba?

¿Se cansó de Hiroki?

No... No lo puedo creer...

Todo esto tiene una explicación, pero ¿cuál? ¿cuál es esa razón que hizo que mi hermano lo engañara?

Mi cabeza me duele de tanto buscar situaciones que lo puedan excusar, pero no llego a ninguna solución, esto es tan confuso, tal vez debería hablar con él.

Deje a Hiroki dormido en la habitación, tome el boleto de regreso a Japón que me pidió mi lindo castaño que le comprara a Nowaki y salí.

-¿Cómo sigue Hiro-san? –pregunto al verme salir.
-Ya está mejor. –comente sin ánimos de pelear.
-Me alegro, -suspiro aliviado- quisiera verlo.
-Está descansando, no te recomiendo que lo molestes. –lo mire.
-Lo siento.
-En fin. –lo mire- Ten.
-¿Un boleto?
-Sí, Hiroki me dijo que te lo comprara, ya que mañana nos vamos.
-¿Y el trabajo? –comento,
-Ya está terminado, -bufe- lo siento pero tu vuelo sale una hora después del de nosotros.
-¿Por qué? –me miro.
-Después de todo lo que paso no creo que tengas que pedir explicaciones, así que no digas nada más.
-Tienes razón, no quiero que Hiro-san me odie.

Su rostro reflejaba tristeza y cansancio, no entiendo como una persona que jugo con los sentimientos de Hiroki se pueda ver tan patético por querer recuperarlo de nuevo, pero él mismo se lo busco.

El amor es entregar todo, querer ser lo mejor para esa persona, quererla proteger y darle todo tu cariño todos los días, entregarte por completo y no solo a medias, pero ahora ese par no lo hizo, y no es justo que Hiroki siga sufriendo.

-Nos vemos después. –comente.
-Kaito. –me llamo.
-¿Qué sucede Nowaki?
-Sé que no me dejarás acercarme, solo quiero que lo cuides mucho, porque es la persona que más amo en la vida. –sonrió a medias.
-No tienes que decírmelo.
-En cuanto Hiro-san se recuperé estaré a su lado.
-Eso si te lo permito. –lo mire desafiante.
-Lo sé.

Baje hasta el living para despejar un poco mi mente, y poner en claro mis ideas, ya que necesito ser fuerte para lo que se nos avecina.

En todo este tiempo tramite el divorcio de mi castaño, ordene los papeles y solo es cuestión de que Hiroki firme, no es necesario la firma de Akihiko, ya que nuestros abogados hicieron un gran trabajo, que no es necesario que se vean.

Lo único que no sé de Hiroki, es que si le dirá la verdad a mi hermano acerca de su hijo que esperan, sé que mi hermano no merece saberlo, pero es su hijo, tiene que enterarse, pero yo no soy quien para darle esa noticia, además se lo prometí a Hiroki, que me mantendría callado.

Tome la decisión que tome, yo lo apoyare siempre, sé que él no ve mira como yo lo veo a él pero prometí cuidarlo desde que nos conocimos, juro protegerlo y eso hare, a pesar de mi amor por él quiero que sea feliz.

Camine hasta el bar y me senté en una silla.

-Kaito.
-Akihiko, -lo mire desafiante- ¿Qué quieres?
-Tengo que explicarte las cosas.
-¿Qué cosas?
-Yo amo a Hiroki y lo sabes bien. –me miro.

Sus ojos estaban rojos, su semblante depresivo, parecía que de un momento a otro se quebraría.

-Lo sé hermano, pero no entiendo cómo pudiste... -apreté mis puños.
-Fue un error, una estupidez, ese día bebí demás.
-Esa no es una justificación.
-Kaito, en verdad soy el peor pero amo a Hiroki, es mi esposo y sin él no soy nadie.
-Hermano no sé qué decirte, no te puedo apoyar, le hiciste tanto daño y ahora tú tienes un hijo con otro.
-No lo hice a propósito.
-Solo te diré que, -suspire- Hiroki ha pedido tramitar su divorcio.
-¿Qué? –se sorprendió.
-Yo mismo lo tramite, Akihiko él se quiere separar de ti. –susurre.
-No es verdad, -sus lágrimas empezaban a salir- Kaito por favor, cancela todo el trámite, yo lo amo, no nos podemos separar, no tiene mucho que nos casamos, eso no es...
-¿Justo? Eso ibas a decir, -lo mire- Y engañarlo era justo, Akihiko, mañana nos iremos en el vuelo de las 12, no molestes a Hiroki, no hasta llegar a Japón por favor.
-No puedo esperar, necesito verlo y abrazarlo, decirle lo mucho que lo amo.
-Dale tiempo Akihiko, no es fácil para él y más porque... -me di cuenta de que estaba a punto de revelarle que sería padre y decidí callarme.
-¿Por qué?
-Está un poco delicado.
-Kaito yo...
-Prometo que haré que puedas hablar con él, pero a su tiempo.
-No quiero que se divorcie de mí.
-Es su decisión, -lo mire- hermano lo siento.

Coloque mi mando en su hombro y me fui del lugar.

"Me siento tan mal por ti hermano, pero que puedo hacer yo..."


---Ryu---


En todo el día me quede encerrado, me siento tan asqueado de ser tocado de esa forma, no entiendo porque Dimitri se encapricho conmigo, no hice nada en particular para llamar así su atención, esto es una locura, es de lo peor, yo solo necesito a Hayato a mi lado, maldición, lo extraño demasiado.

Es un sentimiento muy distinto al que siento por Kaoru, aún tengo algunos sentimientos por Kaoru, ya que no es tan fácil olvidar tantos años de estar juntos, de un amor que jamás pensé tener, pero todo el encanto termino, y aun no entiendo porque su frialdad.

Aunque eso no importa ahora, ya que estoy saliendo con Hayato y cada momento me va enamorando, siento que mi corazón late fuertemente de solo recordar sus besos, sus palabras, todo...

En la mañana me bañe y me vestí con un pantalón negro y una camisa verde, me recosté en la cama mirando un libro.

-Ryu, -comento Dimitri entrando a mi habitación- vamos que se nos hace tarde.
-¿Tarde para qué? –evite mirarlo.
-Tontito. –se recostó encima de mí- Tenemos que ir a trabajar.
-¿Qué? –me sorprendí.
-Anda, -me tomo de la mano- se nos hará tarde.

No proteste en lo absoluto ya que, sabía que vería de nuevo a Hayato, me conformo solo con verlo y escuchar su voz, saber que me ama y me sacará de este horrible lugar. Tome mi cambio de ropa y nos dirigimos hasta su coche.

-Trata de no cruzar palabras con ese idiota. –comento en el camino.
-Hai. –susurre.
-Te lo digo enserio Ryu, tú eres mío y no quiero que él ponga una mano sobre de ti, me entiendes -se estaciono y me miro- CONTESTA.
-Lo entiendo. –susurre.
-Eso creí, -acaricio mi entrepierna- sino tendré que castigarte, o más bien premiarte.

Comenzó a besar mi cuello y subió hasta mi oreja y la mordió.

-Ryu te deseo tanto. –me beso.
-B-Basta, -lo aparte- n-no lo hagas.
-Tienes razón, si empiezo no querré terminar, -beso mi frente- vamos.

Salimos del auto y entramos al hospital, nos dirigimos hasta los vestidores y me coloque mi uniforme. Cuando estaba a punto de salir, Dimitri me tomo de la mano y me llevo con él. Muchas personas nos miraron, tanto enfermeras como doctores.

-Bueno mi amor, nos vemos en la salida. –sonrió y me beso.

Todos se sorprendieron ante aquella escena, y uno de ellos fue Hayato que se enfureció tanto que estaba a punto de acercarse pero negué con mi cabeza con tanto miedo, él suspiro y me regalo una bella sonrisa.

Dimitri se fue con otros doctores ya que tenía pacientes que atender, yo fui a ver a los niños quienes me recibieron con bastantes energías y jugué un poco con ellos, al igual que les leí.

Deje que las horas pasaran. Las enfermeras entraron a darles de comer y yo subí a la azotea para despejar mi mente.

-Ryu. –murmuraron.
-¿H-Hayato? –solloce.
-Mi amor, -me abrazo- tranquilo, estoy aquí contigo.
-Ya no puedo, -comente- está demente.
-Ya fui con la policía, pero no me creen, dijeron que lo investigarían, por favor Ryu, vuelve conmigo y...
-No Hayato no quiero que nada te pase.
-No te sacrifiques por mí Ryu.
-Hayato, -lo bese- te quiero.
-Ryu. –me tomo de la cintura y profundizo el beso.

Me deje llevar por la sensación del sabor de Hayato, sus labios, su aroma, su calor, en verdad lo extraño tanto que me estoy haciendo dependiente a él...


---Hiroki---

Al despertar me di cuenta que eran las 10, así que me duche rápidamente, me cambié y camine hasta el comedor donde estaba servido mi desayuno, Kaito en cuanto me vio me arrimo la silla.

-¿Cuánto falta?
-Una hora, come despacio, al final el aeropuerto está cerca.

Empecé a comer y trate que todo lo que me ha pasado no me afectará, ya que no quiero que mi bebé este mal, acaricio cada que puedo mi vientre tratando de darme fuerzas para seguir adelante con mis planes.

En verdad amo a Akihiko pero después de lo que paso, no es fácil que lo perdone, que quiera estar a su lado, me ha lastimado por completo, no quiero verlo, no quiero saber de él, mi hijo y yo no lo necesitamos, no lo...

Mis lágrimas siguen cayendo sin poderlas detener, es un dolor inexplicable, indescriptible, una sensación de decepción, de baja autoestima, ya que no fui lo suficientemente bueno para él.

No entiendo que fue lo que hice mal, no entiendo nada...

4 años tirados a la basura... ¿Por qué?

Me duele tanto el pecho de solo recordar lo sucedido, quisiera superarlo pero no puedo hacerlo, es tan difícil...

Al terminar de desayunar dejamos el hotel y nos dirigimos hasta el aeropuerto, esperamos un rato en lo que nuestro avión partía. Subí al avión y me quede dormido.

Llegamos a Japón, Kaito me llevo hasta su casa y me dijo que acomodaría un cuarto para mí.

-Iré a dar una vuelta. –comente.
-Te acompaño. –me miro.
-No me malentiendas pero, -susurre- quiero estar solo un rato.
-Está bien.

Salí de la casa y camine por las calles, coloque mis manos en mi vientre pensando en cómo sería mi niño, espero que tengas los ojos de su padre.

No entiendo porque me sigo atormentando, es doloroso pero qué más puedo hacer, un amor como el nuestro no se olvida de la noche a la mañana.

Camine por un parque y mire muchos niños corriendo, haciendo que sonriera ante la idea de que muero por tener a mi hijo entre mis brazos.

Algo me llamo la atención, un chico que me hizo hervir mi sangre, apreté mis puños y me dirigí hasta él. Al llegar lo tome del hombro y volteo.

-¿Sí? –me miro.

No aguante más el enojo y coraje que sentí, de verlo mí estómago se revolvió. Le voltee una tremenda bofetada que deje marcada mi mano en su mejilla.

-Pero qué diablos te ocurre. –comento.
-Tú no tienes vergüenza, eres de lo peor. –grite.
-¿Qué?
-Te metiste con mi esposo, eres de lo peor.
-N-no puede ser, eres él esposo de... –se sorprendió.
-Sí, Akihiko es mi esposo.
-Y-yo...
-Eres una ramera. –gruñí.
-Tú a mí no me ofendes, si él se metió conmigo fue porque quiso.
-Maldito, -lo volví a abofetear- eres de lo peor.
-Basta, -me regreso la bofetada- no permitiré que me toques.
-Tú...

No entiendo porque Akihiko me engaño con este tipo... ¿Por qué?

Estaba a punto de golpearlo pero alguien me detuvo.

-¿Qué ocurre Hiroki?
-T-Tsumori, -solloce- suéltame.
-Hiroki, ¿Qué pasa sucede mí niño?
-D-Duele.... –murmure y sentí mis parpados muy pesados lo que me hizo cerrarlos.

Hielo y Fuego (Nowaki x Hiroki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora