Capítulo 8

73 4 0
                                    

Los días posteriores las cosas entre Dougie y yo ya no son tan incómodas, me alegro de haber acordado ser amigos. Ahora hablamos más y nos reímos mucho al olvidar ese miedo a que el otro se sienta incómodo.

Por desgracia el día en que se tienen que volver a casa llega antes de que nos demos cuenta, Martín y yo vamos a llevarles al aeropuerto. Me parte el corazón tener que volver a despedirme de ellos, ha sido increíble volver a estar todos juntos de nuevo.

Me agacho y abrazo a los niños que me abrazan con cariño y les prometo que les llamaré por Skype para vernos por la web cam. Después abrazo a las chicas.

-Nada de que vuelvan a pasar ocho años sin vernos vale -me dice Gi.

-Espero que no -le contesto.

-Tenemos que volver a vernos pronto para ver cómo crece ese pequeño hombrecito tan bonito que tienes -añade Izzy.

-Si, bueno y los vuestros -le digo mirándolas.

Después abrazo a los chicos, dejando a Dougie de último.

-¿Amigos? -me susurra al oído cuando me abraza.

-Amigos -le digo.

-Te quiero -responde.

-Y yo -le digo y le doy un suave beso en la mejilla.

-Bueno chicos, seguiremos hablando por Whatsapp, Skype y esas cosas ¿vale?

-Claro que si -me contesta Tom.

Cruzan el control de seguridad y Martín y yo volvemos a casa en silencio.


Pasan los meses y esta vez si que conseguimos mantener el contacto, tenemos un grupo de WhatsApp y nos vemos por Skype por lo menos una vez al mes. Dougie y yo también hablamos por privado y nuestra amistad es cada vez más grande y más íntima.

Antes de que me dé cuenta ha pasado casi un año y llega el día de mi cumpleaños, Martín me despierta con el desayuno en la cama antes de irse a trabajar. En cuanto termino de desayunar me levanto y cojo al niño, justo cuando estoy volviendo a la cama para acurrucarme un rato con él alguien llama al timbre, cuando abro la puerta no me lo puedo creer, delante tengo a un repartidor con un ramo de flores que apenas cabe por la puerta, firmo el recibo y cojo el ramo como puedo, al tener el niño en brazos es complicado. Apoyo el ramo en una mesa y mientras dejo el niño en su hamaca, después busco la tarjeta en el ramo. Cuando la encuentro la leo y me emociono, dice:

"Feliz cumpleaños de Tom, Gi, Danny, Georgia, Harry, Izzy, Dougie, Buzz, Buddy y Lola.

Te queremos"

Realmente no dice nada especial, pero me emociona el simple hecho de que se hayan acordado de mi cumpleaños. Todavía estoy recomponiéndome cuando el timbre vuelve a sonar y lo que menos me espero al abrir es ver otro repartidor con otro ramo de flores algo más pequeño que el anterior, aunque más bonito. Nada más recogerlo busco la tarjeta, nada más leerla me da un vuelco el corazón y me vuelvo a emocionar:

"Feliz cumpleaños sweetie, disfruta de tu día especial, siento no poder estar contigo hoy.

Te quiero

Dougie

P.D.:Amigos"

En cuando las lágrimas dejan de brotar de mis ojos y consigo relajarme un poco pongo los dos ramos en jarrones y coloco el grande en medio de la mesa del comedor y el otro en la mesita de café que tengo entre los sofás.

Por la tarde Martín llega a casa y me da su regalo, un precioso vestido rojo para que me ponga el sábado que viene para la cena que haremos con mis amigos para celebrar mi cumpleaños. Se lo agradezco y le beso, es un vestido precioso.

-¿Qué es eso? -me pregunta señalando el ramo que está encima dela mesa del comedor.

-Oh, los chicos que se han acordado de mi cumpleaños y me lo han enviado, todavía no sé como se las han apañado para hacerlo desde Inglaterra -le digo riéndome.

-Son muy amables -me dice- ¿y ese otro? -añade al fijarse en el otro.

-Bueno -le digo dubitativa- ese me lo ha enviado Dougie.

-¿Y por qué no te ha enviado en conjunto con los demás? -me pregunta.

-No, también ha participado en el que me enviaron todos, pero me ha enviado este aparte, él solo -le digo mirándole con cautela.

-¿Y se puede saber por qué te tiene que enviar un ramo él solo? -me pregunta levantando la voz.

-Martín, relájate, somos amigos y tiene todo el derecho del mundo a enviarme lo que quiera.

-Fuisteis novios Elena y donde hubo fuego quedan cenizas -me dice enfadado.

-Martín, somos amigos, no tienes por qué preocuparte.

Finalmente consigo que se tranquilice, aunque no termina de creerme cuando le digo que Dougie y yo somos solo amigos y que nuestros sentimientos no son más que de amistad. Aunque, con respecto a la última parte hace bien en no creerme.


Los días, semanas y meses posteriores la actitud de Martín hacía mi relación con los chicos y sobre todo con Dougie va empeorando, cada vez que me ve hablando con ellos me pone mala cara o se marcha de mala gana, me duele que haga eso, pero no pienso romper mi amistad con ellos solo por que a él no le guste.  

Te tengo a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora