Capítulo 25

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Los chicos se quedan unas semanas, así que todavía están con nosotros cuando llegan las fiestas patronales del pueblo. Ya se ha convertido en nuestra pequeña tradición que, el día grande de las fiestas, celebremos una gran comida en mi casa todos juntos, este será el tercer año consecutivo que lo hacemos.

Comemos los ocho, con los niños en el jardín, después de comer nos arreglamos y vamos con los niños a la fiesta, los montamos en las atracciones, como todos los años y les compramos algodón de azúcar y chucherías. Después tomamos algo en un terraza y volvemos a casa para cenar.

Por la noche dejamos a los niños con mis padres y vamos los adultos solos, igual que los años anteriores. Montamos en las atracciones, volvemos a tomar algo en una terraza cercana a la fiesta y bailamos delante de la orquesta. Sobre las dos de la madrugada todos se van a descansar y Dougie y yo nos quedamos paseando por la fiesta. Compramos un algodón de azúcar para los dos y vamos a la playa a la que fuimos hace tres años para alejarnos del ruido.

-Quién nos iba a decir hace tres años que ahora íbamos a volver a estar aquí juntos y prometidos -dice Dougie cuando nos sentamos al lado de la orilla.

-Es increíble lo mucho que pueden cambiar las cosas en tan poco tiempo -le respondo.

-Aquel día, cuando entraste por el camerino y vi que no venías sola y que estabas embarazada se me cayó el alma a los pies. Hasta entonces no había perdido la esperanza de volver a tenerte en mis brazos, pero en aquel momento pensé que ya sería imposible -dice acariciándome la espalda suavemente-. Quién me iba a decir entonces que ahora ibas a ser mi prometida y que aquel bebé que llevabas en el vientre sería como un hijo para mi.

-Eres lo mejor que me ha podido pasar en la vida -le digo incorporándome para mirarle.

-Lo mismo te digo -me contesta y me besa.

-Dougie, ¿cuándo vamos a casarnos? -le pregunto cuando nos separamos.

-Cuando quieras sweetie -responde y me da un rápido beso en la punta de la nariz.

-Cuanto antes, no puedo esperar para ser la señora de Poynter -le respondo sonriente.

-Ni yo para que lo seas.

-Me gustaría que fuese en primavera, así además tendré tiempo de sobra para organizarla.

-Pues en primavera entonces.

-¿Qué tipo de boda quieres? -le pregunto.

-Sweetie, la que tú quieras, solo quiero que seas feliz y que tengas la boda que tú deseas -responde acariciándome el pelo.

-Es mi segunda boda y la primera vez tuve la boda con la que toda chica sueña, una boda de cuento de hadas, con cientos de invitados, un vestido de princesa precioso y todas esas cosas, pero aún así las cosas no salieron bien, así que ya no sé cómo es la boda que quiero. Además, tú no eres la clase de chico al que le gustan esa clase de eventos ¿verdad?

-Me gustará lo que decidas, porque lo que me gusta es verte feliz -dice mirándome a los ojos y en cuanto termina de hablar lo beso.

-Tengo una idea -digo mientras todavía estamos besándonos.

-¿Qué? -pregunta separándose.

-¿Que te parecería casarnos en septiembre? Justo antes de marcharnos a Inglaterra -le digo con ilusión.

-Elena, para eso faltan como dos meses, no veo cómo podría darte tiempo a organizarlo todo teniendo en cuenta que yo no puedo ayudarte por no hablar español.

-¿Qué te parecería celebrar una boda en la playa más bonita del mundo? Estilo ibicenco, con todos vestidos de blanco, al atardecer... -antes de que siga me besa.

-Me encantaría, ¿y qué playa es esa? -pregunta intrigado.

-La playa de Rodas en las Islas Cíes.

-¿Y podrás conseguir el permiso para hacerlo allí? -pregunta serio.

-Será difícil, porque es un entorno protegido, pero mi familia tiene muchos contactos, así que supongo que lo conseguiré.

-Podrás conseguir cualquier cosa que te propongas.

-Vale, ya tenemos el lugar y la fecha aproximada, pero todavía quedan muchas cosas que decidir y muy poco tiempo -empiezo a decir preocupada pero Dougie me interrumpe besándome.

-Es suficiente por hoy, mañana continuaremos -susurra todavía contra mis labios y continúa besándome.

-¿Te apetece hacer una locura? -le pregunto poniéndome de pie y desabrochándome el vestido.

-Siempre -contesta mirándome confuso.

-Yo voy a bañarme en el mar -le digo riéndome- desnuda- añado guiñándole un ojo mientras dejo caer el vestido al suelo.

-Me gusta la idea -dice levantándose y desabrochándose los pantalones.

Nos desnudamos y avanzamos hacia la orilla cogidos de la mano. El agua no está demasiado fría para ser Galicia de madrugada, así que no tardamos demasiado en meternos hasta que el agua nos cubre hasta el cuello. Entonces Dougie me abraza por la cintura y yo me giro hacia él, nos besamos, él me levanta ligeramente y yo le rodeo la cintura con las piernas. Hacemos el amor dulcemente, cuando acabamos empieza a cogernos al frío, así que salimos, nos vestimos y volvemos a casa paseando, abrazados, en silencio.

Te tengo a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora