Capítulo 36

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Debido a mi embarazo y a tener que guardar reposo este verano no podremos ir a España, así que mis padres y mi hermana y su novio vendrán a Inglaterra para celebrar el cumpleaños de Antonio.

Estoy en el salón preparando la cama hinchable para mi hermana y su novio cuando Dougie entra por la puerta.

-¿Se puede saber qué estás haciendo? -dice cuando me ve haciendo la cama.

-Preparar la cama para la parejita -le digo incorporándome para mirarle.

-Elena, el médico te dijo que guardes reposo -dice serio acercándose a mi.

-Dougie, estoy embarazada, no impedida. El colchón se hincha solo y poner las sábanas no es un esfuerzo tan grande -le digo abrazándole.

-Está bien, pero ya lo termino de hacer yo, que no quiero que le pase nada a ninguna de mis dos chicas favoritas -dice acariciando mi barriga y después me besa.

-Déjame hacerlo yo -le digo suplicante-, me siento una inútil todo el día sentada en el sofá sin hacer nada -añado y hago un pucherito, por que sé que con Dougie eso no falla.

-Está bien, pero yo te ayudaré.

Terminamos de hacer la cama entre los dos y después consigo convencerlo de que me deje hacer la comida, diciéndole que echo de menos cocinar y que, siendo la primera vez que mi familia viene a visitarnos, no quiero que coman cualquier cosa encargada a cualquier restaurante.

Después de un rato empiezo a preparar la comida mientras Dougie se va al aeropuerto a buscar a mi familia. Al cabo de algo más de una hora entran por la puerta, todos nos abrazamos emocionados, mi hermana me presenta a su novio oficialmente, aunque ya lo conocía porque antes eran amigos, y todos frotan y le hablan con cariño a mi enorme barriga.


La celebración del cumpleaños es todo un éxito, aunque se me hace raro tener que hacerlo en Inglaterra y echo de menos a mis amigos que no han podido venir. Antonio se lo pasa genial jugando con sus amigos y por la noche habla con sus abuelos paternos que le llaman por Skype desde España, les invité a venir, pero no pudieron. Esa noche, como cada año en el cumpleaños de Antonio, Buzz, Buddy y Lola se quedan a dormir en nuestra casa, por suerte, están tan agotados pos haberse pasado el día jugando que se quedan dormidos enseguida. Se me hace raro pensar que el año que viene serán dos más, mi pequeña y la de Danny y Georgia, que todavía es demasiado bebé para quedarse.


La noche siguiente, aprovechando que mi familia todavía está en casa, Dougie y yo nos vamos a pasar el día fuera, queremos tener algo de tiempo para nosotros antes de que llegue el bebé, todavía faltan dos meses, pero como nuestras familias viven lejos es difícil encontrar a alguien que se quede con Antonio y no nos gusta pedírselo siempre a los chicos.

Dougie ha preparado algo especial para todo el día, pero no quiere decirme lo que es. Solo sé que tenemos una habitación reservada en uno de los mejores hoteles de Londres. Ni siquiera me ha dejado hacer mi propia maleta.

Dejamos nuestras cosas en el hotel y nos subimos a un taxi, vuelvo a preguntarle a Dougie a dónde vamos, pero sigue negándose a contestar. Después de media hora de viaje nos bajamos del coche, Dougie me venda los ojos y me guía hasta una habitación en la que me quita la venda. Cuando abro los ojos estamos en una pequeña habitación con con unos sofás, una mesa con fruta y distintos tipos de bebidas, una chimenea y un pequeño perchero con dos albornoces blancos colgados y dos pares de zapatillas debajo.

-¿Qué es eso? ¿Otro hotel? -pregunto confusa.

-Es un Spa para mujeres embarazadas y sus parejas -dice sonriente- vamos a pasar un día súper relajante aquí.

-Oh, eso es genial -le digo abrazándole- muchas gracias Doug -añado y le beso.

Pasamos un día genial en el Spa, nos damos masajes y nos bañamos en las múltiples piscinas, después comemos frente a la chimenea y volvemos a las piscinas. Cuando salimos de ahí no podría estar más relajada, volvemos al hotel, nos arreglamos y vamos a cenar a un restaurante buenísimo.

Está siendo un día perfecto, hasta que en la mitad de la cena empieza a dolerme la barriga, no le digo nada a Dougie para no preocuparle, pero cuando estamos probando el postre no aguanto más.

-Dougie, no te asustes, pero me está doliendo un poco la barriga -le digo tranquilamente.

-¿Qué? -dice levantando la vista y mirándome preocupado.

-Me duele cada ciertos minutos -le digo- creo que... -empiezo a decir, pero me interrumpe.

-Pero si estás de siete meses -dice incrédulo.

-Lo sé cielo, pero a veces los niños nacen prematuros -le explico todavía tranquila.

-¿Y no puede ser que sea lo que te pasó la última vez?

-No lo creo, es demasiado parecido a cuando tuve a Antonio -le explico.

-Está bien, nos vamos al hospital -dice levantándose.

Te tengo a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora