Capítulo 13

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-Elena, Sweetie, despierta, -dice todavía con voz ronca mientras me acaricia suavemente la espalda, todavía desnuda- es casi la hora de comer, hemos dormido toda la mañana.

-Pero si hemos pasado toda la noche despiertos, ¿cómo no íbamos adormir toda la mañana? -le pregunto riéndome mientras me estiro.

-¿No te lo pasaste bien? -me pregunta arqueando una ceja.

-De maravilla -le digo incorporándome un poco para besarle-, es más, ¿cuánto tiempo tenemos antes de comer? -le pregunto insinuante.

-Suficiente -susurra contra mis labios mientras me rodea con los brazos por la cintura.


-Creo que deberíamos vestirnos, el repartidor llegará pronto con la comida y no le vas a abrir desnudo -le digo a Dougie riéndome mientras estamos todavía abrazados en la cama.

-Si, la verdad es que si -responde antes de besarme la parte alta dela cabeza y levantarse.

Yo también me visto y bajamos al salón para comer. Después de comer nos tumbamos en el sofá, hemos dormido tan poco que estamos agotados.

-Dougie, no quiero contarlo todavía.

-¿El qué? -me pregunta confuso.

- Que estamos juntos, no me malentiendas, gritaría a los cuatro vientos que te quiero y que soy feliz, pero no quiero que la gente piense que mi matrimonio era una farsa o que no quería a mi marido, yo si que quería a Martín, todavía le quiero, pero no estaba realmente enamorada de él. No quiero que la gente me juzgue por no haber guardado luto a mi matrimonio. Y sobretodo no quiero que salgamos en alguna revista que él pueda ver y le haga hacer alguna tontería.

-Está bien, lo contaremos cuando tú te sientas cómoda haciéndolo -me dice acariciándome el pelo.

-Gracias, sé que no estoy facilitando todo esto, pero mi situación es complicada y...

-Sweetie, no tienes por qué justificarte, te entiendo y solo quiero que seas feliz.

Tras esa conversación decidimos ver una película, elegimos Crepúsculo, para recordar viejos tiempos, ya que viendo esa película fue cuando nos dimos nuestro primer beso. Nos acurrucamos bajo una manta y ponemos la película, cuando llega la escena del baile le miro, igual que lo hice la primera vez y él me devuelve la mirada, nos acercamos lentamente hasta que nos fundimos en un dulce beso.

-Esta vez sin reproches ni miedos dice riéndose cuando nos separamos.

-Mucho mejor -le respondo.

-Por supuesto -remata antes de volver a besarme.

-Dougie, tengo que volver a España -le digo cuando por fin nos separamos.

-¿Tan pronto? -me pregunta triste.

-Echo de menos a mi hijo, además tengo cosas que resolver allí ahora que me he quedado sola -le explico.

-Lo entiendo, iré contigo, tengo unos días libres así que... -empieza a decir pero le interrumpo.

-No creo que sea buena idea, primero porque si queremos ocultar lo nuestro que nos vean viajando mucho no creo que ayude mucho y segundo porque una de las primeras cosas que tengo que hacer es llevar el niño a ver a sus abuelos y preguntarles si saben algo de Martín y dudo que les pareciese muy bien a mis suegros que apareciese en su casa contigo al lado -le aclaro.

-Está bien, pero te llamaré todos los días.

-¿Desde cuando eres tan empalagoso? -le pregunto riéndome mientras le beso.

-Te perdí una vez porque te fuiste a España y no pienso volver a hacerlo.

Pasamos el resto de la tarde en internet buscando el primer vuelo que pueda llevarme a casa sin escalas, finalmente consigo uno para la mañana siguiente, lo cual me pone triste porque tendré que esperar un día más para ver a mi hijo, pero contenta porque podré pasar una noche más con Dougie.

Nos gustaría salir a cenar juntos, pero como queremos esconder lo nuestro no podemos, así que le pido a Dougie que vaya a la compra y me traiga las cosas necesarias para preparar una buena cena para los dos. Mientras él esta fuera salgo al jardín a recoger unas flores para poner la mesa bonita.

-El jardinero te va a matar -dice Dougie riéndose cuando llega, al ver las flores en la mesa.

-Bueno, yo me voy mañana, así que te va a matar a ti -le digo riéndome- no, en serio, ¿he hecho mal? -le pregunto seria.

-Que va, son mis flores y si mi novia quiere cortarlas puede hacerlo, -dice acercándose a mi y besándome- si al jardinero no le parece bien que se aguante.

Preparo unos canelones de berenjena y atún y una ensalada cesar para acompañar, mientras los canelones están en el horno decidimos hacer brownies de postre. Yo voy pesando y juntando los ingredientes secos mientras Dougie derrite el chocolate, de repente Dougie me dice que el chocolate se está pegando y no sabe porqué, cuando me fijo veo que tiene el fuego al máximo.

-Tienes el fuego muy alto, torpe -le digo riéndome- eres el peor pinche de la historia -añado.

Como respuesta a mi crítica Dougie me tira un puñado de harina ala cara a lo que yo respondo cascándole un huevo en la cabeza, él me coge por la cintura y empieza a hacerme cosquillas, yo cojo la cazuela con el chocolate y trato de echársela por encima, pero, a causa de las cosquillas, no tengo muy buena puntería y los dos acabamos bañados en chocolate. Al final las piernas me ceden y me caigo al suelo, seguida por Dougie que no para de hacerme cosquillas por mucho que me revuelva, finalmente me besa y nos quedamos ahí, embadurnados en chocolate, partiéndonos de risa y besándonos, tumbados en el suelo de la cocina, que ha quedado llena de harina, huevo y chocolate por todas partes.

Finalmente nos levantamos y vemos lo que hemos hecho en la cocina, recogemos y limpiamos un poco mientras terminan de hacerse los canelones y decidimos que mejor no haremos brownies. Después nos vamos dar una ducha antes de cenar.

Te tengo a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora