Me despierto con unos pinchazos muy fuertes en la barriga, me incorporo sujetándola y llamo a Dougie que se despierta sobresaltado.
-¿Qué pasa? -pregunta incorporándose desorientado.
-Me duele la barriga -le digo, levanto las sábanas y veo una pequeña mancha de sangre en ellas-. Oh Dios mío, Dougie, estoy sangrando, tengo que ir a urgencias -añado preocupada.
-Voy a llamar a una ambulancia -dice levantándose de la cama.
-No, tranquilo, podemos ir en coche, pero primero hay que encontrara alguien que se quede con Antonio -le digo justo antes de que me dé otro pinchazo y me retuerza de dolor.
-Está bien, llamaré a Tom -dice cogiendo el teléfono.
Habla con Tom, se quedarán con Antonio sin problema, así que Dougie me ayuda a ir hasta el coche y después coge al niño, todavía dormido, y lo mete en el coche. Paramos en casa de Tom y Gi a dejarle y nos vamos directos al hospital. Son las tres de la madrugada, así que no hay casi nadie en urgencias y me atienden rápido.
Dougie está sentado a mi lado cogiéndome la mano y frotando mi enorme barriga de forma tranquilizadora. Estamos esperando a que nos den los resultados de las pruebas que me han hecho, nos miramos dándonos ánimos, pero no hablamos, el miedo nos ha dejado mudos.
-¿Elena Rivas? -pregunta el médico entrando e mi box.
-Si -le contesto incorporándome.
-Ya tengo los resultados de las pruebas que le hemos hecho. En la ecografía no hemos visto nada raro, el análisis de sangre tampoco revela nada extraño. El sangrado puede ser normal, aunque le recomiendo guardar reposo durante unas semanas. Y, por último, la única explicación que encontramos a sus dolores en la barriga es que sean las contracciones de Braxton Hiks, unas pequeñas contracciones que se pueden dar sin estar de parto, y al estar usted embarazada de siete meses estas ya pueden darse.
-Entonces ¿el bebé está bien? -pregunta Dougie.
-Si, ya pueden irse a casa -dice el médico-, eso si, no se olvide de guardar reposo las próximas semanas.
-Muchas gracias doctor -dice Dougie.
-Gracias -digo yo también.
Dougie me ayuda a volver a vestirme y nos vamos a casa. Mientras vamos en el coche envío un mensaje a Tom para avisarles de que todo está bien y volvemos a casa, para que no se preocupen, el niño pasará la noche en su casa y lo iremos a recoger mañana por la mañana.
-Menudo susto nos habéis dado anoche -dice Gi mientras desayunamos los cuatro juntos en su casa.
-Susto el que me llevé yo -dice Dougie.
-Menos mal que al final no ha sido nada -dice Tom sonriente.
-La verdad es que me asusté mucho -digo frotándome la barriga-, sobre todo cuando vi la sangre.
-No puedo imaginarme lo que hubiera sido perder ahora a nuestra pequeña -dice Dougie acariciando también mi barriga.
-Bueno, ahora no penséis en eso -dice Gi-, solo ha sido un susto -añade sonriente.
-Si -digo sonriente reposando mi cabeza en el hombro de Dougie-. Y siento mucho haberos despertado, pero no teníamos con quien dejar al niño y no podíamos llevarlo con nosotros al hospital.
-No digas tonterías Elena -dice Tom- para eso estamos -añade.
-Gracias chicos -dice Dougie- sois lo mejor que me ha pasado nunca.
-No seas exagerado tío -dice Tom.
-No exagero, siempre habéis estado ahí para mi, incluso me acogisteis en vuestra casa cuando lo necesité.
-Cualquiera hubiera hecho lo mismo -dice Gi.
-Si, pero fuisteis vosotros quien lo hizo.
-Venga tonto, la paternidad te está volviendo un ñoño -dice Tom riéndose.
-Y eso que mi hija todavía no ha nacido -dice Dougie riéndose.
Todos nos reímos y terminamos de desayunar charlando tranquilamente, hasta que a mi vuelve a dolerme un poco la barriga, así que decidimos volvernos a casa para que pueda descansar.

ESTÁS LEYENDO
Te tengo a ti
FanfictionSegunda parte de Mi corazón nunca miente. Han pasado ocho años desde que Elena volvió de Inglaterra, está casada y esperando un bebé, ya no sigue en contacto con los chicos, aunque sigue al día de sus vidas gracias a las redes sociales. Es feliz con...