Enfrentamientos

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Robin se puso de pie y el espadachín la tomó de la mano antes de salir corriendo como loco por el barco.

-¡Kenshin-san! ¡Despacio, me caeré!

-Lo siento- dijo él, y dejó de correr. 

Ambos se dirigieron a cubierta. Allí estaba Law, que acababa de salir de la enfermería. Sus tripulantes se aproximaban a él para ver cómo había despertado, pues, después de todo, el había vuelto a dormir la noche anterior cuando salió de aquel extraño coma. Sin embargo, Zoro captó toda la atención cuando colocó una de sus espadas en el cuello del cirujano de la muerte. Todos se detuvieron de repente. Luffy solo observó callado. Sabía que su nakama debía tener alguna razón.

-¡Qué bueno que despertaste, porque ya mismo me voy a cobrar lo que le hiciste a Robin!

Todos quedaron atónitos. Law simplemente sonreía. Él podía safarse de la situación cuando quisiera con un Shambles, pero quería ver hasta dónde podía llegar el peliverde. Sachi y Pengüin no se quedaron quietos, ambos apuntaron sus armas a la cabeza de Zoro, uno de cada lado.

-Lo sentimos, Mugiwara-ya, pero no toleraremos que ataquen a nuestro capitán - dijo el del sombrero de pingüino.

-Zoro, ¿Qué significa esto?- Preguntó por fin Luffy, luego de minutos de estresante silencio.

-Pasa que este patán-

-Pasa que Law me hirió un poco en el entrenamiento, pero no lo hizo a propósito -interrumpió Robin-. Kenshin-san cree que me hizo daño intencionalmente, pero no es así.

-¡¿Quieres dejar de interrumpirme, mujer?! ¡Sabes que eso que dices no es cierto!

-Kenshin-san, por favor, déjalo.

-No puedo hacer eso. Él no te tocará y se irá así como si nada.

-Marimo, ¿A qué te refieres con tocarla?

-Tranquilo, Sanji, yo arreglaré esto con él. -Respondió ella la pregunta.- Kenshin-san, por favor, no me obligues a usar la fuerza.

-Aunque lo hicieras no podrías detenerme.

Robin sacó unos brazos fleur y trataba de quitarle la espada al espadachín, ya había tomado las otras dos, pero él seguía sujetando la última con fuerza. Ella se acercó y sacó dos brazos más, que sujetaron el rostro del espadachín. Sachi y Pengüin se apartaron cuando la vieron acercarse. 

-Kenshin-san, mírame- dijo ella, volteando su rostro para que la viera frente a frente. -Por favor, déjalo. Ya lo resolveremos después. No es el momento ni la forma.

Zoro la miró, extrañado, ella tenía una expresión facial que denotaba dolor. Miró sus ojos y no pudo negarse a la petición de la arquéologa. Dirigió sus ojos a las manos de Robin, y pudo notar que estaban ligeramente ensangrentadas por intentar quitarle la espada. Su furia aumentó.

-¡¿Ves lo que haces?! ¡Me hiciste hacerte daño! ¡¿Por qué sigues protegiéndolo?!

-Entiendo tus sentimientos, pero por favor, hazlo por mi. Hablemos de esto luego, ¿si?

Zoro no pudo aguantar su mirada. Tuvo que ceder una vez más. Frunció el ceño y le indicó al renito que tratara las heridas de la mujer, para luego marcharse enojado.

-A ti, basura, te juro que esto no se va a quedar así- dijo, y subió al nido del cuervo aventando la puerta tras de sí.

Los piratas de Heart corrieron a ver cómo estaba su capitán.

-Robin, ¿Podemos hablar?- Luffy hizo la pregunta que nadie creyó que haría. Aunque todos tenían curiosidad, nadie se atrevió a contradecir a su capitán en su decisión de mantener la privacidad del asunto.

-Por supuesto, Capitán- dijo ella, y lo acompañó a la cocina.

-¿Qué se supone que pasó? ¿Por qué Zoro atacó a Law?

-Fue tal y como te dije allá afuera, Law me hirió con el entrenamiento. Probó algo muy pesado conmigo y la verdad pareció intencional, pero no lo fue, incluso él se desmayó. Zoro se enojó porque me lastimé un poco, es todo.

A Robin no le gustaba mentirle a su capitán, pero de ello dependía el futuro de la Alianza y no quería perjudicar los planes de la banda. Luffy sospechaba que mentía, pero no quiso ser duro con ella, si ella no quería contar lo que le habían hecho no la obligaría. Seguro más adelante lo descubriría.

-De acuerdo, te creo, pero si descubro que me estás mintiendo, tendremos problemas- sentenció el capitán del sombrero de paja. Robin tragó en seco. Nunca había visto a su capitán así. Estaba hablando con mucha autoridad.

-Entiendo, capitán.

Robin se dirigió a la enfermería y Chopper le colocó vendas en las manos. Sanji, por su parte, amenazó a Law.

-No sé qué hayas hecho, pero si es cierto que tocaste a mi Robin-chwan haré que te arrepientas.

Zoro dormía, y tuvo la misma pesadilla de antes, sólo que esta vez, a quien salvó fue a Kuina. Se despertó, sobresaltado, y corrió a buscar a la mujer que amaba.

-Chopper, ¿Has visto a Robin?

-Está en el acuario con Luffy y Nami.

-Gracias.

Corrió apresuradamente al lugar, y por supuesto, se perdió unas cuantas veces. Tanto, que ni se dio cuenta de que pasó justo al lado de ella. Después de un par de vueltas volvió a encontrar el lugar.

Cuando la vio, corrió hacia ella y la tomó por la cintura.

-Kenshin-san, ¿qué t-

Robin fue interrumpida por un tremendo beso del espadachín. Cuando por fin separó de ella, la abrazó.

- Lo siento, de verdad siento haberte dañado.

-Tranquilo, Kenshin-san, sé que no fue tu intención.

-"Al contrario de Law"- pensó él, pero se lo reservó. -Si te hubiese hecho algo más, no me lo habría perdonado.

Luffy y Nami se habían abrazado, simplemente los miraban con ternura. El peliverde escondió su rostro en el cuello de la mujer, y ella acarició su pelo

-Mujer, tuve ese sueño otra vez, no pude salvarte.

-Tranquilo Zoro, sólo fue un sueño. Yo estoy aquí.

-Es difícil, no sé qué se supone que debo hacer. No sé si aceptar mis sentimientos hacia ti es lo correcto.

-No puedes preguntarme eso a mí, eso debes decidirlo tú. Yo sólo puedo decirte lo mismo que te dije cuando dormías, y eso es que yo sí te quiero a ti.

Shambles (Zorobin) (LuNa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora