Capítulo 32

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El último día que pasamos en España mis padres organizan una comida familiar de despedida y por la tarde mis amigos una fiesta maravillosa, la verdad es que no sé cómo voy a vivir con ellos tan lejos de mi. Por suerte cuando nos despedimos nos dejan muy claro que pronto les tendremos de visita en Inglaterra.

Al día siguiente en el aeropuerto viene toda la familia a despedirnos, no puedo evitar acordarme de la primera vez que me fui a Inglaterra, fue exactamente igual, con la única diferencia de que aquel día solo me iba por un mes y que ahora me voy a vivir allí, además falta mi abuelo paterno, que murió hace unos años.

Los abrazamos a todos con cariño y les prometemos que volveremos pronto, cogemos al niño y cruzamos el control de seguridad, una vez hemos pasado me giro y al ver allí a toda mi familia, pienso en la vida que dejo atrás y las lágrimas comienzan a deslizarse por mis mejillas, aunque en cuanto veo a Dougie con mi hijo de la mano esas lágrimas se vuelven lágrimas de felicidad al pensar en la vida que tengo por delante.


Nos bajamos del taxi delante del que será nuestro nuevo hogar, la casa de Dougie en el norte del Londres. Dougie coge las maletas y se adelanta para abrir la puerta y yo le sigo con el niño de la mano.

-Tengo una sorpresa para ti -dice Dougie dejando las maletas en el suelo y girándose señalando a Antonio-. ¿Quieres ver tu nueva habitación?

-Siii -grita el pequeño.

Dougie coge al niño en brazos y subimos las escaleras. La verdad es que para mi también será una sorpresa ya que Dougie quiso encargarse de decorarla él solo. Cuando llegamos a la puerta de la habitación Dougie deja a Antonio en el suelo y le tapa los ojos, después abre la puerta y se los descubre, el niño al ver la habitación empieza a dar saltos de felicidad y a correr por todas partes como un loco y yo no me puedo creer lo que estoy viendo. La habitación está completamente decorada con temática pirata, la cama es un barco que además también sirve como zona de juegos ya que tiene una zona elevada con un timón e incluso un tobogán, las paredes están pintadas de azul cielo por arriba y en la zona baja algo más oscuro imitando las olas del mar, por la zona que imita al cielo hay pintados pájaros volando y alguna nube; la moqueta es del mismo azul que imita las olas del mar en las paredes.

-Madre mía Dougie, te has vuelto loco, esto es demasiado -le digo abrazándole mientras vemos cómo el pequeño recorre una y mil veces su nueva habitación mirando y tocándolo todo.

-Nada es demasiado con tal de haceros felices -responde rodeándome también con sus brazos y besándome suavemente cuando levanto la cara para mirarle a los ojos-. También tengo una sorpresa para ti -añade, dejamos al niño jugando en su habitación y volvemos al piso de abajo, donde Dougie me guía hacia una habitación que, hasta donde yo sé siempre ha utilizado como trastero. Abre la puerta y está vacía, en lugar de llena de cosas como yo la recordaba-. He vaciado esta habitación para que sea tu despacho, puedes decorarlo como quieras, pintarlo, cambiar el suelo, lo que quieras y comprarlos muebles que quieras -me dice.

-Oh Dougie, muchísimas gracias -le digo sonriente.

-Bueno, y no hace falta decir que también puedes cambiar lo que quieras del resto de la casa ya que, a partir de ahora, esta ya no es mi casa, es nuestra casa -dice remarcando la palabra nuestra


Los primeros días de colegio a Antonio le cuesta un poco adaptarse porque no se acostumbra a hablar solo inglés, ya que desde que empezó a hablar siempre ha hablado spanglish, pero tras un par de semanas ya lo lleva mejor e incluso le gusta ir, porque en el patio ve a Buzz, Buddy y Lola, y además empieza a hacer más amigos ya que ellos tres son mayores que él.

Yo me adapto bien a la vida en Inglaterra, en parte porque los últimos meses he pasado mucho tiempo aquí, pero también porque, como queremos tener un bebé, de momento no estoy trabajando. Los primeros días, en cuanto llegan las cajas desde España con nuestras cosas, Dougie y yo nos dedicamos a buscar sitio para todo y a organizar la casa ahora que será nuestro hogar. Una vez eso está hecho simplemente disfrutamos de nuestro recién estrenado matrimonio.

En un par de semanas, cuando el niño esté más adaptado a la vida aquí nos iremos de luna de miel y Tom y Gi se encargarán de él un par de semanas, le echaré de menos, pero Dougie y yo necesitamos un poco de tiempo para nosotros. Iremos a Estados Unidos, iremos a Nueva York, a Chicago, a Orlando a los parques temáticos y por último a San Francisco y a Los Ángeles.

Cuando volvamos de la luna de miel McFly empezará la promoción de su noveno CD y tendrán que viajar por todo el país, así que Antonio y yo estaremos solos en casa durante la semana, pero los viernes, en cuanto el pequeño salga del colegio cogeremos un tren o un avión, con el resto de las chicas y niños, hacia donde estén los chicos.

Te tengo a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora