Tulipanes

5.8K 233 84
                                    

╔═════╗

║ ƦƟƁƗƝ ║

╚═════╝

Era una mañana cálida y soleada. Los tulipanes bailaban al ritmo de la brisa. No quería irme de allí. Mi propósito inicial era alejarme un poco del bullicio de siempre para poder concentrarme en mi lectura, y lo conseguí. Pero ya no me importaba leer. La naturaleza de aquel lugar lucía demasiado hermosa como para desperdiciarla de ese modo, no la podía ignorar. Sentada, Me recosté un poco hacia atrás sosteniéndome con mis manos, que pudieron sentir el rocío del pasto. Era tan relajante... tanto, que decidí echarme en el suelo. Llevaba unos pantalones largos, un poco anchos, y una camiseta que casi ni podía sentir. No sentía calor para nada, a pesar de que el sol brillaba, altanero. Era un ambiente tan fresco y acogedor, que no pude evitar quedarme dormida.


╔════════╗

║ ƝƌƦƦƌƊƟƦƌ║

╚════════╝

Mientras tanto, los Mugiwara estaban en el pueblo, comprando algunas cosas. Era inusual que lo hicieran tan temprano, el log pose se había cargado la madrugada anterior y Nami quería zarpar lo antes posible, antes de que su travieso capitán encontrara problemas, pero no pudo evitarlo. La marina ya había visto al chico tratando de robar un bistec de una casa desconocida entrando por la ventana. El pobre tuvo que escapar, no sin antes devorar su tan preciado botín.

–¡Chicos, tenemos que irnos! – dijo Nami, golpeando a Luffy. – La Marina ya sabe que estamos aquí, gracias al idiota de nuestro capitán. Zoro, necesito que vayas a buscar a Robin antes de que la vean.

–¿Por qué tengo que ir yo? ¡Que vaya el estúpido ero-cook!

–Bien, pero tendrás que ayudarme a cargar todo lo que compré en descuento.

–¿Dónde dijiste que estaba Robin?

–En el campo de Tulipanes, al norte – dijo ella, con una sonrisa diabólica. Había logrado su cometido.

Zoro emprendió su camino, sin escuchar lo último que murmuró la navegante para sí misma.

–Algún día me lo agradecerás, idiota.


╔════╗

║ ƵƟƦƟ ║

╚════╝

No entendía cuál era el afán en mandarme detrás de esa mujer. Ella se sabe cuidar sola, eso lo sé perfectamente. Suerte que había traído una botella de sake conmigo. Después de caminar un rato y dar un par de vueltas, la encontré. Supongo que fue mejor el que la viniera a buscar, no parecía estar en guardia para nada. Estaba tumbada en el piso, con el libro tirado a un lado. Si no estuviera viendolo no lo creyera: Robin tirando un libro. No sé por qué, pero no quise despertarla. Me senté junto a ella a terminar lo que quedaba de mi sake. Pude apreciar el entorno, era un buen sitio para meditar. Me quedé pensando en cómo era posible que ella durmiera tan plácidamente sin importarle lo que pasara a su alrededor. Con lo que no contaba era con que yo también me quedaría dormido.

Me desperté, como veinte minutos después, y me sobresalté cuando mi volteé mi cara y lo primero que vi fue su rostro dormido. Sentí un calambrazo en el pecho y la piel se me puso de gallina. No pude evitar pensar que era hermosa. Mi haki me sacó de mis pensamientos cuando sentí que se acercaban a nosotros.

"¿Qué demonios estoy haciendo?" – pensé, y me paré frente a ella, así no se daría cuenta de que estaba acostado a su lado.

–Oye, mujer.

Shambles (Zorobin) (LuNa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora