Te tengo a ti

Capítulo 23

Un par de semanas más tarde llega el tercer cumpleaños de Antonio. Esa mañana Dougie y yo nos levantamos temprano para preparar un desayuno especial, yo empiezo a adornar la cocina mientras Dougie prepara tortitas, coloco serpentinas colgadas del techo e inflo globos de colores con una pequeña bombona de helio que compré ayer, también tengo uno que es un tres enorme, pongo un mantel con motivos de piratas y encima los platos, cubiertos, las tazas y los vasos. Cuando termino le ayudo a Dougie con el desayuno, corto fruta para ponerle a las tortitas y preparo zumo natural y chocolate caliente. Cuando lo tenemos todo preparado vamos a despertar al niño, lo despertando cantándole el cumpleaños feliz, me pasé toda la noche enseñándoselo a Dougie, es curioso, aunque llevamos casi dos años juntos y ya empieza a entender y a hablar algo de español todavía se me hace raro escucharle hablándolo.

La cara de Antonio se ilumina cuando entra en la cocina y ve todo lo que le hemos preparado. Desayunamos los tres tranquilamente y nada más terminar decidimos darle ya nuestro regalo, así que Dougie sale corriendo a buscarlo mientras yo me quedo entreteniéndole. Al poco Dougie aparece por la puerta con una enorme caja envuelta en papel de dinosaurios y con un enorme lazo encima, Antonio se levanta emocionado pidiéndole a Dougie que se lo de, este lo apoya en el suelo y el niño empieza a romper el papel como un loco, en cuanto ve la foto de la caja empieza a gritar eufórico, es un castillo hinchable, abraza a Dougie y después viene corriendo a abrazarme a mi. Es la primera vez, desde que Martín se marchó que veo a Antonio tan feliz.

Dougie recoge las cosas del desayuno y se va con el niño al jardín a colocar el castillo, mientras yo empiezo a prepara las cosas para la barbacoa que haremos para celebrar el cumpleaños, todos llegarán en un par de horas, vendrá mi familia, mis amigos y los chicos y la madre y la hermana de Dougie desde Inglaterra. Antonio está impaciente por ver a Buzz, a Buddy y a Lola, ya que son inseparables, a pesar de la diferencia de edad, y ya hace un par de meses que no se ven. Dougie y yo estuvimos con ellos ayer por la tarde, pero el niño estaba con su padre celebrando su cumpleaños.

En cuanto termina de colocar e hinchar el castillo Dougie deja a Antonio jugando y viene a ayudarme en la cocina, ya que desde aquí podemos vigilarlo por la ventana. Dougie se pone a hacer la ensalada mientras yo pelo y corto las patatas para hacer unas tortillas. Cuando estoy terminando de hacer la última tortilla llaman al timbre, Dougie se limpia las manos y va a abrir, al pasar por mi meda un suave beso en la nuca provocando que me estremezca.

-Hola, pasad, Elena está en la cocina y el niño en el jardín -le oigo decir-, si, por aquella puerta.

Al segundo siento pasar tres pequeñas personitas corriendo por detrás de mi hacia el jardín y enseguida oigo gritos y veo a los cuatro pequeños abrazándose y poniéndose a jugar felices en el castillo, ahora mismo me los comería a los cuatro. Después pasan los chicos y me van dando un beso todos unos por uno y de últimas vienen Sam y Jazzie, la madre y la hermana de Dougie, Jazzie me abraza con cariño por detrás y Sam me da un beso en la mejilla como los demás. A continuación todos salen al jardín donde felicitan a Antonio y se sientan a charlar animadamente.

En cuanto termino de hacer las tortillas las dejo tapadas sobre la mesa de la cocina, junto a la ensalada y salgo a preparar las brasas para asar la carne, mientras Dougie pone la mesa, lo demás se ofrecen a ayudar, pero realmente no hace falta.

Cuando todo está listo nos sentamos con todos a charlar y al poco rato alguien llama a la puerta, miro a Dougie nerviosa pensando que sean mis padres, ya que será el momento en que mi familia y la de Dougie se conozcan, por eso han venido Sam y Jazzie, él me devuelva la mirada y me sonríe tranquilizador. Me levanto y voy corriendo a abrir la puerta.

Cuando abro la puerta detrás de ellas están mis padres y mi hermana, justo como esperaba, les digo que dejen la tarta y la empanada que traen en la mesa de la cocina y salimos al jardín, ha llegado el momento de la verdad, nuestras familias por fin se conocerán. Dougie se acerca a nosotros con su madre y su hermana detrás, se pone a mi lado y me rodea la cintura con un brazo.

-Mamá, papá, María, ellas son Sam y Jazzie, la madre y la hermana de Doug -les digo señalándolas.

-Es un placer conoceros -dicen educadamente.

-Ellos son Manuel, Rebeca y María, los padres y la hermana de Elena -dice Dougie imitándome. Finalmente todos se dan dos besos y nos sentamos juntos a la mesa.

Poco después llegan mis amigos y por fin estamos todos, así que corto la empanada que han traído mis padres y la saco junto con algo más para picar, y nos sentamos todos al rededor de la mesa a charlar.

Cuando las brasas están listas Dougie saca la carne de la nevera y él y mi padre empiezan a asarla, en realidad es mi padre quien la asa, lleva los dos últimos veranos intentando enseñarle a hacerlo, pero Doug no acaba de cogerle el punto, me resulta muy gracioso verles juntos, sobre todo porque mi padre apenas se defiende en inglés y Dougie apenas lo hace en español.

Después de comer Antonio sopla las velas de la preciosa tarta que le ha hecho su madrina, con los dibujos de "The dinosaur that pooped..." la colección de cuentos que escribieron Tom y Dougie hace unos años y que a Antonio le encantan, son las ventajas de que mi hermana sea pastelera. Después de que sople las velas le cantamos el cumpleaños feliz y resulta muy extraño cantado en español e inglés al mismo tiempo así que terminamos partiéndonos de risa.

Cuando acabamos de tomar la tarta llega el momento de abrir los regalos, porque aunque les he dicho a mis amigos, a los chicos y a Sam y a Jazzie que no hacía falta que trajesen nada no me han hecho ni caso. Primero le doy el regalo de mis padres y mi hermana, me asusta lo grande que es, el niño rompe el papel y vemos que es un set de columpios para el jardín, el pequeño se vuelve loco y empieza a pedir que lo montemos ya, solo logramos convencerlo de que espere diciéndole que tiene que abrir el resto de los regalos. Después le damos el de Sam y Jazzie, que casualmente es un tobogán, así que ya tendrá su propio parque en el jardín, parece que se hubieran puesto de acuerdo. A continuación abre los regalos de los chicos, Tom y Gi le han comprado un pequeño ukelele verde, Harry e Izzy le regalan una preciosa cocinita de juguete de madera y Danny y Georgia le han traído un tipi precioso para montar en su habitación. Por último abre el regalo de mis amigos que entre todos de han comprado una bicicleta. El niño está encantado con todos sus regalos y al final consigue convencernos para que le montemos los columpios y el tobogán para jugar ahora, aunque tendremos que desmontarlos en un par de meses para llevárnoslos con nosotros a Inglaterra.

A lo largo de la tarde charlamos, comemos, los chicos sacan un par de guitarras y cantamos todos juntos, jugamos con los niños... La verdad es que nos lo pasamos genial, a la hora de la cena sacamos los restos de la comida, que no son pocos, y nos volvemos a sentar a la mesa todos juntos. Cuando terminamos de cenar Danny se levanta y pide silencio.

-Si no os importa me gustaría anunciaros algo -dice poniéndose de pie y cogiéndole la mano a Georgia que está sentada a su lado-, después de mucho intentarlo, por fin, mi preciosa mujer y yo vamos a ser padres.

Todos estallamos en felicidad, pues sabemos que llevan muchísimo tiempo intentándolo sin resultados positivos, nos levantamos, los abrazamos y los felicitamos, realmente es una noticia maravillosa y no podría sentirme más feliz por ellos.

Después de cenar todos se van, menos los niños que se quedarán adormir aquí. Dougie se queda recogiendo el jardín mientras yo voy a preparar la habitación para los pequeños. Normalmente cuando se quedan a dormir aquí les preparo una tienda con sábanas, pero hoy, gracias al regalo de Danny y Georgia lo tengo mucho más fácil, así que simplemente monto el tipi en el medio de la habitación y le pongo sábanas, mantas y muchos cojines, y por supuesto alguna guirnalda de luces para darle el toque "mágico". Cuando tengo todo listo aviso a Dougie que deshincha el castillo y los trae hasta la habitación, vienen los cuatro protestando, pero en cuanto ven dónde van a dormir enseguida se les pasa. Les ponemos el pijama y los acostamos y después nos vamos a terminar de recoger todo entre los dos.