Capítulo 26

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Al día siguiente me despierto antes que Dougie, ya que he quedado con las chicas para ir a desayunar antes de recoger a los niños en casa de mis padres. Lo primero que les digo en cuanto estoy con ellas es que no hagan planes a principios de septiembre porque Dougie y yo nos casaremos sobre esas fechas, todas se emocionan mucho, pero me dicen que estoy loca, porque no me dará tiempo a organizarlo todo con tan poco tiempo, pero las calmo explicándoles el tipo de boda que celebraremos.

Después de desayunar recogemos a los niños en casa de mis padres y vuelvo a casa, cuando entro escucho una guitarra y a Dougie cantando a lo lejos, deduzco que está en el jardín, así que voy hacia la cocina en silencio para escucharle, está sentado sobre la hierba cantando Never Stop, de Safetysuit, una canción preciosa. Intento no hacer ruido para que no se de cuenta de que he llegado y siga tocando, pero Antonio se suelta de mi mano y sale corriendo hacia él, lo cual provoca que Dougie pare de tocar de golpe.

-Hey, hola peque -dice dejando la guitarra a un lado y cogiendo al niño-. ¿Me has echado de menos? -le pregunta haciéndole cosquillas.

-Tenemos una cosita que contarte -le digo yo acercándome a ellos-, ¿a ti te gusta cuando Dougie está aquí con nosotros o cuando nosotros vamos a visitarle a su casa verdad? -le digo sentándome a su lado mientras Dougie deja de hacerle cosquillas y lo sienta bien en su regazo.

-¡Sii! -grita sonriente.

-¿Y te gustaría que estuviésemos siempre juntos los tres? -le pregunta Dougie.

-¿Todos los días? -pregunta emocionado.

-Claro que si -le digo sonriente.

-¡Siii! ¡Siiii! -empieza a gritar mientras se levanta y empieza a dar saltos.

Dougie y yo nos abrazamos contentos por la reacción de Antonio y al vernos él viene corriendo y se abraza a nosotros.

-¿Entonces estás contento por que nos vayamos a vivir a casa de Dougie? -le digo cuando nos separamos.

-¿No viene Dougie a aquí? -pregunta mirándome serio.

-No cariño, es que Dougie tiene que trabajar y no puede venirse con nosotros, por eso nos vamos nosotros con él.

-¿Pero los abuelos? ¿Y la tita? -me pregunta le niño triste.

-Los veremos mucha cariño, cuando tengas que venir a ver a papi también veremos a los abuelos y la tita, además ellos también vendrán a visitarnos.

-¿Y el cole?

-Irás al mismo cole que Buzz, Buddy y Lola. Además así vas a poder jugar con ellos siempre que quieras, porque viviremos muy cerca -al decirle esto vuelve a ponerse contento.

Le montamos el castillo hinchable y nos sentamos a terminar de decidir los detalles importantes de la boda. Finalmente decidimos que será una ceremonia íntima, al atardecer, solo vendrán nuestras familias y los amigos más cercanos. Celebraremos el convite en la misma playa y la encargaremos a un catering. En cuanto decidimos lo esencial lo primero que hago es llamar a mi padre para que empiece a mover los hilos necesarios para que nos concedan el permiso para realizar la boda en la playa de Rodas y para que lo hagan antes del día uno de septiembre.

Cuando termino de hablar con mi padre hablo con mi madre, después llamo a mi hermana y a mis amigas para pedirles que me acompañen a comprar el vestido de novia mañana. Les pediría a Gi, Izzy y Georgia que viniera también, pero vuelven a Inglaterra esta tarde.

Lo siguiente que hago es llamar a la empresa de decoración y a la floristería que se encargaron de la decoración la mi boda con Martín, ya que realizaron un trabajo excelente. Por último entro en internet para buscar un buen catering para que se encarguen del banquete.

Tras unas horas mi padre me llama para decirme que la solicitud de los permisos ya está en marcha, que no será fácil porque en esas fechas todavía hay turistas yendo a las islas y habrá que cerrar la playa solo para nosotros, pero que con sus contactos es muy probable que los consigamos. También me dice que en cuanto tengamos el permiso hablará con un amigo suyo que es juez para que nos case él.

Esa misma tarde dejamos a Antonio con su padre y Dougie y yo nos vamos a elegir las invitaciones para la boda, ya que en cuanto tengamos el permiso confirmado tendremos que enviarlas cuanto antes.


Dos semanas más tarde mi padre me llama para darme la maravillosa noticia de que ya tenemos el permiso, podremos celebrar la boda que hemos planeado, no podría ser más feliz. Ese mismo día enviamos las invitaciones en las que se explica el tipo de boda que celebraremos y el tipo de vestuario requerido, ademas de llevar adjunta la lista de bodas.

Una vez enviadas las invitaciones me voy a hablar con la decoradora para explicarle cómo quiero las cosas y al día siguiente ella, la florista y yo nos vamos a Las Islas Cíes a decidir cómo y dónde colocaremos cada cosa el gran día. Y aprovecho para reservar las casas rurales y la habitación del hotel. No hay tiempo que perder, tenemos menos de mes y medio.

Te tengo a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora