Esa misma tarde la jefa de enfermeras me llama y me pide que vaya con ella. Cuando llegamos al office de enfermería me ofrece trabajo, me dice que viendo como he trabajado en el parto de Georgia cree que alguien como yo les vendría de perlas en la plantilla y elogia a todas las enfermeras españolas, según ella somos las mejor preparadas. Le agradezco la oferta, pero la rechazo, le explico que mi marido y yo queremos tener un hijo y que por el momento no quiero trabajar. Ella lo entiende, pero me dice que si algún día busco trabajo que venga aquí y pregunte por ella y después me da su tarjeta.
Al día siguiente nos vamos a España, así que mientras Dougie va a la estación de tren a buscar a su madre y a su hermana yo aprovecho que estamos solos para hacerle a Antonio una pregunta muy importante. Me siento a su lado en el suelo mientras juega con su cocinita.
-Antonio ¿a ti te gusta Dougie? -le pregunto.
-Sii -contesta distraído.
-Tú sabes que tu papi, Martín, se fue al cielo y ya no va a estar nunca más con nosotros -le digo acariciándole el pelo.
-Si -dice todavía sin mirarme.
-¿Y a ti te gustaría que Dougie fuese tu papi a partir de ahora? -pregunto esperanzada.
-¿De verdad? -pregunta él girándose para mirarme sonriente.
-Si, si tu quieres Dougie será tu papi.
-¡Si! ¡Si! ¡Si! -empieza a gritar y se abalanza sobre mi abrazándome.
-Pero no le puedes decir nada ¿Vale? -le digo separándole un poco de mi- ¿Me lo prometes?
-Sii -contesta y me vuelve a abrazar, justo en ese momento entran Dougie, Sam y Jazzie por la puerta.
-¿A que viene tanto amor? -pregunta Dougie al vernos abrazándonos.
-A nada, es solo que estamos muy contentos por ir a España a ver a los abuelos, ¿verdad? -digo guiñándole un ojo a Antonio.
-Sii -dice él levantándose y corriendo hacia Sam y Jazzie para abrazarlas.
Yo también me levanto, le doy un rápido beso a Dougie y después abrazo a mi suegra y a mi cuñada. Al poco rato el coche ya está esperándonos fuera para llevarnos al aeropuerto, así que cogemos las maletas y nos vamos.
Tanto la noche buena como el día de navidad son geniales, en noche vieja cenamos con mis padres y después salimos con mis amigos, volvemos a casa a las diez de la mañana, así que el primero de año nos lo pasamos durmiendo hasta la tarde. Por fin llega el cinco de enero, la víspera de reyes, el día favorito de mi familia, ya que es el único día del año en el que, aparte de cenar, también nos quedamos todos a dormir en casa de mis padres.
Al día siguiente, cuando nos levantamos por la mañana es el momento de abrir los regalos, primero los abre Antonio, ya que es el único niño y después nos toca a los adultos, por turnos para que todos podamos ver los regalos. Yo llamo a Antonio y le doy dos sobres numerados para que se lo de a Dougie, este coge el sobre con el número uno, lo abre, saca el papel que hay dentro y lo lee en voz alta.
-¿Quieres ser mi papi? -me mira confuso.
-En otro sobre están los papeles de la adopción -le digo sonriente-, pensé que a lo mejor querías ser el padre de Antonio oficialmente -añado nerviosa.
-Claro que quiero ser tu papi -le dice al niño cogiéndolo, abrazándolo y besándolo con cariño. Después se levanta y me planta un beso de esos que quitan el aliento mientras un par de lágrimas se deslizan por nuestras mejillas por la emoción del momento-. Muchas gracias -me dice al oído mientras me abraza.
-Eso no es todo -le digo dándole una pequeña caja alargada envuelta en papel de regalo.
Desempaqueta la caja, la abre, mira su contenido y me mira incrédulo, yo le devuelvo la mirada ilusionada.
-¿De verdad? -pregunta con un débil hilo de voz dada la emoción del momento.
-Si -susurro.
-¿Qué es? -pregunta mi hermana emocionada.
Dougie gira la caja para que todos puedan ver su contenido, un test de embarazo positivo. Dougie se levanta me coge en volandas y me besa mientras damos vueltas por toda la habitación.
-Doug, te quiero y sé que estás emocionado, pero si seguimos dando vueltas creo que voy a vomitar -le digo riéndome. Me baja y todos vienen a abrazarnos ilusionados.
-¿Cuánto hace que lo sabes? -me pregunta Dougie.
-Unas semanas -le digo- no te imaginas lo mucho que me ha costado no decir nada en todo este tiempo, cuando me hice el test quería gritarlo a los cuatro vientos. A ti era al primero que quería contárselo, pero pensé que sería un buen regalo -le digo encogiéndome de hombros.
-Me has hecho los mejores regalos del mundo, me has regalado la paternidad -me dice y me besa dulcemente.
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Te tengo a ti
ФанфикSegunda parte de Mi corazón nunca miente. Han pasado ocho años desde que Elena volvió de Inglaterra, está casada y esperando un bebé, ya no sigue en contacto con los chicos, aunque sigue al día de sus vidas gracias a las redes sociales. Es feliz con...